miércoles, 26 de mayo de 2010

Quien bien te quiere te hará libre. (Haz click aquí)

Gracias Mónica (“El placer es tuyo”), por recordarnos esta canción tan especial.

Ay, yo no pienso de esa manera
Quien bien me quiere me quiere libre
Y yo no sufro si soy libre a tu vera
Asi que no me cuentes historias
De dragones y princesas
Cuéntamelo de libre elección…
Cuéntamelo de madres solteras
Sin ataduras caminando
Sin ataduras voy bajando
El caminito que lleva
Al oasis que estoy creando
Llenito de agüita clara
Con dos ovarios pa’lante
Dispuesta a salir a la calle
A comerme el mundo que tengo delante
Porque me quiero estirar
Las arrugas que hizo el tiempo
Antes de avisar
De que no estaba viviendo
Porque me quiero estirar
Las arrugas que hizo el tiempo
Antes de avisar
De que no estaba viviendo
Salgo a paseo y sin maquillar
Y desde lejos saludo a los barcos
La gente pasa y se queda pillá
Con los pelillos de mi sobaco.
Por fortuna y por convicción,
Creo en la suerte que me espera.
En mi constancia y mi cerrazón
Pa’conseguir lo que yo quiera
Sin ataduras caminando,
Sin ataduras voy bajando.
El caminito que lleva
Al oasis que estoy creando
Llenito de agüita clara
Con dos ovarios pa’lante
Dispuesta a salir a la calle
A comerme el mundo que tengo delante.
Porque me quiero estirar
Las arrugas que hizo el tiempo
Antes de avisar
De que no estaba viviendo.
Porque me quiero estirar
Las arrugas que hizo el tiempo
Antes de avisar
De que no estaba viviendo

Sin ataduras mujer![...]
Sin ataduras mujer
Pa qué! Sin ataduras mujer!
Sin ataduras mujer
Que yo te quiero Clara y sin ataduras
Sin ataduras mujer, que yo te quiero, te quiero

Sin ataduras
Sin ataduras mujer
Sin ataduras mujer!!!
Liberate, rebelate!!!
Sin ataduras! Desliate
Sin ataduras mujer!
Sin ataduras mujer,
Camino de hieles, camino de mieles
Caminos que pinchan como alfileres
Si lo quieres tú puedes,
Si lo quieres tú…
Y pa’l caminito que estás creando…
Sin ataduras mujer!!!!!!!!


Canteca de Macao. Bella.

martes, 25 de mayo de 2010

Mitos y creencias en torno a la disfunción eréctil

No es un mito, sino un dato, que una de las principales características de la disfunción eréctil es que los afectados suelen sufrirla en silencio.


La disfunción eréctil, como ya hemos ido viendo, es una situación muy frecuente. La mitad de los hombres, entre los 40 y los 70 años, se encuentran afectados en mayor o menor grado. Pero es curioso que no sea un tema que se trate abiertamente. Mitos y expectativas culturales de la sexualidad masculina han impedido a muchos hombres buscar ayuda para un trastorno que, en la mayoría de los casos, puede beneficiarse de un tratamiento médico o terapéutico.

Los mitos y creencias que aún persisten en torno a la disfunción eréctil, no han hecho otra cosa que producir más sufrimiento a quienes la padecen.

A pesar de todo lo escrito y leído sobre la disfunción eréctil, la realidad es que al día de hoy, hombres y mujeres albergan mitos y creencias en torno a esta disfunción que nada benefician el tratamiento de la misma. Vamos una vez más a ver algunos de estos:

La disfunción eréctil es una consecuencia inevitable de la edad.

No. Ya hemos dicho en otras ocasiones que la edad no es la causante de la disfunción eréctil, si bien es cierto que hay mayor prevalencia de disfunción en los hombres de mayor edad. Se debe a que éstos probablemente tienen enfermedades frecuentemente asociadas con la disfunción eréctil, como hipertensión arterial, enfermedad cardiaca o diabetes, o el consumo de medicamentos que pueden afectar a la función eréctil.

A medida que los hombres envejecen son probables algunos cambios en su vida sexual. Puede llevar un poco más de tiempo lograr una erección, o se puede requerir una estimulación física más directa. Éstos son cambios normales. Pero hay que tener muy presente que la disfunción eréctil no es el resultado inevitable del envejecimiento y por ello es importante cuidarse y llevar una vida sana a nivel biopsicosocial. La sexualidad no tiene límite de edad, de manera que dejemos de interiorizar que con la edad “esas cosas pasan”.

La disfunción eréctil es debida a una pérdida de interés sexual.

Claro que no. Aunque están directamente relacionadas, no son equivalentes. Es cierto que la disfunción eréctil puede llevar a una pérdida de interés sexual, pues cuando los encuentros sexuales no son satisfactorios acaban siendo no deseados; esto es cosa sabida. También la pérdida de interés sexual puede ser una causa psicógena de disfunción eréctil.

Existe relación entre disfunción eréctil y prácticas sexuales anteriores.

Las experiencias sexuales traumáticas pueden originar reacciones de dolor, miedo o ansiedad ante la actividad sexual. En muchos casos la historia de abusos por parte de adultos o de castigos por la masturbación, origina como secuela la aparición de disfunción eréctil.

La masturbación produce disfunción eréctil.

En absoluto. En contra de las muchas creencias que todavía persisten en algunas personas referentes a la masturbación, esta no implica ningún tipo de problemática física o mental, y sin embargo, puede ser muy útil empleada como terapia en ciertas disfunciones sexuales. Tan sólo si estos hábitos crean un fuerte sentimiento de culpa o vergüenza, pueden interferir posteriormente en las relaciones sexuales. En algunos casos excepcionales de masturbación compulsiva, puede ser un síntoma de trastorno. No dejen de practicar la masturbación, en soledad o en pareja. No cuesta nada y sí proporciona grandes beneficios a todos los niveles.

La disfunción eréctil y la eyaculación precoz son lo mismo.

No. Son dos patologías diferentes que afectan a distintas fases de la respuesta sexual. La disfunción eréctil es un trastorno de la fase de excitación sexual, mientras que la EP es un trastorno de la fase orgásmica. Sin embargo, la eyaculación precoz puede ser un desencadenante de la disfunción eréctil, y en algunos casos el paciente se encuentra afectado por las dos disfunciones al mismo tiempo. Algo a tener en cuenta es que la eyaculación precoz no es una disfunción, aunque socialmente la hayamos categorizado entre estas. Hablaremos en otro momento en profundidad de la eyaculación precoz.

La disfunción eréctil es más frecuente cuando el tamaño del pene es pequeño.

Por supuesto que no. Al tamaño pequeño del pene se le han atribuido demasiadas cualidades que nada tienen que ver con su funcionalidad ¿Acaso los hombres con un cráneo pequeño son menos inteligentes y eficaces que los que tienen un cráneo más grande? Resultaría ridículo pensar así, ¿verdad? Pues igual de absurdo es lo que estamos intentando desmitificar. De manera que tengamos claro que la funcionalidad del pene es independiente de su tamaño. La variedad en cuanto a tamaños es tan amplia, que en la inmensa mayoría de los casos el tamaño se considera fisiológicamente normal; otra cosa es lo que cada cual necesite para erotizarse.

La fimosis produce disfunción eréctil.

No. La fimosis es una abertura del prepucio (piel que recubre el glande) que es demasiado estrecha para permitir la salida del glande. En estos casos se aconseja la circuncisión para evitar infecciones y posibles problemas en las relaciones sexuales, pero no tiene nada que ver con posibles dificultades para conseguir o mantener una buena erección.

La circuncisión es la causa de disfunción eréctil.

No existen pruebas de que la circuncisión repercuta en la función sexual.

La vasectomía afecta a la función eréctil.

No, a pesar de los miedos que genera en algunos hombres. La vasectomía es una intervención quirúrgica menor, que consiste en la sección de los conductos deferentes. No afecta de ningún modo al mecanismo de la erección, y tampoco tiene por qué afectar a la relación personal ni al comportamiento sexual, que incluso puede mejorar al desaparecer el temor al embarazo no deseado.

Es más frecuente la disfunción eréctil entre homosexuales.

No. La respuesta sexual de los homosexuales y la de los heterosexuales no presenta diferencias fisiológicas.

Al hombre con disfunción eréctil no le atraen mucho las mujeres.


Esta es una creencia muy extendida, y en ocasiones expresada con muy mal gusto, atribuyéndole a ésta un trasfondo de homosexualidad. Esta idea es totalmente falsa. Un hombre con disfunción eréctil puede y de hecho suele seguir manteniendo un deseo sexual normal, y su problema no tiene que estar en relación con tendencias homosexuales. Algunos hombres homosexuales que no han aceptado sus preferencias pueden tener problemas en sus relaciones heterosexuales, al experimentar un rechazo hacia las mismas; pero esto no es lo habitual.

Abusar del sexo puede producir a la larga disfunción eréctil.

No existe ninguna base fisiológica que nos permita afirmar que un exceso de sexo pueda conducir a una disfunción eréctil. Sí pueden existir trastornos psicológicos o psiquiátricos que condicionen la aparición de una conducta sexual anómala y posteriormente disfunción eréctil. Estar en buena forma sexualmente es estupendo.

La diabetes puede ser causa de disfunción eréctil.


Sí. Entre el 30 y el 50% de los enfermos diabéticos mal controlados están afectados por problemas en la erección. El factor más importante, junto con la duración de la enfermedad, es la falta de un adecuado control, ya que en estos casos aparecen alteraciones en los vasos sanguíneos y en los nervios, que son los principales elementos protagonistas del mecanismo de la erección.

La disfunción eréctil de mi pareja indica que ya no me desea.

Claro que no. Esta sensación es frecuente en la pareja de hombres que padecen disfunción eréctil. Ocurre cuando no existe una información adecuada sobre el problema y una pobre comunicación con la pareja, y es verdad que puede complicar aún más la relación entre sus miembros.

La disfunción eréctil está relacionada con trastornos orgánicos, psicológicos o sociales, pero no necesariamente con pérdida de interés hacia la pareja. Algunos hombres acomplejados por los repetidos fracasos ante el empeño no satisfecho, eluden o tratan de evitar el encuentro sexual, lo que genera distorsiones en el pensamiento de su pareja.

Si el pene no está erecto el encuentro sexual no es lo mismo.

No es lo mismo ¿comparado con qué? ¿Con la práctica habitual del mete y saca de cada encuentro erótico sexual? Esto desde luego sí podemos decir que “siempre es lo mismo”. Lamentablemente, muchas parejas tienen infrautilizado su cuerpo, que no deja de ser una herramienta para dar y recibir placer. Tenemos manos, pies, boca, lengua, etc. y una imaginación deseosa de ser utilizada. Si el pene está dispuesto y a punto, estupendo; que se use también, pero si no es así, no dejemos de disfrutar de ese momento que es lo que se pretende.

Fdo.: Raquel Díaz Illescas.

domingo, 23 de mayo de 2010

¡Putos prejuicios!

Por entender, comprender y haber experimentado en propia piel cada una de las palabras que una lectora me ha enviado, como ella me pide, me hago eco de las mismas. Aquí las dejo para que si es posible, sirva de reflexión.

Estimada Raquel,
No sé si lo que le voy a contar será del interés suficiente como para que lo publique en su blog. Estoy muy cabreada y necesito contarle a alguien esto:
Hoy es uno de esos días en que me apetece, necesito y quiero tener “la boca sucia!. No sé si me siento más triste o más cabreada, posiblemente
un poco de las dos, aunque la verdad, la cosa no deja de tener gracia, puta gracia!

Hay pocas mujeres a las que les guste que los obreros de la construcción, vaya los albañiles, les piropeen (bueno, aunque a veces la mayoría de ellas lo que salga de sus bocas sean vocablos no repetibles). Pues mire usted como son las cosas: hay momentos en que me ha sentado mal, muy mal que estos brutos del ladrillo, contuvieran su verbo a mi paso…, ¿y cuando ha sido esto se preguntará?, pues cuando mi adorable Lucero me acompañaba. Lucero es mi perro guía, también por extensión me ha ocurrido con el bastón!. Manda cojones!; sin embargo, dejar el perro o el bastón y ala a soltar por la boca todo lo que fluye.


Sales una noche de copas con las amigas, te lo pasas de miedo!, ligas, que ya es complicado a estas edades…, y mira por donde que cuando el susodicho se entera por otro de su misma especie de que con quien se ha dado la friega padre es ciega, a este se le cae todo, si todo…. Lamentable.
El tonto va y me cuenta que se ha enterado y que se ha quedado loco: no puede ser dice, pues me he reído mucho con ella, pues si es una tía de la leche, es listísima, joder!. Pero si no se le nota nada!.


Una que es una mujer independiente, autónoma, lista, inteligente, sin abuela, y con un cuerpo todavía por ver, tocar y disfrutar, viene un gilipollas y se acojona, y yo me digo: ¿pero es que las mujeres ciegas o que vemos poco bien, no podemos ser glamorosas, apetecibles, deseables, guarras, y muchas más cosas que en este momento creo debo ya callar….???!. Y eso que estamos en la capital!.

Hombres de dios! por qué tantos prejuicios!, también aquí debemos seguir demostrando que somos estupendas???

P. Martínez. -Madrid-.

No a la violencia de género!

Mientras le gritas a tu mujer, ella te va queriendo un poco menos ... Mientras humillas, ofendes, insultas y degradas a tu mujer, ella se va alejando... Mientras violentas a tu mujer, ella ya está pensando que no mereces la pena.... Y todo ello sin necesidad de convertirse en un objeto para otro hombre.

martes, 11 de mayo de 2010

La seducción de las palabras

Las palabras son seductoras, es verdad que no todas, aunque todas pueden llegar a serlo en una buena pluma, en unos labios seductores

A veces
Escribir un poema se parece a un orgasmo:
mancha la tinta tanto como el semen,
empreña también más en ocasiones.
Tardes hay, sin embargo,
en las que manoseo las palabras,
muerdo sus senos y sus piernas ágiles,l
es levanto las faldas con mis dedos,
las miro desde abajo,l
es hago lo de siemprey, pese a todo, ved:
¡no pasa nada!
Lo expresaba muy bien Cesar Vallejo:
"Lo digo y no me corro".
Pero él disimulaba.

Ángel González

Comparto con el poeta asturiano el placer de las palabras. Me gusta jugar con ellas, pensarlas, sentirlas, acariciarlas, esperarlas, acogerlas, disfrutarlas, aprenderlas, compartirlas, seducirlas y dejarme seducir por ellas…


Hay mayor seducción que las palabras?, las que leemos sobre papel manchado, las que intercambiamos en correos electrónicos, las pensadas, las sentidas, las silenciadas, las soñadas, las deseadas, las imaginadas, las lloradas, las celebradas, las habladas al oído, o a la cara. Las palabras son seductoras, como lo son los labios que las alimentan.

La palabra sugerente tiene intencionalidad: seducir. Acercar al lector/a, a su oponente, a su interlocutor/a; las palabras buscan ser queridas, que nos quieran, que nos echen de menos, que nos demanden, que no nos olviden.

Las palabras son la materia prima que utilizamos para construir nuestras relaciones de amistad, de poder, de odio, de amor, de seducción. También con las palabras y a través de ellas, aprendemos a edificar nuestro mundo emocional. El oído nos acompaña como órgano de la escritura, porque también escribir es escucharse a uno mismo, aunque no siempre consigamos convencernos, seducirnos.

Hablando de la seducción de las palabras, Alex Grijelmo, hace una diferenciación entre la persuasión y la seducción: “la persuasión y la disuasión se basan en frases y en razonamientos, apelan al intelecto y a la deducción personal”, mientras que “la seducción parte de un intelecto, sí, pero no se dirige a la zona racional de quien recibe el enunciado, sino a sus emociones”.

Y es que las palabras se van contaminando en cada historia, en cada encuentro. Necesitamos y deseamos ser seducidos por las palabras, la escrita o la hablada, aunque nos contaminen.

Es verdad que las palabras, aun siendo las mismas, no resultan seductoras en todos los oídos que las escuchan, ni en todos los ojos que las miran. A veces las palabras es mejor que sigan siendo palabras, sin imágenes, solo textos o sonidos que dejen a la fantasía y a la imaginación hacer el resto; a veces, y solo a veces, cuando las palabras tienen imágenes, dejan de ser palabras que seducen.

Fdo.: Raquel Díaz Illescas.

miércoles, 5 de mayo de 2010

"El arroz de la paella"

Si vemos al pene como un ingrediente más de la paella, no dejaremos de saborear y disfrutar de la misma, si en algún momento este ingrediente nos falla. Todo es cuestión de probar.
mikoshi (capilla)n.

