• Causas psicológicas: Cuando las causas físicas han sido descartadas podemos encontrarnos con trastornos del deseo sexual por inhibición psicógena, que son el resultado de la supresión involuntaria e inconsciente, pero activa, del deseo sexual como mecanismo de defensa frente a la angustia, motivado por:
- vivencias pasadas o actuales
- preocupación excesiva por complacer a la pareja
- la repetición de experiencias sexuales ingratas
- insistencia sexual obsesiva por parte de la pareja
- sentimientos de culpa leve
- normas morales prohibitivas o similares
- miedo a la intimidad
- conflictos de Edipo, fraternales, etc.
Las emociones de miedo, vergüenza, culpa, asociadas al deseo sexual producen angustia. Si las causas psíquicas son de carácter grave o profundo, la disfunción deberá ser tratada con psicoterapia por un profesional de la Psicología. Cuando las causas psíquicas son leves y están asociadas a causas sociales, pueden ser abordadas por la orientación y la terapia sexual.
La mayor parte de las causas psíquicas están asociadas al miedo a desear sexualmente, porque este deseo es vivido como un peligro, así la defensa se establecerá no deseando.
A continuación enumeramos una lista de posibles peligros (creadores de miedo) asociados a la sexualidad:
- Miedo al embarazo
- Miedo al descontrol
- Miedo a que el sexo te domine (pérdida de control)
- Miedo al compromiso
- Miedo al fracaso
- Miedo a daños físicos
- Miedo al placer
- Miedo ante una disfunción sexual
• Causas sociales: Son las causas generadas por influencias culturales, como una educación represiva, la influencia de modelos sexuales sociales puritanos, relaciones sexuales clásicas y pobres, los comportamientos de género, etc.
Las experiencias sexuales no satisfactorias y vividas sin placer, provocan una respuesta de falta de deseo o disminución de este para llevar a cabo encuentros sexuales deseados. Su origen: en la mayoría de las ocasiones una falta de comunicación entre la pareja, comunicación inadecuada o falta de aceptación en las propias prácticas sexuales o utilización de técnicas que producen desagrado, asco o enojo.
Así mismo las relaciones sexuales sin ganas, bien por compromiso o por miedo a la pérdida de la pareja, cuando se producen de forma reiterada, son también causa de falta de deseo ya que la vivencia de la sexualidad para que sea placentera y pueda reforzar el deseo de repetir la experiencia ha de ser previamente deseada y recordada con placer.
Los conflictos de pareja son otras de las causas de la inapetencia sexual, principalmente de las mujeres. La falta de deseo suele ser una respuesta a los problemas afectivos y de convivencia. Si no estás bien con tu pareja, si no te sientes valorada, querida, cuidada y apreciada, difícilmente el deseo encontrará acomodo.
Seguiremos...
Fdo.: Raquel Díaz Illescas
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