domingo, 22 de noviembre de 2015

Vives en la línea de mis silencios


Vives en la línea de mis silencios, en una línea que tiene puntos y comas y admiraciones y cada vez menos interrogantes. 


Vives en esa línea de mis silencios en la que habitan los puntos y seguidos y cada vez más los puntos y aparte.

Vives en esa línea en la que cada día nacen puntos suspensivos y mueren los interrogantes.

Vives en esa línea de mis silencios que se hace frase, y párrafo, y página… y cuando no puede más se hace verso…

En mis silencios habita tu paz, en mis palabras tu infierno.

En mis silencios me acurruco esperando las palabras.

Amo mis silencios, los mismos que al mirarte te acarician, los mismos que cada noche te piensan y te esperan y te lloran, los mismos que te echan de menos entre las sabanas calientes, entre las sábanas que se enfrían.

En mis silencios te vivo, te lloro y te espero.

En mis silencios cierro los ojos y te miro.

En mis silencios vuelvo a vivir lo vivido.

En mis silencios sientes mi fuerza, mi indiferencia encubierta y mi distanciamiento.

En mis silencios residen todos mis miedos.

En mis silencios los días pasan despacio y deprisa.

En mis silencios te espero aunque no lo diga.

En mis silencios pasean los besos húmedos de las bocas ajenas y las caricias me saludan mientras yo guardo silencio.

Cada noche cuando cierro los ojos mis te quiero te buscan, y vuelven llenos de silencio.

En este espacio que ocupan mis silencios siento que te estoy perdiendo.

Y llegará ese día en que mis silencios estén vacíos  y no encuentre ya palabras que regalarte, ni silencios que compartir contigo.

Fdo.: Raquel Díaz Illescas

jueves, 5 de noviembre de 2015

Algo más que palabras



Las palabras no son solo palabras, mis palabras son pensamientos, sentimientos y una legión de emociones que se dan la mano y se hacen fuertes para llegar a ti.

Mis palabras son frágiles y fuertes y sensibles y a veces hirientes y revulsivas y muchas veces trasgresoras.

Mis palabras te dan paz, tranquilidad y seguridad y también te hacen vibrar.

Mis palabras son sensuales, eróticas y también provocadoras.

Mis palabras te atraen, te seducen y conquistan, y a veces te alejan.

Mis palabras te hacen pensar, te movilizan lo que se ve y lo que llevas dentro. Mis palabras te hacen sentir, quieras o no quieras.

Mis palabras saben al amor en gerundio, en infinitivo y también en participio.

Con mis palabras lloro tu ausencia y la silencio, me hace feliz tu presencia,  te busco y a veces te encuentro, doy color a mis fantasías, hago trazos de mis pensamientos, te hablo de mis sueños y de mis miedos…

Con mis palabras creo mundos contigo y sin ti. Mundos  que dejaron de ser presentes para convertirse en pretéritos.

Con mis palabras te echo de menos y de más, te cuido, te deseo, te amo y te quiero.

Con mis palabras me cuido y me respeto y me quiero.

Y es que mis palabras son dulces y amargas  y delicadas y bruscas e  intensas, si, también, como lo soy yo.


Fdo.: Raquel Díaz Illescas.