Dame unos brazos que me abracen fuerte, sin
hacerme daño.
Dame unos brazos que no me juzguen, que no me
etiqueten ni encasillen, que no me
exijan ni esperen de mí.
Dame unos brazos donde descansar y llorar
cuando lo desee sin preguntarme si es el
momento.
Dame unos brazos donde poder sentirme niña cuando
lo necesite.
Dame unos brazos que me cobijen, que me
cuiden, que me quieran mientras me abrazan.
Dame unos brazos que no me miren si me
derrumbo, que solo me abracen, sin más.
Dame unos brazos que me abracen cuando me
abandonen las fuerzas y quiera rescatarme
la soledad.
Dame unos brazos que se emocionen, que
vibren, que sientan conmigo.
Dame unos brazos a los que yo pueda acudir
cuando me falten las fuerzas y me sobren las cargas.
Dame unos brazos que guarden todos mis
silencios y dejen espacio para mis palabras.
Abrázame y cierra los ojos conmigo, no
necesito más
Y yo a cambio, cerraré los ojos y dejaré
todas mis emociones fluir y volveré a sonreír de nuevo.
Fdo.: Raquel Díaz
Illescas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario