lunes, 29 de marzo de 2010

Aspectos básicos en la elección de la pareja: el carácter.

Necesitamos sentirnos queridos/as, apreciados y valorados/as por nuestra pareja, si no es así, hay mucha vida por delante.


Somos seres gregarios, y a lo largo de nuestra vida buscamos el vincularnos con otras personas, y establecer relaciones interpersonales que contribuyan a nuestro bienestar social y emocional.

Hemos visto la importancia que tienen los afectos sexuales (la atracción, el deseo y el enamoramiento -Félix López-.), así como los afectos sociales (la amistad, el apego, el sistema de cuidados y el amor. –Félix López) en las relaciones amorosas y en su elección.

Las emociones juegan un papel importante en la vida de las personas, y la elección de la pareja está normalmente mediada por estas. Lo que quiere decir que el componente racional se encuentra escaso; sin embargo es un factor importante, que lamentablemente no siempre conseguimos vincularlo al más emocional.

Es verdad que la variabilidad de factores que nos influyen en nuestra elección de la pareja, es muy diversa y no menos cambiante a lo largo de la vida. Nos fijamos en la estética corporal, más de lo confesable; también en la relacional: la posibilidad o dificultad para comunicarnos con ella, la sintonía que establecemos, lo que nos hace reír o lo que nos irrita, si nos sentimos especiales cuando estamos con ella o por el contrario con la autoestima ausente; la forma de ver y entender la vida, alguien con quien poder compartir un proyecto de futuro, serán factores influyentes en nuestra elección.

Predecir el éxito o fracaso de una pareja, no es algo que nosotros podamos hacer, pues en los comienzos tendemos a mostrar lo mejor de nosotros/as, comportándonos inconscientemente, de manera diferente a como lo hacemos en nuestra vida cotidiana. Es verdad que algunas actitudes, comportamientos y formas de pensar, pueden alertar ya en los comienzos,, de la compatibilidad o no de una pareja, pues tanto el temperamento como el carácter de cada cuál, influirá en la relación que sus miembros establezcan.

A pesar de que el carácter ha sido clasificado de manera diferente según los autores/as, a modo de ejemplo vamos a enumerar los más conocidos:

1. Carácter colérico-agresivo. En los conflictos, parten de la base de que ellos están en posesión de la verdad. Usan la agresividad en la exposición de sus ideas, utilizan un diálogo unidireccional. Los conflictos son habituales. A estas personas se las ve venir en los comienzos, aunque pueden ser muy seductores/as y generar dependencias emocionales.

2. Carácter sumiso. Suelen ser personas con baja autoestima. Acatan y aceptan lo que su pareja dice. No toman decisiones. Cuando se emparejan con personas agresivas su personalidad queda anulada. No suelen poner fin a una relación.

3. Carácter agresivo-pasivo. Suelen ser los que más conflictos ocasionan a la relación. No expresan sus deseos, pero suelen exigir que su pareja lo sepa. Identifican este desconocimiento con la falta de amor y el desinterés. Es frecuente encontrarse con este tipo de pareja. No son las más recomendables.

4. Carácter ansioso: son personas inseguras, y con grandes fluctuaciones en su estado de ánimo. Son muy pasionales. Necesitan del reconocimiento continuo. Sienten miedo al abandono.
5. Carácter Asertivo. Son personas flexibles, tolerantes, y dadas al diálogo. Tienen habilidades para solucionar y afrontar los posibles conflictos. Exponen sus opiniones con claridad y respeto. Tienen buena capacidad de adaptación y de frustración. Si no se sienten bien en una relación le pondrán fin. Es la pareja deseable.

Es importante tener en cuenta que estas características no definen ni totalmente ni para toda la vida a una persona, por suerte muchos de los comportamientos y actitudes pueden ser modificados, unos mejor que otros. Es verdad que no todos los caracteres pueden ni deben complementarse, pues esto solo puede ocasionar sufrimiento para sus miembros, quizá es por esto que aunque dicen que en el amor la experiencia no es un grado, esto también forma parte del hablar popular, pues que duda cabe que las vivencias, y los años, hacen que la persona sea más selectiva (en la medida que sus posibilidades se lo permitan), e intente alejarse de aquellas personas, que mantienen actitudes o comportamientos que se alejan de sus deseos y/o necesidades.
La elección de la pareja es una aventura, pero tenemos que intentar que sea lo más apasionante posible.

