martes, 1 de diciembre de 2015

Se deja de querer





Se deja de querer...
y no se sabe por qué se deja de querer;
es como abrir la mano y encontrarla vacía y no saber de pronto qué cosa se nos fue.
                                                                                                                  Jose Ángel Buesa



 “Un día  te amé tan profundamente, que dejar de quererte era un tiempo verbal  sin tiempo, sin nombre”.

Se deja de querer cuando las palabras se quedan en la puerta, porque ya no hay nadie dentro que las deje pasar.

Se deja de querer en ausencia de afectos, de deseo, de sexo  y de cuidados.

Se deja de querer cuando él ha dejado de ser tu huésped, tu inquilino, tu residente.

Se deja de querer cuando un día al abrir los ojos él no está contigo y no te das cuenta porque ni siquiera lo piensas, simplemente no está.

Se deja de querer cuando  él no habita tus silencios.

Se deja de querer cuando el corazón duerme tranquilo.

Se deja de querer cuando dejas de esperar.

Se deja de querer  sin que lo sepas, sin darte cuenta.

Se deja de querer cuando  hacemos frontera de la distancia.

Se deja de querer  en ausencia de valentía.

Se deja de querer cuando la soledad se hace tu amiga.

Se deja de querer cuando su nombre  es simplemente un nombre que se escribe, que se dibuja y  borramos en un texto.

Se deja de querer cuando puedes coger sus cosas y cambiarlas de sitio y olvidarte un día dónde las pusiste.

Se deja de querer cuando dejas de buscarlo en otros ojos, en otro cuerpo, en otra piel.

Se deja de querer cuando al verle ya no es tan guapo, tan alto y tan divino.

Se deja de querer no porque si. Se deja de querer porque  el amor se despista y no se busca.

Se deja de querer cuando dejas de necesitar sus besos, sus caricias y cada uno de sus te quiero.

Se deja de querer  para poder seguir viviendo y queriendo querer a otra boca, otras manos, otros brazos, otro sexo…

Se deja de querer  nunca porque si. Se deja de querer porque el corazón se va parando, se va muriendo...

Y es que no se puede querer cuando no te quieren, no te aman o desean, cuando no te respetan y te valoran, cuando no te cuidan y dejas de sentirte especial para esa persona. No se puede querer aunque a veces lo creas.

“Dejé de querer tantas veces como quise y algunas veces, seguí amando tantas como amé”.


Fdo.: Raquel Díaz Illescas

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