jueves, 23 de julio de 2009

“La eyaculación precoz, ya no será un problema”.

¿Cuál es la duración adecuada del coito para que la relación sea satisfactoria para la pareja?
¿Mejoraría la satisfacción sexual si se pudiera retrasar el momento de la eyaculación?
¿Se disfrutaría más si tu pareja tardara más en eyacular?
¿Sería útil tomar un fármaco que prolongase la duración del coito?

A pesar que desde los años 60, la sociedad occidental se ha preocupado más por el placer que por la reproducción, aun hoy los hombres arrastran mitos y creencias entorno al orgasmo, utilizando como baremo de su virilidad, el tamaño de su pene y el tiempo que consiguen mantener este erecto en el coito, ya que así, piensan ellos, conseguirán llevar al clímax a su pareja.

No se dejan de confundir funciones y técnicas. Si hablamos de eyaculación que es una función reproductora, la rapidez no sólo no es un defecto sino una cualidad. Si se habla de orgasmo, que es una función placentera o sexual, el coito no es la técnica más adecuada para que la mujer disfrute y llegue al clímax; sin embargo, es sin duda una de las causas que provocan más ansiedad y frustración en la pareja, en sus intentos vanos porque ella consiga llegar al orgasmo.

El criterio temporal sólo se aplica al hombre. No se habla de orgasmo precoz o retardado femenino, ni se considera que la mujer sea disfuncional por tener orgasmos rápidos, algo que está demostrado que los tiene.
Mientras que los problemas sexuales femeninos se definen por la ausencia o presencia del orgasmo, y por la intensidad mayor o menor de su percepción, los masculinos se miden por la rapidez o lentitud de la eyaculación. ¿Rapidez o lentitud respecto a qué?.

Siendo la sexualidad un tema que ocupa y preocupa a hombres y mujeres, los laboratorios farmacéuticos no dejan de ofrecer “soluciones milagrosas” a todas las cuestiones sexuales. La eyaculación precoz ya no es un problema. La dapoxetina, ya se encuentra en las farmacias con el nombre de Priligyi y como dice su publicidad el tiempo ya no será un obstáculo en las relaciones sexuales. Todos los medios se han hecho eco de esta información, ofreciendo datos sobre la prevalencia de la eyaculación precoz en España, aludiendo a que un 30% de los hombres la padecen.

La credibilidad de estos datos es cómo y quién los ha obtenido. Los cuestionarios suelen ser de muy escasa fiabilidad, ya que es clave la entrevista directa, que debería haber sido realizada por expertos en terapia sexual.
Y es que, a la cantidad de tiempo que se tarda en eyacular tras la penetración (latencia eyaculatoria), le ocurre algo parecido que lo que al tamaño del pene: se tiene la fantasía de que debería ser mayor.

Uno de los perfiles que se encuentran en terapia sexual de hombres preocupados por la rapidez con que eyaculan, son hombres con baja autoestima sexual, en el que su mayor preocupación es el tamaño de su pene y lo poco que aguanta en el coito.

En una sociedad que ofrece una información confusa, y con escasa educación sexual, es fácil que la duración del coito sea un problema para muchas parejas.

Y es que existen muchos mitos entorno al coito, provocando demasiadas expectativas entorno al mismo, como el orgasmo simultáneo, o que la mujer lo obtenga durante la penetración, cuando lo más normal es que no sea así, salvo que haya una estimulación del clítoris. Todo lo anterior, acaba provocando problemas en las relaciones de pareja, cuando lo único que ocurre es una falta de información, falsas creencias y ausencia de una verdadera experiencia sexual saludable.

La escasa perspectiva sexológica, de buena parte de los profesionales de la salud, es probable, que a partir de ahora, se vayan a ver interesados por el tema, pues van a ver en el nuevo fármaco, la llave a la solución de la eyaculación precoz. Es importante un buen diagnostico.