Atendiendo a una pregunta de un fiel lector de “Sexualidad positiva”, voy a intentar dar respuesta a su interesante pregunta: En una relación sexual, ¿cuál es el arroz de la paella?
Imaginemos y pensemos en una estupenda paella, cada cuál a su gusto. Qué ingredientes tendría esta paella?. Chirlas, gambas, mejillones, calamares, pescados varios; verduras, pollo, sal, aceite, etc., etc. Cada cuál y en cada sitio la hacemos de una manera, dependiendo sobre todo del gusto de los comensales. Lo que todos tenemos claro es que hay un ingrediente básico que no puede faltar en una paella: el arroz, también al gusto, faltaría más.
Pues bien, en esa estupenda paella, cada persona tendrá su debilidad por uno u otro ingrediente (o por ninguno en especial), y a veces, si este falta lo puede notar, o puede sustituirlo por otro, pero no por ello deja de saborear la paella y comerla con gusto y disfrutarla con su acompañante.
Pues bien, piensen en su paella, la que a ustedes les gusta, con sus ingredientes, y ahora permítanme que hagamos de su paella una metáfora para poder hacer el símil entre su paella y su relación sexual.


Hemos visto los posibles componentes de una paella, con su ingrediente básico: el arroz.
Seguimos, ahora vamos a ver cuales son los ingredientes de una relación erótico sexual. Al igual que en la paella, influirá el gusto de sus miembros, las ganas, la imaginación, el deseo, la creatividad etc., etc. Y qué ingredientes tendrá esta?: besos, caricias, abrazos, lametones, palabras, manos, labios, pies, barriga, piernas, genitales, aceites, cremas, lubricantes, juguetes, música, velas,etc., etc. y cual será el ingrediente básico de esta relación sexual?, Lo deseable sería que el ingrediente base fuese DISFRUTAR, a partir de aquí, cada cual puede ir añadiéndole ingredientes que la hagan más divertida y placentera.


Dónde reside el problema? en que muchas parejas, utilizan el pene como ingrediente básico de sus relaciones sexuales, y cuando éste falla ya no hay relación, todo lo demás no sirve, y entonces viene la frustración, la ansiedad y todo eso que ya muchos conocen.

A lo largo de los siglos han sido muchas las culturas que han venerado al pene como algo sagrado, ya lo era durante la edad de bronce, cuando los etruscos (llegados del Asia Menor a Italia hacia 1200 a. de C.) le tributaban un emocionado culto y lo adoraban públicamente en imágenes tridimensionales e inmensas.Conocida es la veneración que le profesaban los griegos a Príapo, dios de la fecundidad representado en múltiples ocasiones por un pene erecto desproporcionado.

Aún hoy el pene sigue siendo venerado de diferentes formas:

Cada primavera los japoneses celebran su Kanamara Matsuri ( Festival del falo de metal), encontrándose éste presente durante todo el festival en forma de ilustraciones, dulces, decoraciones, vegetales esculpidos e incluso en un


Y qué hacemos en occidente?. Es verdad que no hacemos procesiones con él, al menos no sagradas…, pero si lo utilizamos cómo valuarte de virilidad, de fuerza, de orgullo ante los amigos, la pareja, la sociedad; es utilizado en publicidad subliminal, dejando ver al consumidor que cuanto más grande sea más placer proporcionará a su pareja; es motivo de risa, de vanagloria y también de frustración y de vergüenza para quienes no sienten que dan la talla; pero sobre todo al pene se le sigue cargando la responsabilidad del goce y disfrute de la pareja, algo que conlleva muchas de las disfunciones sexuales relacionadas con éste.

El pene es para disfrutarlo, no para exhibirlo ni vanagloriarse de su dureza, tamaño o resistencia.

Fdo.: Raquel Díaz Illescas.

martes, 4 de mayo de 2010

Causas de la disfunción eréctil


Sabemos cómo se produce una erección, lo que es una disfunción eréctil y cómo difieren unas de otras, pero todavía no hemos hablado de las causas que dificultan o impiden una erección satisfactoria, y es lo que vamos a abordar en este articulo: las causas de la disfunción eréctil.

Conocer la causa que está incidiendo o provocando la pérdida o dificultad para mantener una erección, va a posibilitar al profesional en la materia que pueda hacer un buen diagnóstico y aplicar el tratamiento más acorde con las necesidades del paciente en cuestión. Veremos como las causas no son siempre las mismas, como tampoco lo es la edad de las personas que la sufren.

La edad avanzada suele ser el recurso más al uso al que acuden muchos hombres para justificar su pérdida o falta de erección, incluso también algunos profesionales, que no están formados en sexología. Pues bien, es un error pensar que los problemas de erección son una consecuencia inevitable del hecho de hacernos mayores.

