Pasamos parte de nuestros años,
de nuestros meses, de nuestros días, de
nuestras horas y de muchos de nuestros instantes, echando de menos, unas veces
a quien se fue, otras a quien se irá y la mayoría de ellas a quien nunca
estuvo.
Echar de menos es un estado
delicioso, amargo y dulce en el que nos movemos con la esperanza de que en
cualquier momento nos abrace y nos reco9mpense el tiempo perdido.
Echar de menos se conjuga en
infinitivo, se vive en gerundio y se reprocha en participio.
No queremos conjugar tiempos que
no sabemos manejar, tiempos que nos producen dolor y en demasiadas ocasiones tristeza.
Echo de menos nuestros paseos por
la calle mayor.
Echo de menos verte reservar un
restaurante, un hotel en la montaña o en la playa.
Echo de menos caminar contigo en
paralelo como dos naranjas enteras.
Echo de menos el desayuno en la
terraza con tostadas y mantequilla y mermelada de melocotón.
Echo de menos los sueños, las fantasías,
las utopías, pero sobre todo echo de menos las realidades.
Echo de menos tu sonrisa, y tus
dientes al reír.
Echo de menos tu deseo siempre
activo.
Echo de menos tu boca y tu lengua
y también tus labios.
Echo de menos tus te quiero y tus
te amo, y ser tu tesoro y tu reina y tu amor… y también tu nena…
Echo de menos que me digas que te
vuelvo loco y que además sea verdad.
Echo de menos tus caricias cuando
te despiertas antes que yo, y tu cuerpo caliente entre las sábanas.
Echo de menos tu sexo entre mis
piernas y tu boca sobre mi sexo..
Echo de menos tu voz al otro lado
del teléfono y tu aliento en el lóbulo de mi oreja.
Echo de menos las noches en la
cama en la que solo nos mirábamos, sin más.
Echo de menos el brillo de mis
ojos y el palpitar de tu corazón.
Echo de menos palabras valientes.
Echo de menos que dejen de
importar las onomásticas.
Echo de menos compartir contigo,
lo que sea…
Echo de menos la caída de tus
ojos, y tus abrazos y tus besos con sabor a smint-
Echo de menos soñar contigo y que
tú lo hagas conmigo,
Echo de menos lo que nunca
seremos, lo que nunca viviremos…
Si, me permito echar de menos lo que quiera, a
estas alturas de mi vida ¿Quién me lo impide?
Quizá y solo quizá dejaré de
echarte de menos cuando te encuentre.
Fdo.:
Raquel Díaz Illescas
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