Es posible que al amparo del lanzamiento masivo del Priligy, podamos asistir a una explosión de prescripciones para tratar eyaculaciones precoces que no lo son.

Entiendo, que las ventajas del fármaco se deben obtener con una adecuada prescripción, después de haber realizado un diagnóstico a través de una exploración sexológica, que contemple aspectos médicos, psicológicos y sociales, además de los factores predisponentes, precipitantes y mantenedores de la disfunción.

Es de desear que aunque se carezca de experiencia y formación sexológica, no se caiga de manera automática en respuesta a la queja de "soy muy rápido". Sabemos que no hay recetas mágicas en lo que a la terapia sexual se refiere. Es importante una orientación al respecto, la adherencia terapéutica es clave, como en todo fármaco, y especialmente en terapia sexual, donde el componente emocional juega un importante papel.
La eyaculación precoz no es una disfunción, pero si partimos de que la eyaculación precoz como disfunción ha sido una construcción social de la cultura, hemos de admitir que también podemos aprender a variar el proceso eyaculatorio. De la misma forma que un atleta necesita de un entrenamiento costoso para modificar sus condiciones físicas para poder batir marcas olímpicas, es asumidle que se puede aprender a controlar el proceso eyaculatorio para manejarlo voluntariamente, aunque no sea necesario para mantener relaciones sexuales plenamente satisfactorias, sin necesidad de fármacos.
Fdo.: Raquel Díaz Illescas.

sábado, 18 de julio de 2009

Fantasías sexuales

Las fantasías, a pesar de ser uno de los mejores recursos o herramientas al uso para disfrutar de la sexualidad de manera individual o en pareja, es también un tema que provoca la duda, o la moralidad incluso de quienes hacen uso de ella.

Pero, qué son las fantasías sexuales?
Las fantasías no son otra cosa que la representación mental de lo vivido, o lo que desearíamos vivir, que adornamos y damos color, imagen y sonido al antojo de su creador/a; que nos hace ser grandes y fuertes, o pequeños y sumisos; ser piloto de aviones, o maharajá; tener un harén de mujeres para ti solo, o disfrutar con cuantos hombres te pida el cuerpo…., en Estambul, o Mauritania, Atenas, o en la Conchinchina. Los límites los pones tú.

El objetivo de las fantasías sexuales es la excitación. Favorecen la concentración, el bajo deseo sexual, la masturbación individual, enriquecen las relaciones sexuales de la pareja, y dota a la persona, de un recurso contra la monotonía.

Ni que decir tiene, que las fantasías sexuales tienen carácter individual y propio. La imaginación de cada cual puede ser, y de echo lo es, muy diversa. Lo que a una persona puede excitarle en décimas de segundo a otra puede no decirle nada, es por esto que cada individuo crea, y organiza sus fantasías en función de la respuesta excitatoria que obtiene, y de lo que se permite.

En ocasiones las fantasías son motivo de dudas que rondan más de una cabeza: la orientación sexual, nuestra fidelidad, lo decente o indecente, lo perverso, la culpa. Lo primero es tener claro, que la fantasía no es la realidad y que tampoco tenemos que llevarla a ella.

Para entender explícitamente lo anterior, valga el siguiente ejemplo: puedes ir un día cualquiera en el transporte público, ser apretujado o pisado reiteradamente por alguien y desear ahogarlo allí mismo, incluso de forma divertida y como desahogo puedes imaginarlo, pero creo que estarás de acuerdo en tu escaso deseo real de llevarlo a cabo. Pues, esto mismo ocurre con las fantasías sexuales, puede llegar a ser lo mismo, el imaginar algo puede no tener nada que ver con realizarlo. Lo bueno y positivo de ellas, es que podemos experimentar con la diversidad sexual, entrar y salir en ellas de manera creativa, traspasando los límites de la realidad, sabiendo que forman parte del mundo propio e individual de la imaginación, donde el placer proporcionado es el resultado de la perfección de la situación imaginada y de lo prohibido o poco permitido de esa situación.
Muchas personas piensan, que el echo de tener fantasías sexuales significa el deseo encubierto de querer llevarlas a la práctica, sin embargo, en la mayoría de las ocasiones la práctica de las mismas podría ser una experiencia poco gratificante o dolorosa, y en otros casos ser un riesgo para la relación de pareja. La vivencia de las relaciones sexuales, lleva componentes no tan perfectos ni adaptados a nuestro placer como cuando fantaseamos, esto puede ser un estímulo o una decepción, todo dependerá de lo que cada cuál se permita disfrutar en su sexualidad real, y qué en la fantaseada.

