…Tierno, sensible, atento, cariñoso, salvaje, bruto, apasionado, fuerte…
Durante décadas el género masculino ha venido lamentándose de no entender a las mujeres, de no saber qué es lo que queremos y deseamos, aludiendo a nuestra complejidad.
Desde la revolución sexual del siglo XX los hombres se muestran muy interesados en ser buenos amantes y en que sus compañeras de sexo les den buena nota, y para ello intentan emplearse a fondo, aunque no siempre su rendimiento los lleva al éxito esperado.
Curiosamente, en materia sexual los hombres han creído saber lo que nos gusta y queremos; sin embargo no entienden por qué siendo el sexo una actividad que desearían practicarla todos los días, su pareja no muestra el mismo interés, y además, cuando lo hace está deseando acabar.
Y es que, a pesar de la errónea responsabilidad que se han atribuido los hombres en sus relaciones sexuales, el placer de las mujeres sigue siendo una incógnita por resolver. Es verdad que ellos no son los únicos responsables de esto, pues somos las mujeres las que debemos empezar a responsabilizarnos de nuestro propio placer, empezando por expresar aquello que queremos y nos gusta que nos hagan.
Y entonces ellos se preguntan ¿Qué queremos o deseamos las mujeres en los encuentros amorosos? ¿Qué actitudes o comportamientos detestamos, nos desagradan o nos producen rechazo? ¿Qué es para nosotras un buen amante?
Cada mujer es diferente, por lo que sería un error trasladar los gustos y deseos de tu anterior pareja sexual a la que tienes actualmente. Hay mujeres más recatadas, tímidas, con prejuicios y que conservan algunos mitos y creencias en torno a la sexualidad, pero también hay mujeres que viven su sexualidad de forma abierta y placentera. De manera que cada caballero, también con sus peculiaridades, deberá intentar acoplarse, si así lo desea, a su pareja sexual si quiere ser etiquetado como “buen amante”.
He aquí algunas sugerencias que puedes llevar a cabo para que tu compañera te califique de “buen amante”:
1. ¿Ella te gusta, la deseas? Pues díselo y sobre todo, hazle que se sienta especial. No des nada por hecho. Dile lo mucho que te gusta cómo te mira, sus piernas, su pelo, sus ojos, cómo se ríe, su culo, cómo le sienta tal o cual vestido…No es cursi. Da igual que se lo hayas dicho muchas veces. Ponle volumen a tus pensamientos y díselo, a ella le encantará y le hará sentirse más segura. Y por supuesto, no se lo digas sólo cuando quieras sexo.
A veces erróneamente los chicos pensáis que si vuestra chica se muere por vuestros huesos esto ya garantiza su placer, y no es así.
2. Las mujeres también pensamos en el sexo, aunque no es el pensamiento predominante del día, como también nos fijamos en otras partes del cuerpo que no son precisamente las manos ni los ojos (bueno sí, en las manos para ver las posibles habilidades que puede tener con sus dedos…) De manera que mueve ese cuerpo, que seguro que los ojos de tu chica navegan ya por él.
3. Bésala. No pidas que ella lo haga, no preguntes si puedes hacerlo, simplemente bésala, en la cara, en los labios, en la boca… Eso sí, no lo hagas sólo cuando quieras mantener relaciones sexuales. Hay muchos señores que se quejan de que sus mujeres rehúyen sus besos, que estos han quedado reducidos a los meramente “cordiales”, dejando los apasionados en el recuerdo ¿Has pensado alguna vez por qué ocurre esto?
4. Tu boca debe oler y saber bien. Le he dedicado un punto y aparte a este apartado por la importancia que esto tiene y por la escasa atención que en este caso, los caballeros le otorgan al mismo. No importa el tiempo que lleves con tu pareja, ni la confianza que tengas con la misma. Es fundamental, importante y necesario que tu boca no huela a eso que hace unas horas has comido o bebido (ajo, cebolla, queso, gazpacho, café….) a estomago vacío o peor aún, a tabaco. Te aseguro que es altamente desagradable y un motivo más que suficiente como para que tu pareja rehúya el besarte. No pienses que porque nunca nadie te lo haya dicho, por eso tu aliento no deba ser cuidado y revisado. A algunas mujeres les da mucha vergüenza decirlo y simplemente se limitan a evitar el acercamiento. Olvídate de eso de que hay que ser espontáneos y que hay que besar cuando y en cualquier situación. Sí, si sabes que tu boca estará preparada+ para ser besada y querer repetir. Hoy en día no hay excusas para el mal aliento o mal sabor de boca; en cualquier establecimiento podéis encontrar un espray que se puede llevar en el bolsillo y en cualquier momento daros un toque. Os aseguro que esto influye mucho en el deseo.
5. Dos besos en la boca, uno en el cuello, un toqueteo en el pecho, culo y a meter, y por supuesto, al mismo ritmo y en su orden, para no perderte… Atrévete y saca tu lado más canalla. Deja las cortesías, delicadezas y palabras tiernas para otro momento. Ahora toca que tu chica se ponga a cien y que no olvide ese encuentro. No esperes a llegar a la cama, ni a que se desnude; saca tu lado más salvaje. Cambiar de escenario y de rol puede ser estupendo. A las mujeres nos gustan los chicos cariñosos y tiernos, sí, pero nos vuelven locas los que tienen ese punto canalla. De manera que de vez en cuando hazle ver a tu chica que sí, eres un chico bueno, pero también sabes y puedes ser ¡malísimo!
