lunes, 29 de agosto de 2011

PARA ELLOS: Claves para ser etiquetado como “buen amante” (I)

…Tierno, sensible, atento, cariñoso, salvaje, bruto, apasionado, fuerte…

Durante décadas el género masculino ha venido lamentándose de no entender a las mujeres, de no saber qué es lo que queremos y deseamos, aludiendo a nuestra complejidad.

Desde la revolución sexual del siglo XX los hombres se muestran muy interesados en ser buenos amantes y en que sus compañeras de sexo les den buena nota, y para ello intentan emplearse a fondo, aunque no siempre su rendimiento los lleva al éxito esperado.

Curiosamente, en materia sexual los hombres han creído saber lo que nos gusta y queremos; sin embargo no entienden por qué siendo el sexo una actividad que desearían practicarla todos los días, su pareja no muestra el mismo interés, y además, cuando lo hace está deseando acabar.

Y es que, a pesar de la errónea responsabilidad que se han atribuido los hombres en sus relaciones sexuales, el placer de las mujeres sigue siendo una incógnita por resolver. Es verdad que ellos no son los únicos responsables de esto, pues somos las mujeres las que debemos empezar a responsabilizarnos de nuestro propio placer, empezando por expresar aquello que queremos y nos gusta que nos hagan.

Y entonces ellos se preguntan ¿Qué queremos o deseamos las mujeres en los encuentros amorosos? ¿Qué actitudes o comportamientos detestamos, nos desagradan o nos producen rechazo? ¿Qué es para nosotras un buen amante?

Cada mujer es diferente, por lo que sería un error trasladar los gustos y deseos de tu anterior pareja sexual a la que tienes actualmente. Hay mujeres más recatadas, tímidas, con prejuicios y que conservan algunos mitos y creencias en torno a la sexualidad, pero también hay mujeres que viven su sexualidad de forma abierta y placentera. De manera que cada caballero, también con sus peculiaridades, deberá intentar acoplarse, si así lo desea, a su pareja sexual si quiere ser etiquetado como “buen amante”.

He aquí algunas sugerencias que puedes llevar a cabo para que tu compañera te califique de “buen amante”:

1. ¿Ella te gusta, la deseas? Pues díselo y sobre todo, hazle que se sienta especial. No des nada por hecho. Dile lo mucho que te gusta cómo te mira, sus piernas, su pelo, sus ojos, cómo se ríe, su culo, cómo le sienta tal o cual vestido…No es cursi. Da igual que se lo hayas dicho muchas veces. Ponle volumen a tus pensamientos y díselo, a ella le encantará y le hará sentirse más segura. Y por supuesto, no se lo digas sólo cuando quieras sexo.

A veces erróneamente los chicos pensáis que si vuestra chica se muere por vuestros huesos esto ya garantiza su placer, y no es así.

2. Las mujeres también pensamos en el sexo, aunque no es el pensamiento predominante del día, como también nos fijamos en otras partes del cuerpo que no son precisamente las manos ni los ojos (bueno sí, en las manos para ver las posibles habilidades que puede tener con sus dedos…) De manera que mueve ese cuerpo, que seguro que los ojos de tu chica navegan ya por él.

3. Bésala. No pidas que ella lo haga, no preguntes si puedes hacerlo, simplemente bésala, en la cara, en los labios, en la boca… Eso sí, no lo hagas sólo cuando quieras mantener relaciones sexuales. Hay muchos señores que se quejan de que sus mujeres rehúyen sus besos, que estos han quedado reducidos a los meramente “cordiales”, dejando los apasionados en el recuerdo ¿Has pensado alguna vez por qué ocurre esto?