Fdo.: Raquel Díaz Illescas.

viernes, 17 de julio de 2009

La comunicación: la clave en la pareja.

Cuando nos enamoramos, sobran las palabras, eso dice la persona enamorada. Pues que mejor comunicación que la de los besos, las caricias, la fusión de los cuerpos, el intercambio de fluidos…


Pasado el tiempo, cuando la pasión va tomando forma, calmando sus ansias de fusión, de estar siempre boca con boca es entonces cuando las palabras buscan espacio.

La comunicación es el nexo de unión o distanciamiento de la pareja. Las palabras son la herramienta que utilizamos para expresar aquello que deseamos y sentimos; con las palabras ayudamos a la pareja a que nos conozca, que sepa algo más de nosotros, no solo de nuestros exteriores, que se encuentran a la vista, sino de la parte más interna, esa que a veces silenciamos.

Nos formamos en múltiples disciplinas que nos permitan ser competitivos profesionalmente, nos preparamos para transmitir nuestra mejor imagen en los ámbitos laborales, sin embargo, pasamos por alto cómo comunicamos nuestros sentimientos y afectos; la manera que utilizamos cuando damos nuestras opiniones o el lenguaje que utilizamos al dirigirnos a quien queremos….

La pareja va estableciendo su comunicación en las “artes adivinatorias” en las que se van formando sus miembros, conllevando a las malas interpretaciones como: … yo pensaba que… debías de haber pensado que…

La convivencia permite a las personas conocerse y muchas veces saber o creer predecir la reacción de su pareja ante una situación determinada, y seguramente así ocurra en muchas circunstancias, pero necesitamos de la comunicación, la corporal y la que precisa de las palabras que se escuchan y se expresan para hacernos entender, y cuanta más información seamos capaces de proporcionar a nuestra pareja, menos probabilidades tendremos de no ser comprendidos o malinterpretados por esta.

Los años de convivencia no son una garantía de saber lo que quiere, piensa y cómo actuará nuestra pareja, sobre todo si no ha habido comunicación. Podemos intuir, imaginar o presuponer que hará, pensará o se sentirá de esta u otra manera, pero solo serán hipótesis, las nuestras, y esto es importante tenerlo claro.

Y mientras uno y otro piensan lo mucho que saben de su pareja, llega un día en que se dan cuenta de que solo de lo cotidiano saben el uno del otro y nada de sus miedos, deseos, frustraciones, de su sexualidad.

Un componente clave para establecer relaciones de pareja saludables es una comunicación eficaz.

Fdo.: Raquel Díaz Illescas.

domingo, 12 de julio de 2009

Y los sueños, sueños son...

Soñamos cuando dormimos, pero también despiertos jugamos a soñar...

Los sueños, han sido siempre una curiosidad para el ser humano desde tiempos inmemorables. Hombres y mujeres se han ido asomando al mundo onírico con los instrumentos que en cada momento tenían a su alcance.


Sin duda Freud, con su particular “interpretación de los sueños” revolucionó el pensamiento de la época: “los sueños son una vía de acceso al inconsciente”; además, “son como una realización de deseos”.

Siguiendo el pensamiento freudiano, aquello que vivimos en la “vida onírica”, es producto de un deseo, probablemente oculto, frustrado, o quién sabe si, según el famoso psicoanalista, tal deseo sea desconocido por el soñador...