Fdo.: Raquel Díaz Illescas.

sábado, 20 de marzo de 2010

Novedad Editorial. Presentaciónd del libro.

"Amores y desamores. Procesos de vinculación y desvinculación". Autor: Félix López Sánchez.
Madrid. Biblioteca Nueva. 2009.
Día: 25 de marzo de 2010. 19h.
Lugar: Centro de Estudios Universitarios de Talavera.
En esta obra se afronta un hecho cada vez más frecuente: el que las personas vivan varios procesos de Amor y desamor a lo largo de su vida, de vinculaciones y desvinculaciones sexuales y afectivas. Por ellos se introduce el libro presentando una clasificación del mundo emocional y afectivo, incluyendo la teoría de las necesidades del autor, para pasar a estudiar los afectos sexuales (deseo, atracción y enamoramiento) y los afectos sociales (apego, amistad, sistema de cuidados y amor).
El libro de todas estas vinculaciones es
“el paraíso interpersonal”.
Finalmente se dedica un amplio capítulo a los procesos de desvinculación sexuales y afectivos, donde se estudian las causas, los errores y los sufrimientos implicados; ofreciendo propuestas para una desvinculación más adecuada”
El libro está impregnado de poesías que glosan las
emociones y procesos psicológicos descritos.
INDICE
Prólogo
Un pasado que está presente, pág. 3.
Un camino hacia la libertad, pág. 7.
¿Hacia donde vamos?, pág. 10.
1.- EMOCIONES, SENTIMIENTOS Y VÍNCULOS AFECTIVOS
-El marco de referencia, pág. 13.
-Muchas palabras poca precisión, pág. 14.
-Una propuesta provisional, pág. 15.
-Algunas correcciones y ampliaciones, pág. 24.
.- ¿QUÉ NECESITA EL SER HUMANO PARA ALCANZAR EL BIENESTAR? NECESIDADES INTERPERSONALES.
-Un ser para el contacto y la vinculación, pág. 36
-Propuestas y teorías sobre las necesidades humanas, pág. 38.
-Nuestra propuesta, pág. 42.
3.- LA SEXUALIDAD. LOS AFECTOS Y LOS VÍNCULOS SEXUALES: DESEO, ATRACCIÓN Y ENAMORAMIENTO.
3.1.- El DESEO SEXUAL, pág. 53.
3.1.1.- El deseo enraizado en la fisiología, pág., 55.3.1.2.- El deseo es sentido, interpretado y regulado, pág., 58.
3.1.3.- El deseo es una fuerte pulsión, pág., 59.
3.1.4.- La libertad de los seres humanos, pág., 60.
LA SEXUALIDAD. LOS AFECTOS Y LOS VÍNCULOS SEXUALES: DESEO, ATRACCIÓN Y ENAMORAMIENTO
3.1.5.- Los sentidos y la geografía del deseo y del placer sexual, pág. 61.
3.1.6.- Las sensaciones, los sentimientos y los pensamientos del deseo, pág. 70.
3.1.7.- De qué depende el deseo, pág., 71.
3.1.8.- El deseo en el hombre y en la mujer, pág., 72.
3.1.9.- ¿Cambia el deseo con la edad?, pág., 75.
3.1.10.- ¿Cuáles son las relaciones entre el deseo y la excitación sexual?, pág., 77.3.1.11.- La mercantilización del deseo, pág., 77.
3.1.12.- Las aspiraciones del deseo sexual humano. Las confusiones del deseo sexual, pág., 78.
3.1.13.- Filosofando sobre el deseo sexual, pág., 79.
3.2.- LA ATRACCIÓN.
3.2.1.- La atracción supone el deseo, pág., 85.
3.2.2.- Lo que atrae de otras personas, pág. 87.
3.2.3.- El proceso de atracción hasta el encuentro interpersonal, pág., 94.
3.2.4.- Diferencias de género, pág., 96.
3.3.- EL ENAMORAMIENTO,3.3.1.- ¿Pero qué es el enamoramiento?, pág. 101.
3.3.2.- La fenomenología del enamoramiento: Qué pensamos, sentimos y hacemos?, pág., 105.
3.3.2.- La fenomenología del enamoramiento: Qué pensamos,
sentimos y hacemos?, pág., 105.
-Comenzando por las palabras, pág., 106.
-Conmoción fisiológica, pág., 107.
-Conmoción mental e hipervigilancia, pág., 108.
-Conmoción emocional: gozos y sufrimientos, pág., 114.
-Conductas, pág., 120.
3.3.3.- Fases en el proceso de enamoramiento, pág. 125.
3.3.4.- Diferencias de género en el enamoramiento.
4.- LOS AFECTOS SOCIALES: APEGO, AMISTAD Y SISTEMAS DE CUIDADOS.
4.1.- El APEGO, pág., 143.
4.1.1.- ¿Qué es el apego?, pág., 143.
4.1.2.- ¿Por qué apareció este vínculo y cual es su función?, pág., 144
4.1.3.- ¿En qué consiste el código de intimidad?, pág., 147.4.1.4.- Los estilos de apego en la infancia, pág., 152.
4.1.5.- ¿Puede cambiar el estilo de apego a lo largo de la vida?, pág., 158.
4.1.6.- ¿Cuáles son las diferencias entre el apego hijos- padres y el apego en pareja?, pág., 160.
4.1.7.- Estilos de apego en la vida adulta y relaciones de pareja, pág., 162.
4.2.- LA AMISTAD.
4.2.1.- ¿Qué es la amistad?, pág., 163.
4.2.2.- Funciones de la amistad: ¿para qué sirven los amigos?, pág., 165.
4.2.3.- ¿Hay diferentes estilos de amistad?, pág., 169.
4.2.4.- ¿Por qué la historia de amistades es importante para las relaciones sexuales y amorosas?, pág., 179.
4.3.- EL SISTEMA DE CUIDADOS Y EL AMOR.
4.3.1.- Sistema de cuidados de la madre y del padre, pág., 182.
4.3.2.- Sistemas de cuidados de la pareja, pág., 190.
4.3.3.- ¿Y qué es el Amor?, pág., 196.

