tag:blogger.com,1999:blog-8202108059765213690.post7609487539938253525..comments2022-12-10T05:25:42.228-08:00Comments on Sexualidad positiva: Lo que nos queda por vivir.Raquel Díaz Illescashttp://www.blogger.com/profile/04183856424049426062noreply@blogger.comBlogger2125tag:blogger.com,1999:blog-8202108059765213690.post-91120354778353414192011-08-17T14:00:42.398-07:002011-08-17T14:00:42.398-07:00Mi querido Rafa, somos seres para el contacto y la...Mi querido Rafa, somos seres para el contacto y la vinculación. Necesitamos querer en la misma intensidad de que nos quieran. Gran parte de nuestra vida la pasamos buscando alguien con quien compartir y en esa búsqueda, no siempre tranquila y sosegada vamos disfrutando de otra piel, de otros labios, de miradas….y a veces la soledad se empeña en no abandonarnos y entonces, ¿qué podemos hacer? Decirle que no nos interesa.Raquel Díaz Illescashttps://www.blogger.com/profile/04183856424049426062noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-8202108059765213690.post-63169906870880025892011-08-16T16:40:50.701-07:002011-08-16T16:40:50.701-07:00Rousseau consideraba al ser humano como un ser aso...Rousseau consideraba al ser humano como un ser asocial. Para él, las personas no estaban destinadas a vivir en sociedad, ya que podían realizarse plenamente viviendo de forma aislada, y es nuestra debilidad lo que nos hace sociables. Creía que un ser verdaderamente dichoso era un ser solitario.<br />Durkheim consideraba que el hombre/mujer no nace social, sino que se hace mediante la educación.<br />Más extremistas, Hobbes pensaba que el estado natural del ser humano es estar en guerra y los “otros” son el enemigo al que hay que atacar, y Sartre afirmaba rotundamente que el hombre es antisocial, que la existencia del “otro” interfiere y dificulta la propia proyección individual. Y una postura todavía más radical sería la de Stimer, que consideraba las relaciones con los otros como las de un egoísta con otro egoísta en las que se utilizan los unos a los otros según convenga.<br />¿Y qué pienso yo?. Pues no soy tan lejano a las afirmaciones de Rousseau. Tampoco soy tan lejano a pensar eso de que es la sociedad la que corrompe al individuo, y que los niños/as son seres puros hasta que la sociedad (nosotros) los volvemos egoístas e interesados.<br />Si analizamos lo que ha pasado en Japón, tendría razón Stimer. O sea que ¿a causa de un desastre nos damos cuenta que queremos estar con alguien?. Eso me vale para los/las que teniendo ya pareja, a raíz del terremoto y sus consecuencias, hubiesen “abierto los ojos” y hubiesen decidido que la vida es muy corta (y puede serlo todavía más) como para perder el tiempo y perderse esas caricias, besos, abrazos… como para perderse la ternura de tener a alguien que quieres y te quiere cada día junto a ti. Pero entiendo la búsqueda de pareja por medio de una agencia matrimonial como la búsqueda de no estar solo. Y una búsqueda a cualquier precio. No nos interesa realmente tal persona, lo que nos interesa es no estar solos, lo más importante combatir los miedos compartiéndolos con alguien. Y para eso, ¿no nos vale un hermano, una amiga, un compañero de batallas, una madre, un hijo…?<br />Como siempre tengo mis contradicciones. Si alguien ha tenido la suerte de vivir alguna temporada en una zona deprimida, donde los niños y niñas (entre otras circunstancias por la necesidad de sus padres de estar todo el día trabajando y sin ver a sus hijos) se deshacen por esas caricias, abrazos y besos, donde una muestra de cariño les hace más bien que un plato de arroz, pensaría que esa necesidad de afecto bien vale una búsqueda desesperada.<br />Aunque bien pensado esta vez no me estoy contradiciendo tanto. En todo caso, estoy mucho más cercano a las palabras de Díaz Illescas: “Unir nuestra vida con alguien es un deseo que va fluctuando a lo largo de los años, y que va a depender de las experiencias vividas. Compartir un proyecto de vida, un abrazo, una caricia a tiempo o un beso de buenos días no siempre es valorado”. Yo tan solo añadiría que es la experiencia más maravillosa de la vida, siempre que sea desde una decisión de deseo mutuo (incluso un pelín egoísta), y nunca desde la base de la evitación de la soledad.<br />Quiero aclarar que por supuesto no estoy en contra de una unión por intereses como puede ser el de no estar solo. Lo que pasa es que en muchos casos es una unión no compartida por ambas partes.<br />Vivir en soledad no es malo ni frustrante. Vivir en pareja puede ser formidable y gratificante. En todo caso, como decía Andrés Montes, “la vida puede ser maravillosa” (en soledad voluntaria y/o en compañía voluntaria).<br />Rafa.Anonymousnoreply@blogger.com