En la vida cotidiana, las personas jugamos a analizar nuestros sueños, y a veces los de los demás, con la excusa o motivo de dar una respuesta o explicación a aquellos ensueños que para la razón carecen de sentido.

...Buenos, malos, absurdos; así designamos a los sueños que hemos vivido la noche anterior; sin duda, la experiencia onírica puede proporcionarnos un estado placentero que a veces facilita el afrontar de una forma positiva el día; es verdad que no siempre se disfruta soñando, en ocasiones éste, acaba siendo una pesadilla que causa dolor y malestar en nuestra vida emocional.


Interpretar lo irreal, no deja de ser un intento por comprender lo que se nos muestra incomprensible en el mundo real.

Los sueños son una parte inagotable de conocimiento de nuestro inconsciente. Es posible que según qué teorías, éstos sean una manifestación de aquello que nos inquieta o preocupa de nuestra vida. Como dirían algunos, “ni durmiendo descansamos”.

Hablar de los sueños es adentrarse en un gran laberinto de imágenes y símbolos, donde lo absurdo se va conjugando con lo irracional; donde lo onírico en ocasiones es vivido como real; donde a veces, quisiéramos volver a cerrar los ojos y vivir lo que no viviremos al despertar. Soñar, es también una forma de querer vivir...

Es posible, que como ya dijera Calderón de la Barca en La Vida es sueño: “...y los sueños, sueños son”, algún día, quién sabe, si aquellos que nos hacen disfrutar, acaben formando parte de nuestra vida.

Fdo.: Raquel Díaz Illescas

miércoles, 1 de julio de 2009

El lodo de las pasiones

...agitación, euforia, pasión, incertidumbre, malestar, insomnio, descontrol, irracionalidad, necesidad, insatisfacción, plenitud, celos, vulnerabilidad, posesión, locura...Si de algo adolece el amor es de racionalidad. En el se conjugan todos los estados anímicos en que el ser humano puede encontrarse y sentir.

Enamorarse es un estado placentero, pero lo es también de confusión, de desequilibrio, de desorden para nuestro organismo, pero sobre todo para nuestras emociones. El amor acaba invadiendo cada una de las parcelas de nuestra vida sin coto que se lo impida. Entra sin permiso y se instala alterando nuestros ritmos, nuestro sueño, la voluntad. Es el sentimiento de pérdida de control el que lleva al enamorado/a a sentirse preso de los caprichos y de los vaivenes de las actitudes y comportamientos de la persona amada.

El amor no conoce de personalidades fuertes o débiles. En cualquier momento de la vida te bambolea y te arrastra como si reptil fueras. Se ubica en tu pensamiento y desde allí se desliza para recordarte cuán vulnerable puedes llegar a ser. El ser correspondido, ignorado, o manipulado, no anula el sentimiento y el deseo de posesión, de entrar en el otro, de dejar de ser el/la invadido/a y empezar a ser el amado, el perseguido.

Sentirnos queridos, amados, admirados, deseados, e incluso sabernos pensados son sentimientos a los que difícilmente quiera renunciar cualquier ser humano, pero son estos mismos, erróneamente administrados, los que pueden hacer del amor un a partida de ajedrez.
La manifestación de sentimientos alivia en un principio a quien lo saca de si, y llena de orgullo y vanidad a quien lo recibe, adjudicándose éste el dueño y señor/a de los tiempos, de los estados anímicos, de las esperas, de las incertidumbres, de los sueños, de las voluntades. El amor si de algo no precisa es de la revelación absoluta e inmediata de los sentimientos.
Siendo el amor un sentimiento que produce en quien lo vive tantas emociones, es curioso como la expresión de las mismas condena su elocuencia.

No son los años, sino la experiencia de haber estado en el lodo de las pasiones quien silencia los sentimientos.

 
Fdo.: Raquel Díaz Illescas.