...Podemos conocer el significado de los sentimientos de una manera fría, conceptual y definitoria a través de magníficos manuales que versen sobre la materia.
...Podemos saber de las emociones porque hemos sido testigos de experiencias de otras personas que han amado, que han sufrido.
...Sabemos de los sentimientos, y de ese gran universo de las emociones, no tanto por las veces que hemos creído tocar el cielo, como por las que hemos sentido estar en los infiernos...
El Atlas de las emociones, así he querido titular esta columna; posiblemente porque en ésta existe la intencionalidad de poder dejar huella de todas ellas: de las escritas, y las no escritas; las olvidadas, y las ignoradas; las vividas y las que queden por vivir...
Los sentimientos, son una mezcla de sensaciones que experimentamos cuando sentimos alegría o dolor. Unas veces los expresamos como sabemos, y la mayor parte de ellas como podemos.
Sentir, es una capacidad inherente al ser humano, aunque a veces sólo atribuible a algunos. Las emociones forman parte de nuestro estado de ánimo. Sin pereza alguna, se encuentran siempre dispuestas y alertas a ser activadas ante cualquier estímulo. No dependen de voluntades propias, ni siquiera en ocasiones de las ajenas. Afloran al exterior mostrando de nosotros la parte más débil, la más sensible; la que se rebela, la más visceral; la menos “sabia”, la más honesta...
En pequeños mapas sentimentales, podríamos distribuir las emociones, de manera que conformasen un gran atlas, el de las emociones, donde estuvieran las saludables y las nocivas, con sus efectos y consecuencias. Un atlas donde consultar no tanto los agentes inductores, como las recomendaciones para prevenir reacciones adversas; o las actitudes a mantener cuando las emociones se disparan.
Los sentimientos, son una mezcla de sensaciones que experimentamos cuando sentimos alegría o dolor. Unas veces los expresamos como sabemos, y la mayor parte de ellas como podemos.
Sentir, es una capacidad inherente al ser humano, aunque a veces sólo atribuible a algunos. Las emociones forman parte de nuestro estado de ánimo. Sin pereza alguna, se encuentran siempre dispuestas y alertas a ser activadas ante cualquier estímulo. No dependen de voluntades propias, ni siquiera en ocasiones de las ajenas. Afloran al exterior mostrando de nosotros la parte más débil, la más sensible; la que se rebela, la más visceral; la menos “sabia”, la más honesta...
En pequeños mapas sentimentales, podríamos distribuir las emociones, de manera que conformasen un gran atlas, el de las emociones, donde estuvieran las saludables y las nocivas, con sus efectos y consecuencias. Un atlas donde consultar no tanto los agentes inductores, como las recomendaciones para prevenir reacciones adversas; o las actitudes a mantener cuando las emociones se disparan.
Poder diseñar un atlas universal, que sirviese para todas y cada una de las situaciones que nos toca vivir, sería una buena herramienta útil, y sin duda muy al uso.
Fdo.: Raquel Díaz Illescas.
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