5.- LAS RELACIONES DE PAREJA: SUEÑOS Y REALIDADES.
5.1.- EL PARAISO EN LAS RELACIONES AMOROSAS

5.2.-LA REALIDAD DE LAS RELACIONES DE PAREJA: DIVERSIDAD DE ESTILOS AMOROSOS, pág. 208.

5.2.1.- Los dos componentes de las relaciones amorosas, pág. 208.
5.2.2.- La teoría triangular y siete formas de estar en las relaciones amorosas, pág., 209.
5.2.3.- La teoría de los colores del amor, pág., 217.
5.2.4.- Teoría evolucionista del amor, pág., 222.
5.2.5.- Teoría cognitiva sobre el amor y las relaciones, pág., 223.
5.2.6.- La diversidad de los discursos amorosos, pág., 224..
5.2.6.- Una propuesta filosófica, pág., 229.
5.2.7.-Estilos de Apego y estilos amorosos, pág. 230.
-Estilo Seguro, pág., 231.
-Estilo Ansioso-Ambivalente o Preocupado, pág., 236.
-Estilo Evitativo, pág., 240.
5.2.8.- Estilos de apego en la infancia y en la vida adulta., pág.,
LA DESVINCULACIÓN SEXUAL Y AMOROSA.
6.1.- Un tema de nuestro tiempo, pág., 254.
6.2.- La desvinculación sexual y afectiva, pág., 257.
6.3.- Factores asociados a la desvinculación, pág., 262.
6.3.1.- La influencia de la edad., pág., 262.
6.3.2.- ¿Es el tiempo una posible causa de
desvinculación?, pág., 267.
6.3.3.- La influencia de lo que esperamos y
pensamos:
¿construimos castillos en el aire?, pág., 269.
6.3.4.- Formas erróneas de pensar: distorsiones
mentales, pág., 274- 248.
6-3.6.- Los conflictos, pág., 277.
6.3.6.1.- Los conflictos sexuales, pág., 279.
6.3.6.2.- Conflictos en el compromiso de fidelidad sexual y
amorosa, pág., 282.
6.3.6.3.- Conflictos con la familia de origen, pág. 296.
6.3.6.4.- Conflictos con los roles sexuales y de género, pág., 297.
6.4.- Los sufrimientos de la desvinculación, pág.,
301.
6.5.- Aprendiendo a desvincularse, pág., 301.
6.6.- Autonomía y nuevas vinculaciones, pág., 316.
“All I need is love” (Beatles)
“Una sola palabra tuya quiebra
la ciega soledad en mil pedazos.
Si tu acercas tu boca inagotable
hasta la mía, bebo
sin cesar la raíz de mi existencia”
(José Ángel Valente)

