Ríe y no te preguntes el por qué, deja
que todo tu cuerpo sepa que estás feliz.
Canta, aunque no te sepas la
canción ni siquiera lo que dices.
Corre, salta, grita o llora si lo
necesitas.
Baila solo o pegadito a otra piel,
pero baila.
Sonríe al saludar y al despedirte y
al besar y también al amar.
Come chocolate, sandía o melón y si
es posible tostadas con mantequilla y mermelada de melocotón.
Abraza, con los ojos abiertos o cerrados, en silencio
o susurrando al oído.
Viaja en coche, tren, avión, autobús
o en tu imaginación, pero no dejes de
viajar.
Seduce y déjate seducir, pero antes
no olvides seducirte tú.
Enamórate de otro corazón, de otra
piel, enamórate de las palabras o de una sonrisa, pero enamórate.
Cuida, quiere y si sabes y puedes
ama en ausencia de miedos, prejuicios y clichés
que te impidan disfrutar de otra piel.
Erotiza tu mente y haz que tu cuerpo lo sepa.
Haz el amor con tu cuerpo pero deja
que tu mente se abandone.
Besa, chupa, lame y haz de tus besos tatuajes
en otra piel.
Recuerda a las personas que te
provocan una sonrisa, a las que te hacen cerrar los ojos y a las que desearías
ver en la calle, o entre las sabanas.
Ten siempre tu corazón en forma, mímalo
y cuídalo de tóxicos que lo contaminen.
Ahora regálame una de tus sonrisas.
Fdo.
Raquel Díaz Illescas.
2 comentarios:
Me ha encantado este texto, Raquel
Solo me queda ofrecerte una sonrisa, una alegre y sincera sonrisa.
Un saludo, Jaime
Gracias Jaime, ahí va la mía para ti :)
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