Aprendemos a vivir, y entender el mundo, a
través de imágenes, otorgándole a la
visión el primer lugar, entre todos los sentidos. Sin embargo, no siempre, ni
sólo es aquello que vemos, quien induce y activa nuestros afectos, ni deseos
sexuales.
Es el olor de un cuerpo, de una piel… es el sabor de unos labios, es el tacto, el roce, la caricia, quienes pondrán en funcionamiento a nuestras emociones, y también a nuestras hormonas.
Si tapas tus oídos, dejarás de escucharme,
Si presionas tu nariz, dejarás de olerme,
Si juntas tus labios no podré saborear tu boca,
Pero... ¿qué harás para dejar de sentir mis
caricias?
Acércate a mí sin miedo, despojándote de
prejuicios…
No veré el color de tus ojos, pero si tú
quieres, conoceré cómo huele tu piel, cómo saben tus besos, y si tú me dejas,
con mis manos, con mis dedos, recorreré
cada uno de los contornos de tu cuerpo…
Susúrrame al oído, y deja que mi lengua
saboree cada poro de tu piel,
Disfruta de mis valles, como yo lo haré de tu
puerto;
Si no te acercas a mi, si no pones tu mano
sobre la mía, si no me hablas al oído, no sabré si estás cerca o te has ido, no
sabré que existes.
Raquel D. Illescas.
Ibón Casas en su música “Apaga la luz”, y se adentra en
el gran mundo de los sentidos. Escúchala con los ojos cerrados y déjate llevar.
Fdo.: Raquel Díaz Illescas.
Me encanto!!!!... quisieras visitar mi blog: http://intimidadyplacer.blogspot.com.ar/ Pondre en practica lo leido... saludos...
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