Fd.: Raquel Díaz Illescas

lunes, 8 de marzo de 2010

La elección de la pareja

 No siempre podemos elegir la pareja que desearíamos, pero sí podemos decir NO a quien sabemos que no nos conviene.

La pareja ha sido motivo de estudio tanto de psicólogos como de sociólogos, pero no así la elección de la pareja, tema éste fundamental para el futuro desarrollo emocional y social de sus miembros.

Presuponemos que cada persona tiene en su esquema cognitivo, en su pensamiento, una idea de lo que le gusta, debe ser, debe tener, debe hacer, etc., su pareja. Esto obedece a las experiencias de la vida, que como si de un filtro invisible se tratase, nos alertan de lo que no deseamos, no nos conviene, necesitamos, etc., por esto de la importancia del autoconocimiento. Esto no evitará que nos equivoquemos, pero sí al menos que seamos conscientes de la incompatibilidad o compatibilidad previa que podemos encontrar en la futura pareja. Tampoco es bueno ser demasiado impositivo en nuestra elección, pues conforme las personas se van conociendo; así también van aflorando aspectos que pueden resultar influyentes para la elección en uno y otro sentido.

Así mismo es importante clarificar en ese sistema de evaluación que cada cual tenga, la racionalidad o irracionalidad de las expectativas puestas en la pareja, pues serán esenciales para el equilibrio emocional de sus miembros. De no ser así, esto puede conllevar exigencias poco realistas, provocando desavenencias y desajustes emocionales que llevan a la frustración por esperar algo de la pareja que de antemano no se daría. Hacer uso de la racionalidad es fundamental, precisamente porque están en juego las emociones y los sentimientos de las personas.

Antes de nada, lo primero que tenemos que saber es qué tipo de pareja deseamos, queremos, y qué expectativas tenemos hacia nuestra futura pareja.

¿Podemos elegir nuestra pareja, aquella con la que compartir nuestra vida? Probablemente menos de lo deseable, pero lo que sí podemos elegir es con quien no queremos establecer relaciones de compromiso y esto ya es algo.

Cuando pensamos en nuestra pareja ideal ¿en qué pensamos, qué requisitos establecemos, qué condiciones debe cumplir, pensamos en el físico?¿debe tener un cuerpo escultural?¿una buena posición social y económica?¿debe ser inteligente, cariñosa, detallista?¿pensamos en el sexo, en la sexualidad?.

Compatibilizar y equilibrar lo que necesitamos, lo que nos conviene, lo que está disponible, lo que nos podemos permitir, lo que podemos elegir, a quien deseamos, quiénes nos atraen, son cuestiones que generalmente se dan por separado, y que en alguna que otra ocasión son motivo de una elección condicionada.

La atracción sexual es sin duda el punto de partida para la elección de pareja, aunque luego se vayan añadiendo otros componentes que irán reforzando el deseo. Si alguien no nos atrae sexualmente, difícilmente estableceremos los vínculos que nos hagan desear pasar más tiempo con la persona elegida. Nos puede atraer su inteligencia, sus buenas artes para relacionarse, el que sea un manitas, etc., etc., pero si el componente sexual no se activa el resto quedará para otro tipo de relación, que son estupendas por cierto, pero que no encajarán en el de pareja, al menos no en la que se desea compartir experiencias de intimidad placenteras (mentales y corporales). Otra cosa será ya lo que cada cuál determine como atracción sexual, que no siempre, o raramente, estará relacionado con los estándares de belleza preconcebidos, o con los que incluso fantaseamos. La atracción sexual tiene más que ver con lo que una persona te sugiera al verla, al pensar en ella, te active, te haga imaginar, sentir, excitarte, etc., etc. Sabemos que hay personas, hombres y mujeres, que sin tener un cuerpo estupendo, o una cara de dibujo, tienen una sensualidad al hablar, al caminar, al moverse, etc., que mueven y remueven cada poro de la piel, y esto es importante. Si no hay atracción, no hay deseo y si no hay deseo la elección estará incompleta.