4. Tu boca debe oler y saber bien. Le he dedicado un punto y aparte a este apartado por la importancia que esto tiene y por la escasa atención que en este caso, los caballeros le otorgan al mismo. No importa el tiempo que lleves con tu pareja, ni la confianza que tengas con la misma. Es fundamental, importante y necesario que tu boca no huela a eso que hace unas horas has comido o bebido (ajo, cebolla, queso, gazpacho, café….) a estomago vacío o peor aún, a tabaco. Te aseguro que es altamente desagradable y un motivo más que suficiente como para que tu pareja rehúya el besarte. No pienses que porque nunca nadie te lo haya dicho, por eso tu aliento no deba ser cuidado y revisado. A algunas mujeres les da mucha vergüenza decirlo y simplemente se limitan a evitar el acercamiento. Olvídate de eso de que hay que ser espontáneos y que hay que besar cuando y en cualquier situación. Sí, si sabes que tu boca estará preparada+ para ser besada y querer repetir. Hoy en día no hay excusas para el mal aliento o mal sabor de boca; en cualquier establecimiento podéis encontrar un espray que se puede llevar en el bolsillo y en cualquier momento daros un toque. Os aseguro que esto influye mucho en el deseo.

5. Dos besos en la boca, uno en el cuello, un toqueteo en el pecho, culo y a meter, y por supuesto, al mismo ritmo y en su orden, para no perderte… Atrévete y saca tu lado más canalla. Deja las cortesías, delicadezas y palabras tiernas para otro momento. Ahora toca que tu chica se ponga a cien y que no olvide ese encuentro. No esperes a llegar a la cama, ni a que se desnude; saca tu lado más salvaje. Cambiar de escenario y de rol puede ser estupendo. A las mujeres nos gustan los chicos cariñosos y tiernos, sí, pero nos vuelven locas los que tienen ese punto canalla. De manera que de vez en cuando hazle ver a tu chica que sí, eres un chico bueno, pero también sabes y puedes ser ¡malísimo!

6. Fantasías sexuales: Podemos decir que un elevado porcentaje de las mujeres que tienen orgasmos solas o en sus encuentros eróticos (por no decir todas) tienen fantasías sexuales mientras se masturban a solas, contigo o cuando practicáis coito juntos. A los hombres os encanta eso de saber con qué fantaseamos las mujeres y además, a veces vuestro desconocimiento de nuestra sexualidad os lleva a pensar que nuestras fantasías sexuales son producto de nuestro “deseo oculto”… por lo que creéis que desearíamos llevar a la práctica todas aquellas fantasías que nos ponen cuando nos masturbamos. Nada más lejos de la realidad. Las fantasías sexuales nada tienen que ver con los deseos sexuales en la vida real. De manera que no insistas en saber con qué fantasea tu chica y menos aún en mosquearte u ofenderte si lo hace con el frutero, o incluso con ese o esa que tan mal te caen. Son fantasías, deja que disfrute y hazlo tú también con ella. Si te las cuenta, entiéndelas como lo que son.

7. Masturbarse también es una práctica que llevamos a cabo las mujeres y no seas tan ingenuo pensando que nos” metemos eso o aquello. Si te quitas esta idea de la cabeza, posiblemente cuando tengas algún encuentro sexual con una chica, te olvides un poco de aquello de “meter” y te centres más en estimular otras zonas que a las mujeres nos resultan altamente placenteras…

Es verdad que hay juguetes eróticos o terapéuticos (dildos, bolas chinas, etc.) maravillosos para fortalecer el suelo pélvico y también para “jugar”, pero lo más común es que tu chica lo que hace, es estimularse el clítoris. ¿Con qué? Pues eso ya va en gustos, preferencias o momentos…

Masturbarse no siempre está relacionado con tener o no pareja o estar más o menos satisfecha, de manera que si tu chica te dice o la descubres masturbándose, tu “hombría” no debe ofenderse. A veces el sexo a solas también está bien, incluso para las mujeres. Alégrate, eso la mantendrá más activa y contenta.

8. Las relaciones sexuales con coito (penetración) son muy placenteras y gratificantes para las mujeres, pues nos hace sentirnos íntimamente conectadas con vosotros. Pero no debéis olvidar que esto no quiere decir que por muy bien que nos lo estemos pasando y muy excitante que esto sea, vayamos a alcanzar el clímax con uno de vuestros embistes. Piensa que tú si llegarás y tendrás posiblemente un orgasmo estupendo, porque no dejas de estimular lo que más te gusta, tu pene, pero ella no. De manera que si quieres ver a tu chica disfrutar controla tus deseos de “meter” nada más empezar y disfruta con ella de vuestra piel, de los besos, caricias y de los susurros al oído, que esto excita mucho a las chicas. Puedes besar y lamer tanto como desees, donde quieras o te permitan…

9. Es verdad que nuestro clítoris no se encuentra tan a la vista como lo hace vuestro pene, ni tampoco es tan reivindicativo; sin embargo es muy agradecido a cualquier estímulo. Está repleto de terminaciones nerviosas, por lo que es muy sensible a la manipulación. Piensa que clítoris = pene. Si te olvidas de él, si no lo avivas directa o indirectamente, tu chica no llegará al orgasmo. Mímalo.