6. Fantasías sexuales: Podemos decir que un elevado porcentaje de las mujeres que tienen orgasmos solas o en sus encuentros eróticos (por no decir todas) tienen fantasías sexuales mientras se masturban a solas, contigo o cuando practicáis coito juntos. A los hombres os encanta eso de saber con qué fantaseamos las mujeres y además, a veces vuestro desconocimiento de nuestra sexualidad os lleva a pensar que nuestras fantasías sexuales son producto de nuestro “deseo oculto”… por lo que creéis que desearíamos llevar a la práctica todas aquellas fantasías que nos ponen cuando nos masturbamos. Nada más lejos de la realidad. Las fantasías sexuales nada tienen que ver con los deseos sexuales en la vida real. De manera que no insistas en saber con qué fantasea tu chica y menos aún en mosquearte u ofenderte si lo hace con el frutero, o incluso con ese o esa que tan mal te caen. Son fantasías, deja que disfrute y hazlo tú también con ella. Si te las cuenta, entiéndelas como lo que son.
7. Masturbarse también es una práctica que llevamos a cabo las mujeres y no seas tan ingenuo pensando que nos” metemos eso o aquello. Si te quitas esta idea de la cabeza, posiblemente cuando tengas algún encuentro sexual con una chica, te olvides un poco de aquello de “meter” y te centres más en estimular otras zonas que a las mujeres nos resultan altamente placenteras…
Es verdad que hay juguetes eróticos o terapéuticos (dildos, bolas chinas, etc.) maravillosos para fortalecer el suelo pélvico y también para “jugar”, pero lo más común es que tu chica lo que hace, es estimularse el clítoris. ¿Con qué? Pues eso ya va en gustos, preferencias o momentos…
Masturbarse no siempre está relacionado con tener o no pareja o estar más o menos satisfecha, de manera que si tu chica te dice o la descubres masturbándose, tu “hombría” no debe ofenderse. A veces el sexo a solas también está bien, incluso para las mujeres. Alégrate, eso la mantendrá más activa y contenta.
8. Las relaciones sexuales con coito (penetración) son muy placenteras y gratificantes para las mujeres, pues nos hace sentirnos íntimamente conectadas con vosotros. Pero no debéis olvidar que esto no quiere decir que por muy bien que nos lo estemos pasando y muy excitante que esto sea, vayamos a alcanzar el clímax con uno de vuestros embistes. Piensa que tú si llegarás y tendrás posiblemente un orgasmo estupendo, porque no dejas de estimular lo que más te gusta, tu pene, pero ella no. De manera que si quieres ver a tu chica disfrutar controla tus deseos de “meter” nada más empezar y disfruta con ella de vuestra piel, de los besos, caricias y de los susurros al oído, que esto excita mucho a las chicas. Puedes besar y lamer tanto como desees, donde quieras o te permitan…
9. Es verdad que nuestro clítoris no se encuentra tan a la vista como lo hace vuestro pene, ni tampoco es tan reivindicativo; sin embargo es muy agradecido a cualquier estímulo. Está repleto de terminaciones nerviosas, por lo que es muy sensible a la manipulación. Piensa que clítoris = pene. Si te olvidas de él, si no lo avivas directa o indirectamente, tu chica no llegará al orgasmo. Mímalo.
10. El tamaño del pene está más en vuestras preocupaciones que en las de las mujeres. No te obsesiones si para ti es pequeño, pues seguro que a tu chica lo que realmente le interesa es descubrir todas “las herramientas o recursos” de los que dispones para hacerle acariciar el cielo. De manera que pon en forma tus manos, dedos, lengua (la húmeda y la que susurra). Tu pene no siempre tiene que ser el protagonista de todas las fiestas, aunque a ti te encante invitarlo a todas.
11. Decirle palabras guarras o con contenido sexual cuando estáis en acción puede ser muy excitante y estimulante para algunas mujeres, pero es cierto que otras se pueden sentir ofendidas. Prueba y si no le gusta debería decírtelo. Una forma de saber si esto le pone es si te responde con otras similares o por el contrario se calla, también es posible que sea por timidez. A veces la manera más rápida es hablarlo con ella antes.
Háblale mientras ella te está acariciando, comiendo, lamiendo… esto le servirá para saber cuánto y cómo te está gustando lo que te está haciendo. Pero no confundas lo de hablar con los sonidos onomatopéyicos (ay, ummmm, sigue, así…) Sé un poco más creativo y sobre todo explicito, que le quede claro que lo que te está haciendo te está volviendo loco.
Algo similar ocurre con aquello de darle “cachetitos” en el culete. A algunas mujeres esto las excita tanto como a ti y a otras les puede parecer una agresión. Al igual que en lo anterior, háblalo con ella. Piensa que en el sexo vale todo, siempre que ambos estéis de acuerdo.
Seguiremos….
Fdo.: Raquel Díaz Illescas.
Fdo.: Raquel Díaz Illescas.