Y es que la atracción y el deseo se van a ver muy implicados en la elección de nuestra pareja. Lo estarán en un principio, cuando sentimos que alguien nos gusta, nos atrae, y lo seguirá estando a lo largo de nuestra vida, pues el deseo y la atracción permanecen vivos, aunque a veces los sintamos como aletargados. Sabemos qué tipo de persona nos suele gustar, atraer, etc., sin embargo, no suelen ser con las que más tarde establecemos relaciones de pareja. ¿Y por qué ocurre esto?¿por qué no acabamos emparejándonos con las personas que más nos atraen, que más deseamos, de aquellas con las que fantaseamos, con las que desearíamos llevar a cabo muchos proyectos? Y sin embargo acabamos emparejándonos con personas que a veces poco tienen que ver con nuestros intereses de intimidad o profesional. Simplemente porque a pesar de la fuerza que tiene la atracción, esta no se da en exclusividad, ya que podemos sentirnos atraídos por muchas personas; así mismo, el deseo se encuentra íntimamente vinculado a la atracción, se manifiesta con toda la intensidad que tiene la pasión, pero aún siendo ambos dos afectos sexuales, muy fuertes en las relaciones amorosas, no son suficientes; necesitamos del sentimiento de exclusividad que solo da el enamoramiento, que no es otra cosa que la suma de las anteriores, pero aún con todo esto, a veces, resultan inexplicables algunas relaciones de pareja., incluso para sus miembros.
 
Fdo.: Raquel Díaz Illescas.

Expectativas sobre la relación e pareja.


Soñar y fantasear con la pareja potencial es estupendo, pero lo es más saber cómo, dónde y cuándo hacerlo.

Mantener unas expectativas irrealistas y/o mitos sobre lo que se puede esperar de la relación de pareja puede contribuir al deterioro en la satisfacción, ya que siempre se estará esperando más de lo que se encuentra en la relación.
Algunos mitos y expectativas poco realistas podrían ser:


El amor romántico durará siempre. Éste será suficiente para que la relación perdure. Lamentable o afortunadamente, el amor romántico se va transformando con el paso del tiempo en un amor más maduro, más equilibrado, lo cual no quiere decir que no exista amor, pero serán otros componentes los que fortalezcan y hagan que la pareja permanezca o no unida.

Mi pareja sabrá lo que yo quiero sin que se lo diga. Ésta es una creencia muy arraigada en el pensamiento y la expresión que hacen muchas personas cuando se refieren a su pareja, pero de momento adivinos no somos, por lo que informar acerca de nuestros deseos, siempre ayudará a no equivocarse.


Si hay amor las relaciones sexuales serán satisfactorias. Otro error más. El mantener o no relaciones sexuales satisfactorias no está vinculado a que exista amor entre sus miembros, aunque sÍ la predisposición a solucionar los posibles desajustes y a poner los medios para darles solución.

Cuando me case o cuando tenga pareja, se acabará el sufrir penalidades o frustraciones. Lamentablemente, el tener pareja no garantiza la ausencia de sufrimiento ni penalidades, y menos aún de frustrarnos. Lo importante será, que tengamos capacidad de frustración y sepamos hacer uso de las herramientas o estrategias que nos permitan ir afrontando cada situación de la manera más equilibrada posible, esto con independencia de tener pareja o no.

Mi pareja me compensará por todas mis frustraciones pasadas. La pareja no viene a compensar nada, y menos lo pasado. La pareja tiene que aportar bienestar a la vida presente.

Mi pareja siempre estará de mi parte. Esto no siempre es así, pues hay personas que manifiestan abiertamente cuando no están de acuerdo con los comportamientos, o las opiniones, también cuando se trata de su pareja.

Siempre me será fiel. La fidelidad preocupa y ocupa demasiado a las parejas. Consumen demasiadas energías en supuestos y averiguaciones. Las personas no somos máquinas a las que nos puedan ni podamos programar, afortunadamente. Disfrutemos de lo que estamos viviendo y no le dediquemos tiempo a lo que no nos produzca satisfacción.