10. El tamaño del pene está más en vuestras preocupaciones que en las de las mujeres. No te obsesiones si para ti es pequeño, pues seguro que a tu chica lo que realmente le interesa es descubrir todas “las herramientas o recursos” de los que dispones para hacerle acariciar el cielo. De manera que pon en forma tus manos, dedos, lengua (la húmeda y la que susurra). Tu pene no siempre tiene que ser el protagonista de todas las fiestas, aunque a ti te encante invitarlo a todas.

11. Decirle palabras guarras o con contenido sexual cuando estáis en acción puede ser muy excitante y estimulante para algunas mujeres, pero es cierto que otras se pueden sentir ofendidas. Prueba y si no le gusta debería decírtelo. Una forma de saber si esto le pone es si te responde con otras similares o por el contrario se calla, también es posible que sea por timidez. A veces la manera más rápida es hablarlo con ella antes.

Háblale mientras ella te está acariciando, comiendo, lamiendo… esto le servirá para saber cuánto y cómo te está gustando lo que te está haciendo. Pero no confundas lo de hablar con los sonidos onomatopéyicos (ay, ummmm, sigue, así…) Sé un poco más creativo y sobre todo explicito, que le quede claro que lo que te está haciendo te está volviendo loco.

Algo similar ocurre con aquello de darle “cachetitos” en el culete. A algunas mujeres esto las excita tanto como a ti y a otras les puede parecer una agresión. Al igual que en lo anterior, háblalo con ella. Piensa que en el sexo vale todo, siempre que ambos estéis de acuerdo.

Seguiremos….

Fdo.: Raquel Díaz Illescas.

lunes, 22 de agosto de 2011

PARA ELLAS: Una buena compañera sexual debería….

¿Qué características debe cumplir una mujer entre las sábanas para que los caballeros la consideren una buena amante? Parece fácil y sin embargo no son muchas las que a su juicio pueden ser merecedoras de tal galardón….
Ellos parecen tenerlo claro y ellas también. Entonces ¿disfrutan ambos de sus encuentros amorosos?

Las mujeres hemos creído saber los gustos y preferencias de aquellos con quienes compartimos cama, mesa, mantel y de vez en cuando, fluidos varios, reduciendo la sexualidad masculina a unas cuantas hormonas que buscan desesperadamente “asentamiento” ; sin embargo esto no es así, aunque alguna lo viva de esta manera.

La cultura judeo cristiana nos ha marcado a todos/as y a ellos les ha tocado la parte “más lanzada, más abierta”, pero también la de mayor responsabilidad. En eso de complacer. Ellos, al igual que nosotras sienten, desean y anhelan.

Saber qué les gusta a los hombres en lo relativo al sexo parece una cuestión más que conocida por el género femenino, que de antemano asigna un rol a éste; sin embargo los hombres se siguen lamentando tanto de la escasa frecuencia con que mantienen relaciones sexuales, como de la pasividad de sus parejas durante sus encuentros eróticos.

De momento ya sabemos que hay dos aspectos que muchos hombres desearían incrementar o mejorar en su relación de pareja: la frecuencia con que practican sexo y una mayor actividad de ellas en las relaciones sexuales.

La sexualidad no es un tema de conversación al uso por las parejas, por lo que los deseos, preferencias, quejas o lamentos, se suelen trasformar en reproches en los momentos menos oportunos. Entonces, si la pareja no habla de sus gustos y preferencias en sus relaciones sexuales ¿Cómo saben las mujeres lo que realmente desearía o le gustaría a su pareja? ¿Quizá el conocimiento venga dado más por las “prohibiciones” hechas en los diferentes intentos? ¿O es posible que sea por las generalizaciones relativas a los sexos?

