Y
vuelven a nacer nuevamente en otro tiempo, en otra piel, con otra mirada, con más calma, con más
miedos y siempre con esperanza…
Pero
nunca son los mismos sentimientos con
los que un día amamos a otra piel, porque nosotros tampoco somos los
mismos y la mano que agarramos tampoco
es la misma que un día soltamos.
Y los
sentimientos van y vienen como las olas y se van desdibujando en nuestra memoria como las olas
del mar desdibujan los te quiero en la arena mojada.
Y no
podemos guardar los sentimientos como guardamos los recuerdos. . Un día nos damos cuenta que ya no nos
pertenecen y que solo podemos acudir a la
memoria que maquilla con palabras sentimientos en pasado.
Los
sentimientos se niegan a ser estáticos, aún cuando se sienten morir reclaman
seguir viviendo.
Fdo.: Raquel Díaz Illescas
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