Siempre será condescendiente cuando mi comportamiento no sea correcto. Lo que no es correcto hay que decirlo, siempre haciendo uso del respeto.
Seremos inseparables. Emparejarse no quiere decir perder la independencia. El querer a tu pareja no resta el desear compartir otras cosas con los amigos, compañeros de trabajo, la familia, etc., sin que tenga que participar la pareja.

siempre estaremos juntos. Este pensamiento es muy positivo para iniciar una relación, pero este, forma parte del deseo. Lo que nosotros queramos y lo que acabe siendo, no dependerá solo de nosotros. Si seguimos juntos será porque hay amor, o así debería serlo, si no es así, el mar está lleno de peces.

Lo compartiremos todo. Compartirán lo que cada cual quiera: sentimientos, ideas, pensamientos, ilusiones, economía, et, etc.

Mi pareja me hará feliz. No podemos cargar a la pareja una responsabilidad que solo es nuestra.

Es importante tener identificados y resueltos estos pensamientos, ya que como hemos dicho, forman parte de las creencias que muchas personas tienen con respecto a la relación de pareja, pues si no es así, sus miembros se moverán en las quejas, reproches y deseos insatisfechos. Si son capaces de hacer una reevaluación de todo esto, la convivencia será más equilibrada, más realista.

Fdo.: Raquel Díaz Illescas.

martes, 2 de marzo de 2010

NOVEDAD: “Nuevas formas de sexualidad.Intercambios de pareja, sexo en grupo y estilo de vida swinger”.Autor: Óscar Urbiola

Cómo eran las orgías y las bacanales en la antigüedad? ¿Qué festejos actuales tienen reminiscencias orgiásticas? ¿Qué es la sexualidad sagrada? ¿Cómo son las parejas actuales que se inician en los intercambios, el sexo en grupo y el estilo de vida swinger? ¿Estas prácticas consolidan o debilitan a las parejas estables? ¿Sienten celos? ¿Qué tensiones emocionales les afectan? ¿Se aman? ¿No les asusta perderse mutuamente? ¿Son estas prácticas un síntoma de decadencia o degeneración? ¿Qué es la infidelidad y la intimidad para las parejas swinger? ¿Cómo funcionan los clubes de intercambio de parejas? ¿El sexo en grupo es una actividad social? ¿Es posible mantener la pasión sexual por un periodo indefinido? ¿Qué podemos hacer con la monotonía, la rutina y el aburrimiento sexual? ¿Es la monogamia sexual un mito? ¿Qué diferencia existe entre pareja liberal, matrimonio abierto, poliamoría, polifidelidad, sexo ocasional, amor libre, intercambio de parejas y estilo de vida swinger? ¿Cómo entiende la Iglesia Católica las prácticas sexuales en grupo? ¿Existe la bisexualidad en el mundo swinger? ¿Qué diferencias existen entre las fantasías sexuales masculinas y las femeninas? ¿Quién propone este tipo de relaciones, ellos o ellas? ¿Qué expectativas sexuales genera nuestra sociedad de consumo?

Primera Parte - Las orgías en el mundo antiguo
Celebraciones orgiásticas
Características del placer en grupo (cómo se vivían y con qué intención se realizaban las prácticas orgiásticas en la antigüedad y en las sociedades no industrializadas)
Segunda Parte - Orgías, sexo en grupo e intercambio de parejas en la actualidad
Sexo en grupo, orgías e intercambios de pareja hoy en día (Estudio comparativo, desde una perspectiva psicológica, sociológica y simbólica de las prácticas orgiásticas en la antigüedad y en nuestros días).
Actitudes y comportamientos antes, durante y después de una sesión de sexo en grupo.
Monotonía, rutina y aburrimiento en la exclusividad sexual perezosa.
Matrimonio.
Números y estadísticas relacionadas con el estilo de vida swinger.
Algunas preguntas y respuestas.
Conclusiones, reflexiones y notas finales
Bibliografía
Índice de autores
Índice temático

540 págs., 743 notas al pie.
Encuadernación rústica, papel brillo, libro a color
PVP: 35,00 € (IVA incl.) + portes a destino.
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lunes, 1 de marzo de 2010

Vivir en pareja: qué podemos hacer ante el conflicto:

 Lo que caracteriza a una pareja armónica no es la ausencia de conflictos, sino cómo los plantean, afrontan y solucionan. Fdo.: Raquel Díaz Illescas.



