Quien se va que lo haga con
billete de ida.
Quien se va que no deje palabras
de despedida.
Que empaquete todos los que
“seas feliz”, que “te vaya bien y bonito”.
Que desdibuje los abrazos y los
besos del adiós que nunca son sinceros.
Que se vaya en silencio, sin
hacer ruido en el cuerpo.
Que baje el volumen de su
pensamiento y acelere la velocidad de sus pies.
Que no llame ni escriba whasap,
ni se haga amigo en las redes sociales.
Que no se arrepienta o lo haga
sin volver.
Que aprenda el idioma que
empatiza, y si es posible a amar en francés o también vale en inglés, español o
tailandés.
Que viaje a la luna o a Marte y
que le vaya bien. Bien o regular, eso ya que más da.
Y qué más le da a tu corazón si él ya no está.
Fdo.: Raquel Díaz Illescas
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