Si un
día quieres regalarme amor te diré cómo
me gusta…
Me
gusta el amor con altas dosis de pasión y deseo.
Que
tenga sexo inteligente, sin exigencias, con muchos sabores e ingredientes.
Me
gusta el amor que seduce, el que me
piensa y el que me busca mucho más.
Que le
guste viajar, dentro y fuera de las sábanas.
Me
gusta el amor que se erotiza en mis palabras y me sigue amando en mis
silencios.
Que sea
un “malote o un canalla” pero solo en tiempos lascivos
Que me
haga reír y se ría conmigo y que sepa
llorar, conmigo o sin mi.
Que sea
un amor divertido, que me sorprenda.
Sin
ausencias con excusas tontas, bueno, mejor sin excusas.
Ah, los
engaños no me gustan de manera que no lo incluyas en el pack.
Me
gusta el amor ausente de aritméticas,
que no dividan, ni resten, ni sumen y menos aún multipliquen.
Que no
sea activista en dependencias emocionales.
Me
gusta la presencia, de esa que te mira a los ojos cuando te habla, de esa que
te escucha y te coge
la mano. Aquí no
escatimes.
Que
quiera compartir cotidianidades y crear juntos imprevistos.
Me
gusta el amor que no cuenta onomásticas.
No
olvides incluir los besos que muerden los labios e intercambian fluidos, los
formales puedes dejarlos fuera.
Incluye
abrazos para consumir todos los días, de estos nunca me canso, pero mira que
sean cálidos.
Los de oso me gustan especialmente.
Que
lleve muchas palabras que se muevan para que las podamos intercambiar y jugar
con ellas.
Que
tenga también ricos y elocuentes silencios o silencios sin más.
Que no
sea frío, por favor. El frío solo para el vino o el champán.
Que
sepa cuidar y me cuide y me mime y me consienta más.
Que
venga envuelto en una buena capa de sensibilidad y si trae chocolate me gustará
más.
Que no
pueda vivir sin mí, aunque pueda, pero no quiera.
Fdo.:
Raquel Díaz Illescas
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