Es cierto que hay mayor prevalencia de disfunción eréctil en los hombres de mayor edad, pero esto está motivado porque los hombres mayores posiblemente tienen enfermedades comúnmente asociadas con la disfunción eréctil, como hipertensión arterial, enfermedad cardiaca o diabetes; así mismo, éstos utilizan más medicamentos que pueden afectar a la función eréctil.

El envejecer conlleva cambios tanto en hombres como en mujeres. La influencia en su vida sexual puede ser por ejemplo, que tarden un poco más en conseguir una erección, necesitar una mayor estimulación, o que la eyaculación se haga esperar (pero esto no tiene porque ser algo negativo). Estos son cambios normales. No olvidemos que también hay aspectos muy positivos en la sexualidad en la vejez, de los que hablaremos en otro momento. Lo importante es saber que las dificultades de erección no son el resultado inevitable del envejecimiento. Somos seres sexuados y lo somos durante toda nuestra vida.

Vamos pues a ver las causas que pueden producir una disfunción eréctil:

Causa específica inmediata

Es la causa que aparece más claramente a la conciencia de la persona. Todos los hombres que padecen dificultades con la erección comentan la angustia que sienten por ello y los pensamientos de fracaso y malestar que les acompaña incluso a la hora de dormir.

A partir de un suceso real y objetivo (como una ingesta excesiva de alcohol o el consumo de alguna droga o una situación estresante) o algo que el propio sujeto imagina (miedo a no quedar bien con la pareja, ansiedad ante el no poder cumplir, complejos diversos, como el de pene pequeño) se produce la primera disfunción secundaria, ocasional y sin importancia, la persona se preocupa e intenta repetir la relación sexual en estado de ansiedad, respuesta fisiológica contraria a lo que esta fase precisa: estado de relajación, por lo que la fase eréctil queda inhibida.

El no conseguir la erección suele ser justificado por la persona por cuestiones físicas (alguna enfermedad o malestar) o peor aún, a aspectos relativos a su identidad viril, siendo estos pensamientos procesados con gran ansiedad por el hombre.

Ante esta situación de elevada ansiedad el hombre intenta poner en marcha un mecanismo de defensa de híper control, observando las reacciones de su pene de manera obsesiva, intentando concentrarse en conseguir la erección mediante diferentes recursos que cree que le facilitarán conseguirlo: pensamientos o fantasías eróticas, ingerir estimulantes, masturbarse inmediatamente antes de la penetración, etc. Esta actitud asociada a la intensa angustia que siente, convierte la disfunción en crónica y permanente.

Causas remotas.

Son las que se encuentran en la base y origen de la disfunción. Pueden ser orgánicas, psíquicas o sociales.

Vamos a verlas una a una.

 Orgánicas.

 Daño de las arterias, el músculo liso y el tejido fibroso, a menudo como resultado de una enfermedad.

 La diabetes.

 Ingesta de drogas, alcoholismo crónico.

 Esclerosis múltiple, arteriosclerosis.

 Trastornos de los vasos sanguíneos

 Intervenciones quirúrgicas (especialmente la cirugía radical de próstata debido a un cáncer) pueden lesionar los nervios y las arterias que están cerca del pene.

 Las lesiones del pene, la médula espinal, la próstata, la vejiga urinaria y la pelvis pueden ocasionar disfunción eréctil al lastimar nervios, músculo liso, arterias y tejido fibroso de los cuerpos cavernosos.

 Medicamentos comunes producen disfunción como efecto colateral. .

 Producción insuficiente de testosterona

 Tabaco (afecta el flujo de sangre en venas y arterias).

 Anormalidades hormonales (la producción insuficiente de testosterona)

 Otras causas: agentes tóxicos (plomo, mercurio, herbicidas), cirrosis, insuficiencia renal crónica, obesidad patológica, etc.

 
 Psíquicas:

 Afectos negativos de miedo: al éxito, al fracaso, al abandono.

 Afectos negativos de vergüenza: timidez, ridículo, a no quedar bien, a no dar la talla, a no hacer lo apropiado según las normas.

 Afectos negativos de culpa: remordimientos, autocastigo, por hacer algo que es inmoral, que no es adecuado.

 Complejos físicos (fealdad, pene pequeño, torcido), de género (identidad)

 Agresividad reprimida hacia la pareja

 Fantasías sexuales no asumidas

 Temores hipocondríacos

 Culpabilidad incestuosa, fijaciones edípicas.

