En el
goce y disfrute de tu sexualidad el límite no se encuentra en los recursos que
puedes utilizar, lo está en tu imaginación. Prueba a dejarla libre....
Una vez que has aprendido a masturbarte la
forma, el recurso o el lugar donde lo hagas será algo que tú decidas. Es verdad
que cuanto más flexible seas más posibilidades tendrás sobre todo en el momento
de llegar al clímax con tu pareja, pues
el tener orgasmos sola, no garantiza el que los tengas cuando mantienes
relaciones sexuales, ¿o me equivoco? Esto por sorprendente que pueda parecer
sobre todo a los chicos, es muy común.
Vamos a ver algunas variaciones que puedes
introducir en tu auto placer:
Si acostumbras a hacerlo boca arriba, prueba boca abajo. Con los dedos bajo
tu vientre o frotando tu clítoris contra la almohada. Esto te permitirá trasladar esta experiencia cuando estés con tu pareja y masturbarte
contra alguna parte de su cuerpo.
Ejemplo: estando él boca abajo y tú sobre él. Muévete
sobre su cuerpo buscando la posición que
te roce el clítoris, directa o indirectamente.
Esto te permitirá también hacerlo cuando él esté boca arriba y te puedas
“acariciar” con algún órgano “más prominente”. Si has aprendido a estimularte el clítoris con
dos dedos simulando el compás de la
“tijera,” esto te facilitará el movimiento cuando estés encima de tu pareja.
Más variaciones…
- Si lo haces vestida, desnúdate; si lo haces desnuda, vístete;
- Si lo haces acostada, hazlo de pie o sentada.
- Si empleas siempre tus manos y lo haces acostada, puedes hacerlo de pie y frotándote contra un objeto con saliente: el radiador de la calefacción, por ejemplo, con mucho cuidado de no quemarte. La esquina de la lavadora durante el centrifugado; con el pico de una mesa; con el borde de una puerta….
- Siéntate en el suelo, flexiona una pierna con la rodilla hacia delante de modo que el talón haga presión sobre la vulva. Sin que nadie lo perciba, puedes estimular tu clítoris con un balanceo casi imperceptible. Es una forma de masturbarse relativamente extendida en las mujeres. Las mujeres lesu de Nueva Guinea se masturban con el talón del pie derecho, nunca con la mano. Prueba.
- Las mujeres de Ponape, en Micronesia, usan una especie de hormiga cuya picadura en el clítoris produce un breve orgasmo (personalmente creo que hay métodos y recursos más seguros y más placenteros)
- Algunas mujeres japonesas emplean objetos huecos llenos de mercurio.
- En el siglo XVI se puso de moda entre las mujeres francesas utilizar para masturbarse una varita de caucho que podía llenarse de leche u otro líquido caliente; éste se vertía en el clítoris en el momento del orgasmo.
Como podemos ver, en las costumbres
sexuales hay mucho de hábitos sociales y culturales, por ejemplo Los pukapukan, pueblo de Polinesia, se
masturban libremente en público.
Hay otras variaciones que resultan
deliciosas, húmedas y muy calentitas...
- El chorro de la ducha:
- Debes disponer, preferentemente de un mango de ducha con diferentes posiciones de chorro. Esto te permitirá adaptar el chorro a tu gusto.
- Ajusta la temperatura del agua: generalmente la necesitarás unos grados más que en el resto del cuerpo (pero ten cuidado no quemarte con la excitación).
- Selecciona una opción que concentre la mayor cantidad de agua en la parte central.
- Apunta la parte central que va a mayor presión cerca del clítoris y ves haciendo aproximaciones hasta que lo hagas directamente.
- Es frecuente que al principio uno de tus pensamientos más recurrentes sea: ¡qué gasto de agua!. Este pensamiento no te permitirá concentrarte y disfrutar. Gastarás más agua, te quedarás helada y además sin un delicioso orgasmo. Relájate, disfrútalo y deja que el agua corra por donde tú desees.
- Esta práctica resulta de las más rápidas de llevar a cabo, pues sales limpita ya de la ducha.
- Imprescindible: una alfombra antideslizante para el suelo de la ducha, esto evitará que te resbales cuando estés llegando al clímax. .
Deja que tu deseo y tu imaginación busquen
recursos que seguro encuentran al alcance.
Seguiremos....
Si quieres leer el post anterior
Fdo.:
Raquel Díaz Illescas.
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