miércoles, 13 de noviembre de 2013

“Entrenadora de orgasmos”




En estos días veía nuevamente uno de los estupendos videos de Betty Dodson, la doctora que puede considerarse como la primera entrenadora de orgasmos femeninos. Esta mujer sin complejos, ha enseñado a mujeres de todas las edades, creencias y procedencias una habilidad aparentemente simple: cómo masturbarse. 
 
“Entrenadora de orgasmos”, sería fantástico. Sin embargo, ¿Esto sería posible llevarlo a cabo en nuestras consultas? ¿Qué reacción tendría en según qué colectivos sociales? ¿Podría cualquier profesional de la sexología llevar a cabo este entrenamiento? ¿Qué mujeres serían susceptibles de este entrenamiento?

Nuestra cultura  sexual que todo lo pasa por la moral y que tiene tanta facilidad para hacer del placer un pecado, posiblemente condenaría a la hoguera a todas aquellas profesionales, que tuvieran la genial idea de querer enseñar a las mujeres a disfrutar de los placeres de su cuerpo de manera vivencial, y por supuesto con ellas a quienes participasen de esta enseñanza. Que conste que a mí no me importaría que “me quemasen en la hoguera”, pero como para entrenar en el arte de la masturbación todavía nos queda un largo camino por recorrer, vamos a intentar explicar lo que de momento si nos permiten “entrenar” desde una pedagogía teórica...

Y es que la masturbación de las mujeres sigue siendo en nuestros días un tema tabú y  con demasiados mitos y creencias entorno a una práctica saludable. Sinn embargo, la ausencia o falta de orgasmos es una cuestión recurrente en consulta. Cada vez son más las mujeres que se interesan por su anorgasmia y son a estas especialmente a quienes va dirigido este post. 

La masturbación forma parte de lo íntimo, de lo privado, de lo que se silencia. Lo relativo al sexo y el “darse gusto al cuerpo”  parece ser que debe aprenderlo una por si sola.  Por consiguiente las dudas e interrogantes que van surgiendo en el proceso de maduración se van quedando en tierra de nadie. 

Y con toda esta cultura que rodea a la masturbación femenina, nos encontramos con muchas mujeres que nunca se han masturbado y otras tantas que han hecho mil y un intentos sin éxito alguno. Así mismo el autoerotismo no es una cuestión de edad, pues hay muchas mujeres que viven en pareja desde hace muchos años e incluso han tenido hijos y nunca se han masturbado o no han aprendido a hacerlo, ni nunca han tenido un orgasmo, y mujeres jóvenes que desconocen los placeres del éxtasis. 

Para muchas mujeres el no haber tenido nunca un orgasmo es causa de frustración e incluso vergüenza cuando mantienen relaciones sexuales con otra persona. Es verdad que un número importante de mujeres desconocen si han llegado alguna vez al clímax. Manifiestan excitarse pero no saben si han tenido un orgasmo (la respuesta es sencilla: no).

Y  tú ¿sabes masturbarte?

A lo largo de estas semanas veremos cómo hacerlo con éxito.


Fdo.: Raquel Díaz Illescas.

3 comentarios:

  1. Puede leerse gratuitamente mi desmitificador libro sobre la masturbación femenina en la "Sala de lectura" de mi blog:
    http://jesusramosbrieva.blogspot.com.es/

    TODO lo que creemos saber sobre ella es FALSO.

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  2. Completamente de acuerdo.

    Mientras no llenamos la boca de conceptos como modernidad, globalización, libertad... El placer femenino continua siendo un tabú. Sólo tenemos que fijarnos en el terreno adolescente, los chicos compiten y exhiben su sexualidad sin ningún prejuicio, mientras las chicas no comparten sus experiencias por temor a ser vistas como unas "guarras" por las demás compañeras.

    Pienso que sólo a partir de una educación sexual "de verdad" (sin tapujos, prejuicios, ni tabúes) se podrán producir verdaderos cambios sobre la base de unos valores menos patriarcales y más igualitarios.

    Salut!

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  3. Efectivamente Elena, todavía las mujeres sienten miedo a manifestar abiertamente que se masturban o que no son capaces de conseguir un orgasmo cuando lo hacen. Nos queda un largo camino por recorrer, pero se puede ver la luz en este largo túnel. Gracias por tu aportación.

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