 Rivalidades fraternas

 Homosexualidad no asumida

 Parafilias no asumidas

 Relaciones destructivas de pareja.

 Traumas infantiles (abusos sexuales, incestos, malos tratos)

 Depresiones psicógenas

 Neurosis fóbicas, histéricas u obsesivas.

 Psicosis larvadas o iniciadas

 Estilos de apego inseguro o evitativo.

Como hemos visto, las dificultades con la erección, como ocurre con otras disfunciones sexuales, pueden tener un origen orgánico, emocional o social. El diagnóstico es fundamental para llevar a cabo un buen tratamiento.

Ya hemos visto la importancia de saber si el problema es desde siempre o aparece en determinado momento de la vida, y si surge en todas las situaciones sexuales o sólo en alguna. Esta discriminación es fundamental para establecer el tipo de tratamiento y el pronóstico del trastorno.

A pesar de ser la disfunción eréctil un tema que genera un alto nivel de ansiedad, es verdad que en muchas ocasiones, la disfunción eréctil que tienen, no es tan seria como ellos creen y sobre todo la viven y experimentan teniendo solución. En otros casos, solo necesitan darse cuenta de cómo establecen sus relaciones sexuales para que todo vuelva a la normalidad. Es verdad que en ocasiones, los tratamientos son más prolongados, y en otros se hace indispensable la solución predominantemente orgánica.

Vamos a ver una de las causas cada vez más frecuentes tratadas en terapia, las causas sociales.

 Sociales:

 Educación puritana o erotofílica (visión negativa de la sexualidad).

 Falta de habilidades comunicativas: nos comunicamos poco y mal con la pareja.

 Ausencia de estimulación adecuada: tenemos demasiado genitalizadas las relaciones sexuales.

 Comportamientos influidos por los prejuicios de género: cada cual es responsable de su propio placer, al encuentro sexual hay que ir en clave erótica, a disfrutar los dos.

 Comportamientos exclusivos: excesiva actividad o excesiva pasividad.

 Rol del espectador: hay que mantener un egoísmo positivo. Disfrutar hace gozar también al otro miembro.

 Relaciones sexuales clásicas y pobres: la fantasía es fundamental en la pareja, así como estímulos nuevos.

 Escasez de imaginación y fantasía: a ensoñar también se aprende.

 Primeras experiencias apremiantes o inadecuadas: no tenemos por qué arrastrar un mal aprendizaje de nuestras relaciones sexuales, los cambios hacia algo mejor son estupendos.

 Influencia de los modelos sociales: han hecho mucho daño tanto a hombres como a mujeres, pero el ser humano tiene algo maravilloso: su capacidad de aprender.

Tener una visión integral de la disfunción eréctil ayudaría a los hombres a enfrentar de un modo distinto su problema y facilitaría su solución, pasando ésta por la importancia real de la erección en una relación sexual. ¿Es imprescindible, es siempre necesario el coito para el disfrute sexual de la pareja? De acuerdo a las investigaciones de la norteamericana Shere Hite (1976), sólo el 30% de las mujeres logra el orgasmo "siempre" o "casi siempre" por medio del coito. Mientras que del 82% de mujeres que se masturban, el 96% logra el orgasmo por este medio, y de éstas sólo el 1,5% recurre a la inserción vaginal de algún objeto que pudiera ser equivalente al pene.

Seguir focalizando en la erección el medio para conseguir una relación sexual placentera y satisfactoria, somete al hombre a una elevada presión para rendir siempre de una misma forma, impidiéndole disfrutar de otras sensaciones placenteras en otras regiones corporales, dificultándole el desarrollar otras habilidades que pueden ser más excitantes para su pareja.

Con esto no quiero decir que la disfunción eréctil no deba ser tratada terapéuticamente, y que el coito sea un asunto menor, sino que tal problema, debe ser visualizado en una perspectiva más amplia, realista y sana para los dos miembros de la pareja.

El cuerpo es un gran territorio de piel por descubrir, por explorar, para detenerse, para disfrutarlo, para ir y volver nuevamente.

Prueben a dar a su pene en algún momento, un papel secundario en sus encuentros erótico sexuales, ni él ni su pareja dejaran de disfrutar del momento, y usted tampoco.


Fdo.: Raquel Díaz Illescas