lunes, 26 de octubre de 2015

Lo que hoy quiero




 Dame unos brazos que me abracen fuerte, sin hacerme daño.

Dame unos brazos que no me juzguen, que no me etiqueten ni encasillen,  que no me exijan ni esperen de mí.

Dame unos brazos donde descansar y llorar cuando lo desee sin  preguntarme si es el momento.

Dame unos brazos donde poder sentirme niña cuando lo necesite.

Dame unos brazos que me cobijen, que me cuiden, que me quieran mientras me abrazan.

Dame unos brazos que no me miren si me derrumbo, que solo me abracen, sin más.

Dame unos brazos que me abracen cuando me abandonen las fuerzas y quiera  rescatarme la soledad.

Dame unos brazos que se emocionen, que vibren, que sientan conmigo.

Dame unos brazos a los que yo pueda acudir cuando me falten las fuerzas y me sobren las cargas.

Dame unos brazos que guarden todos mis silencios y dejen espacio para mis palabras.

Abrázame y cierra los ojos conmigo, no necesito más

Y yo a cambio, cerraré los ojos y dejaré todas mis emociones fluir y volveré a sonreír de nuevo.

Fdo.: Raquel Díaz Illescas.

martes, 13 de octubre de 2015

Cuando pienso en ti


Entras, sales, me vapuleas, me desconcentras, enmudezco, lloro, río, me excito, me masturbo, no duermo, me activo, pienso, dejo de pensar, siento, me palpita el pecho, ensordezco, mi corazón se detiene, hiperventilo, dejo de respirar, salgo a correr, voy a nadar, dejo de sentir, te odio, te quiero, te echo de menos, escribo, leo, hago crucigramas y gano a todos los juegos, menos al tuyo.

Como un jinete cabalgas por mi pensamiento, a galope, sin freno….

Cuando pienso en ti no pienso.

Cuando pienso en ti soy ciega, sorda y muda; cuando pienso en ti me paralizo.

Cuando pienso en ti me abandonan las palabras, y el sueño y la cordura y el sosiego.

Cuando pienso en ti vives en mí y siento que todavía yo vivo en ti.

Cuando pienso en ti mi estomago se hace contorsionista y mi corazón baila ritmos africanos.  

Cuando pienso en ti veo cerezos en flor, universos de emociones, tostadas con mantequilla y mermelada de melocotón,

Cuando pienso en ti subo a la montaña y me quedo en la orilla del mar y vuelvo al borde de mi cama y allí espero encontrarte, cuando duerma.

Cuando pienso en ti pienso en mis posibles y en tus imposibles. En tus fronteras y en mi  horizonte.

Cuando pienso en ti quiero entenderte, pero no lo consigo.

Cuando pienso en ti tú me miras en silencio y después de mi nombre añades, “yo te quiero”.

Cuando pienso en ti escucho tu risa y la mía y siento mis manos caminar sobre tu cuerpo…

Cuando pienso en ti pienso en tu boca y mi boca en la tuya.

Cuando pienso en ti cierro los ojos y a veces lloro y otras sonrío.

Cuando pienso en ti lloro en silencio y a veces se me escapa un grito que no parece mío.

Cuando pienso en ti subo a los cielos y me adentro  en los infiernos.

Cuando pienso en ti la tristeza me seduce y las lágrimas abren la manguera.                                                                                         

Cuando pienso en ti me envuelvo con el silencio para dejar gritar a mi cuerpo. 

Cuando pienso en ti siento tu abrazo en calles ajenas y tus manos enredadas en el vuelo de mi falda.

Cuando pienso en ti pienso que no eres digno de mí y sin embargo te quiero.

Cuando pienso en ti el pasado se hace presente en mi boca y en mis manos y en mi sexo… El futuro no está, como no estás tú.

Cuando pienso en ti creo que tú también estás pensando en mí.

Cuando pienso en ti tu cuerpo es mi territorio, mi país y la ciudad donde yo habito.

Cuando pienso en ti secuestro el dolor para que no me duela. Busco bocas, oídos y manos para dejar de sentirte, para no pensarte. 

Cuando pienso en ti controlo el impulso de escribirte, de llamarte y empezar a quererte de nuevo.

Cuando pienso en ti no quiero saber cómo estás, ni dónde, ni si quiera con quién.

Mi estomago necesita que deje de pensar en ti, y mi garganta,  y mis ojos, y mi cabeza y mi sueño y mis dias necesitan que deje de pensar en ti.

Cuando pienso en ti se que dejaré de hacerlo, cuando yo quiera, pero ahora no quiero.


Fdo. Raquel Díaz Illescas.

jueves, 8 de octubre de 2015

Reflexión después del post de ayer… “Quiero provocar-te”



 Aprendemos a silenciar, a no expresar, a contener las emociones, a reprimirlas, a negarnos el placer, a dejar pasar oportunidades, a avergonzarnos, a ser etiquetados, a sentirnos ridículos por hacer o decir esto o aquello, a ser juzgados por lo que somos, por lo que sentimos y cómo lo sentimos.

Y aprendemos rápido y nos cuesta de-construir lo aprendido, aunque alguien nos provoque y nos invite a hacerlo sin ser juzgados.

Las emociones son maravillosas para sentirlas y aún más se engrandecen cuando tenemos la valentía de expresarlas.  

¿Qué te hubiese gustado decir? Si todavía las tienes amordazadas, da permiso al menos a tus dedos para que puedan dar a “Me gusta”. Esto sería un buen comienzo.



El post aludido:




Fdo.: Raquel Díaz Illescas.

miércoles, 7 de octubre de 2015

Quiero provocar -te



A ti que me sigues: “Cuando me lees ¿qué emoción provoco en ti? A mi me gustaría despertar en ti alguna de estas, la que sea…”

Reflexión, sorpresa, paz, confianza, excitación, deseo, curiosidad, alegría, melancolía, tristeza, energía, risa, llanto, empatía,  indiferencia…

En un solo clic siento todas las emociones, las tuyas y las mías.

Mis ojos se pasean entre tus palabras, entre sus contornos y sus orillas.

En cada letra, en cada palabra y frase, siento tu  guiño, aunque tú no pienses en mí al escribirlo.

Te leo y me meces y me excitas y me revuelves por dentro y me devuelves a la vida, a otra vida.

Me haces soñar y fantasear y creer en los posibles y dibujar mañanas, vivir presentes y olvidarme de los pasados.

 Es a mí a quien escribes aunque tus palabras lleven otro nombre,  es en mi en quien piensas porque yo lo siento así ¿Acaso importa?

Me pareces  atrevida, divertida, sensible, sensual, transgresora,  provocadora, seductora y a veces imprevisible.

Quisiera conocerte y preguntarte mil y una cosa. Quisiera saber en quién piensas cuando escribes. Quisiera saber qué te hace reír y también llorar. Quisiera saber qué haces cuando no escribes… Quisiera saber todo lo que cabe en tu todo.

Espero cada día tu post porque en él encuentro todas las caricias, los abrazos y los besos tiernos y también los apasionados. Me excito y te deseo sin que me juzgues por ello.

Despiertas en mí todas las curiosidades. Te pienso y te imagino por dentro y por fuera.

Provocas todas las emociones  en mi, menos una… No puedo ser indiferente.

Escribe, aunque no sea en mí en quien pienses, aunque nunca llegue a mirarte a los ojos, aunque escribas simplemente un punto o una coma, aunque seas una anciana, aunque no seas mi prototipo de mujer…Escribe porque yo estaré esperando con todas mis emociones, la que tú elijas.

Fdo.: Raquel Díaz Illescas.