Hay que reconocer que en lo relativo a la sexualidad masculina, solemos ser injustas a la hora de “catalogar o definir” los gustos o preferencias de los varones, asignándoles a estos el calificativo de “los hombres solo quieren y piensan en una sola cosa: sexo” y los despojamos de sentimientos.

Las mujeres hemos evolucionado en muchos aspectos que han cambiado nuestra forma de pensar, sentir y vivir la vida, entre ellos nuestra sexualidad, pero también este cambio deberíamos hacerlo para ver y percibir al género masculino como un ser dotado de sentimientos, deseos y necesidades afectivas y sexuales, que quiere disfrutar de su sexualidad en libertad como podemos hacerlo también las mujeres.

La escritora y periodista Sylvia de Béjar dejaba en su web un post interesante  (de los muchos que tiene http://www.sylviadebejar.com ): ¿Qué características debería tener una mujer para ser considerada una buena compañera de sexo (hetero o lesbiana). A las sugerencias de la escritora me he permitido dar alguna pincelada y añadir algunas más por aquello de “darle gusto a todos”. Y como dice Sylvia, hay que leerlo “como si nos lo dijera nuestra pareja”:

1. Pienso en el sexo, sí, claro que sí, pero no a todas horas y en todo momento. Cuando te veo claro que deseo tocarte el culo y todo lo que en mis manos quepan; pero también deseo besarte y que me abraces. ¡Hazlo tú también!

2. Me pone cuando me miras con deseo, verte y sentirte siempre dispuesta.

3. Toma tú la iniciativa. Sorpréndeme. Agárrame. Túmbame. Tápame los ojos…Dime que me esté quieto. Dirige tú. Deja tus vergüenzas en cualquier contenedor.

4. Dime qué te gusta y cómo te gusta. No te cortes y dime también lo que no te gusta. Quiero ser excursionista de tu cuerpo, pero te necesito de guía.

5. Responsabilízate de tu placer como yo lo hago del mío. Libérame de la presión de pensar que todo depende de mí. No soy adivino/a (Sylvia de Béjar). .
6. Me gusta saber que te pongo, que te gusto. Házmelo saber, dímelo. Por favor, no ignores a mi pene, él te adora.

7. Atrévete y cuéntame tus fantasías, sobre todo las más guarras.

8. Dime lo bien que te lo hago y lo mucho que te gusta cómo lo hago. Gime, grita ¡no te cortes! Yo también necesito “motivación”.

9. Si estoy contigo es porque me gustas. No me hables de tus defectos. Yo no veo tu piel de naranja, limón o ¿cómo dices que se llama eso? Yo solo veo un culo al que quiero meterle mano/agarrar (Sylvia de Béjar).

10. Sedúceme y no dejes de hacerlo. ¡mírame, tócame y dime cuánta hambre tienes!

11. Deja que te mire mientras te desnudas, mientras te masturbas, sabes que me excita, déjame hacerlo, sin juzgarme, sin reproches.

12. Dime y permíteme decirte palabras guarras sin que por ello me consideres un pervertido o que te falto al respeto.

13. Si eyaculo antes de que tú hayas llegado al orgasmo, déjame que siga acariciándote, lamiéndote, la fiesta no ha acabado…

14. Si mi pene no está lo suficientemente erecto, no pienses que no estoy excitado o que no me gustas, relájate y déjame que acaricie tu sexo con mis dedos, con mi lengua, con lo que tú quieras, yo sigo excitado…

15. Menstruación: todos los días del mes te deseo, incluso los que para ti están “vetados”. Me sigues pareciendo igual de estupenda y rica que los demás, relájate y disfrutemos.

16. Sorpréndeme y ponte sexy para mi, no te pongas ropa interior, llámame por teléfono y dime lo que me harás cuando llegue a casa…

17. Posturas nuevas: me gusta el misionero, pero me encanta ver tu cuerpo desde todos los ángulos y por todas partes.

18. Me gusta disfrutar de nuestros encuentros sexuales, por lo que intento aguantar todo lo que puedo; si aceleras o provocas mi orgasmo para que acabe pronto, que sepas que eso me estresa.