Pasamos gran parte de nuestra vida intentando vincularnos afectiva y sexualmente con otra persona. Buscamos una estabilidad emocional que nos permita gozar y disfrutar, sentir placer y si es posible ser feliz a su lado; pero con frecuencia la realidad se muestra diferente a nuestros deseos. Nos equivocamos, se equivocan, nos frustramos y volvemos nuevamente al principio, aunque cada vez más resabiados.

Convivir en pareja puede poner a prueba la inteligencia, prueba que muchos no han superado todavía, pero que sin embargo apuestan por aprobar algún día.

Convivir no es fácil y tampoco lo es vivir en soledad, únicamente no tienes que discutir con nadie.

Quien vive o ha vivido en pareja bajo el mismo techo sabe que la convivencia resulta complicada en más ocasiones de las deseables; sin embargo, sabemos que es normal que aparezcan divergencias, diferentes formas de ver y entender una misma situación, diferentes formas de opinar o ver la vida, malentendidos, enfrentamientos, etc. Es decir, conflictos de diferentes tipos.

Lo cierto es que a pesar de que todos parecemos saber y entender que normalmente pueden surgir conflictos en la vida de pareja, no dejamos de lamentarnos cuando surgen y en ocasiones de haber iniciado tal o cual relación.

Y es que la pareja positiva no es aquella que no tiene dificultades en su convivencia, sino aquella que sabe plantear sus conflictos con respeto, afrontarlos, e intentar darles una solución madura.

Es verdad que a veces los conflictos son tan fuertes y tan hirientes que la pareja debe separarse y tomar caminos diferentes; pero si la decisión es seguir caminando juntos porque se quieren y desean permanecer el uno al lado del otro, lo mejor es poner inteligencia en medio, y esto pasa porque los dos miembros de la pareja estén motivados para resolver sus diferencias. Esto es importante, si bien no es suficiente ya que la convivencia lleva al desgaste y al olvido.

Vamos a ver qué podemos hacer ante el conflicto:

• Expresar lo que pensamos, sentimos o nos inquieta: Decir lo que pensamos y sentimos es positivo para la relación de pareja. Dejarse las cosas dentro solo lleva a generar malestar. Lo que a veces no lo es tanto es expresarlo en cualquier momento y sobre todo de cualquier forma. Comunicarse siempre es bueno, pues da información al otro miembro de la pareja, le permite saber nuestros deseos y opiniones. Podemos expresar cualquier cosa, por fuerte que nos resulte, siempre que al hacerlo sepamos hacer uso de un lenguaje que no enjuicie o insulte a la otra persona; pero es cierto que muchas personas confunden lo de decírselo todo con no cuidar las formas. Si queremos y deseamos cuidar nuestra relación de pareja, es importante que cuando queramos expresarle nuestro malestar o inconformidad con algo, lo hagamos utilizando un lenguaje respetuoso. No necesitamos gritar ni hacer uso de calificativos que más tarde se puedan volver en nuestra contra.

• No es lo mismo ser que estar. Huir de las generalizaciones: Muchas veces de manera inconsciente hacemos uso de un lenguaje que acaba condicionando las actitudes y comportamientos de las personas. Pensemos por ejemplo en el verbo ser. No es lo mismo usarlo en positivo que en negativo, y casualmente lo usamos para calificar acciones que no siempre se dan de manera continuada. Es importante hacer uso de éste en positivo (eres encantador, eres muy amable, eres muy cariñosa, etc.) nunca para actitudes negativas (eres un desastre, eres muy torpe, etc.) Para estos casos hay otros recursos que indican temporalidad (estás un tanto despistado, etc.)

Así mismo, debemos huir de las generalizaciones con el uso de los nunca y los siempre. Son muy radicales y dejan poca salida (nunca haces esto, siempre llegas tarde, etc.) resulta más aconsejable el uso de algunas veces, a veces, etc.