19. Háblame de lo mucho que te está gustando y de lo bien que te lo estoy haciendo pasar; los temas domésticos déjalos para otro momento.

20. Déjame explorar cualquier parte de tu cuerpo, con mis manos, con mis dedos, con mi lengua... hazlo tú también sobre el mío.

21. Si te duele la cabeza tómate una aspirina o un paracetamol y dime mejor lo mucho que me deseas.

22. Por favor, no finjas un orgasmo, yo estaré encantado de estimularte donde y con lo que tú quieras.

No todos los hombres son iguales, ni a todos los hombres les gustan ni necesitan las mismas cosas en el sexo para disfrutar, aunque algunas/os lo sigan pensando. Una sugerencia: descubridlo juntos.
Esta lista puede continuar todo lo que tú desees. ¿Quieres colaborar a hacerla más extensiva, más plural? Envíame tus sugerencias.

Fdo.: Raquel Díaz Illescas.

martes, 16 de agosto de 2011

Lo que nos queda por vivir.

Vivir en soledad no es una condición del ser humano sino más bien una circunstancia sobrevenida. Es verdad que a lo largo de la vida la soledad nos hace algún que otro guiño con el que pretende acogernos, pero la realidad es que las personas necesitamos de los afectos y de estar piel con piel para sentirnos queridos, valorados…

Unir nuestra vida con alguien es un deseo que va fluctuando a lo largo de los años, y que va a depender de las experiencias vividas. Compartir un proyecto de vida, un abrazo, una caricia a tiempo o un beso de buenos días, no siempre es valorado por quienes no han sentido el dolor de la pérdida, de la ausencia o de la necesidad de sentirse querido. Sin embargo resulta muy importante para quienes conservan en su mirada las huellas del sufrimiento, saber y sentir que hay alguien a su lado.

Tiempo atrás, un periódico digital hacía una reseña en sus páginas relativa precisamente al hecho de tener alguien en tu vida para quien eres importante. Lo acontecido el 11 de marzo en Japón con el trágico y devastador tsunami “…ha hecho temblar también las relaciones personales de los japoneses, entre los que ha disparado tanto la búsqueda de pareja como los llamados "divorcios del terremoto".

Sigue apuntando la noticia, cómo los apagones frenaron la rutina incesante de 30 millones de ciudadanos/as, en la zona metropolitana de Tokio, lo que permitió que muchas personas se planteasen su vida.

Según algunas agencias matrimoniales de Tokio, la decisión de vivir en soledad parece haber cambiado en el pensamiento de muchas personas, pues las demandas matrimoniales han ido en aumento desde que ocurrió este devastador tsunami.

Las trágicas imágenes de los refugiados en el noreste de Tokio indujeron a muchas personas que habían decidido vivir solas, a imaginarse cómo sería afrontar en soledad una situación así, y pensaron que vivir al lado de otra persona que te quiera y a quien querer contribuiría a la superación de estos hechos.

Vivir experiencias traumáticas lleva al ser humano a sentirse más receptivo y a vincularse de manera emocional y afectiva a otra persona. Así mismo los gustos y preferencias en cuanto al aspecto físico o intelectual se suavizan y se flexibilizan, pues serán las conductas de los individuos las que cobren mayor significado y relevancia a la hora de elegir compañero/a de vida.

También las situaciones de crisis o extremas llevan al ser humano a replantearse lo que ha sido su vida, lo que ha vivido hasta el momento y lo que ha dejado en el camino. La pareja toma un especial protagonismo, porque es en los momentos duros cuando las personas necesitamos sentirnos “protegidas” afectiva y emocionalmente, y es en estos momentos donde subyacen los egoísmos o la generosidad de las personas a las que queremos.

A veces las parejas pasan toda su existencia uno al lado del otro, compartiendo techo, cama, alimentos, hijos, hipoteca y alguna que otra caricia furtiva que silencian en calendarios marcados. El tiempo toma la responsabilidad del tedio, del aburrimiento y de las ausencias de pasión.

A veces la vida nos da una oportunidad de poder cambiar, no lo vivido, sino lo que nos queda por vivir.

Fdo.: Raquel Díaz Illescas