 La impulsividad no siempre es aconsejable: Ser impulsivo no es nada aconsejable. Es importante contar hasta diez antes de decir algo que sepamos pueda ser hiriente, y si es necesario contemos hasta que el pensamiento desaparezca. Debemos aprender a ser dueños de nuestras palabras.

• Prestar atención a lo que nos dice o cuenta nuestra pareja: A veces es tan sencillo como sentarse y mirar a los ojos de la pareja. Escucharla sin prisas, sin atropellos de palabras que no vienen a cuento. Hacerle sentir que lo que nos está contando nos importa, aunque no nos resulte de nuestro interés. Es importante que si no entendemos o comprendemos algo de lo que nos dice, se lo hagamos saber, pues esto será una prueba de que le estamos prestando atención. Nada de lo que nos cuente nuestra pareja debe ser calificado como aburrido, pues es lo que a ésta en ese momento le inquieta y es importante que nos lo esté contando. No debemos olvidar que cada persona nos expresamos de una manera y a un ritmo, respetémoslo.

 No dramatizar o exagerar el conflicto: Analizar lo más objetivamente que se pueda lo sucedido. Centrarse en el aquí y ahora, no hacer hipótesis que no llevarán a otra cosa que a incrementar el problema. No darle demasiadas vueltas buscando culpables. Centrarse en las soluciones, no en el problema.

 Los extremos nos son buenos: Las cosas no son negras o blancas, como tampoco las opiniones son únicas. Todas son respetables, aun cuando no las compartamos. No debemos tratar de imponer la nuestra, pues cada miembro de la pareja tiene derecho a pensar y sentir de manera diferente. Ser radicales no suele ser positivo, debemos ser más flexibles con nuestras opiniones y sobre todo con las de los demás. Esto nos acercará más y nos percibirán como personas con las que se puede dialogar, aunque no opinen lo mismo que nosotros. Es cuando menos saludable, ser capaces de pensar, que quizá podamos estar confundidos en nuestras opiniones o percepciones, que no tenemos por qué estar siempre en posesión de la verdad, por muy expertos que creamos ser en una materia. Escuchemos más, practiquemos la tolerancia y apliquémonos un poquito de humildad; que normalmente se agradece.

• Negociemos: Las actitudes son importantes en cualquier relación y en la de pareja es básica. Tener una actitud negociadora ante el conflicto nos hará llegar a acuerdos, a propuestas encaminadas a solucionar problemas que se repiten, que se suceden en el tiempo. Qué aspectos son negociables y cuáles no lo son, son cuestiones importantes llevar a cualquier negociación, y que cada miembro de la pareja debería tener claro. Es verdad que podemos tener comportamientos o formas de comunicarnos que creemos poder intentar cambiar, porque pensamos que debemos hacerlo, porque nos interesa para vivir mejor con nuestra pareja. Sin embargo, habrá cuestiones que serán innegociables, bien porque sepamos que esto nos haría ser más infelices o bien porque simplemente no estamos dispuestos a que sea tema de negociación. Hay que intentar respetar lo que cada cual puede y desee negociar, pues el obligar a alguien a hacer lo que no quiere, acaba siendo motivo de conflicto.

• Tomar decisiones: Cuando se discute, los más impulsivos suelen echar demasiados sapos por la boca, que a veces resultan difíciles de recoger; es más común de lo que sería deseable, que después de los insultos venga la toma de decisiones, casi siempre errónea y se decida por alguno de los miembros o los dos, dar carpetazo a la relación, que alguno se vaya de casa, y en ocasiones se lleve sus cosas. Cuando se está discutiendo no es el momento más adecuado para tomar decisiones. Utilicemos la inteligencia para poner un poco de reflexión y coherencia al momento, y pasado el tiempo, ya con la calma que requiere la toma de decisiones importantes, valoremos y decidamos si deseamos seguir o no con nuestra relación de pareja.

 Saber buscar ayuda: A veces los conflictos se solucionan con el diálogo de las partes, porque llegan a acuerdos, a un entendimiento; pero esto no siempre es así, y el conflicto acaba formando parte de la convivencia de la pareja, ocasionando mucho sufrimiento de las partes y también de los hijos cuando los hay. Ya hemos mencionado en reiteradas ocasiones, que el solicitar ayuda es una muestra de madurez y sobre todo un deseo de querer estar bien.