domingo, 30 de octubre de 2016

Binomios



No esperes que tu corazón tome decisiones.

Ni se despida de quien ama, aunque grite adiós una, dos o tres veces por semana.

No le pidas a tu corazón que renuncie a los besos, caricias y te quieros, aunque estén demasiado usados.

No le pidas a tu corazón que diga NO a los tiempos regalados, aunque sean migajas de pan endulzados.

No le pidas al corazón que olvide cuando lo mejor que sabe hacer es recordar tiempos maquillados.

No le hables al corazón de imposibles, en él habitan todos los posibles.

No le pidas a tu corazón que entienda de toxicidades,  conveniencias o dependencias insanas.

Al corazón no le interesan los futuros amables si conllevan ausencias.

El corazón solo entiende de sentir, de apasionarse, de amar, de reconciliarse, de perdonar,  de encuentros y reencuentros.

El corazón solo quiere presencia.

El corazón está preparado y dispuesto para el riesgo, para dejarse vapulear, manipular, e incluso para dejarse morir

El corazón es un camicace que no dejará de serlo hasta que muera.

El corazón solo entiende de querencias y tu mente de realidades.

Te propongo: hagamos alianzas equilibradas.


Fdo.: Raquel Díaz Illescas

viernes, 28 de octubre de 2016

En mis silencios te dibujo todas las palabras




Te escribo palabras que no lees.

Te las dibujo y te las cuento.

Te las coloreo y te las enseño.

Te las garabateo, las mancho y las perturbo.

Te escribo palabras que te susurro en mi cama.

Te escribo palabras que  parecen emoticonos. Te sonríen y te abrazan, te besan y te piensan.

Te escribo palabras desordenadas, que van y vienen sin tú saberlo, sin yo quererlo

Te escribo palabras que mienten para esconder los te echo de menos.

Mis vocales gritan tu nombre, buscando las consonantes. Y es que en cada ausencia se fue perdiendo una y yo la sustituí por otra como se sustituye un botón que se perdió.

Ahora tengo vocales y consonantes con las que dibujo presencia.

De mis palabras creo historias que un día vivimos, o quizá no. Acaso eso importa!

En mis silencios ya no viven los interrogantes. Se fueron con las confirmaciones, arropadas por las reflexiones.

En mis silencios hay espacios para los verbos y los adverbios, para las conjunciones y algunas preposiciones.

En mis silencios viven los puntos suspensivos, los que tú me traes, los que yo llevo.

Mis silencios se llenaron de palabras, palabras sordas, palabras mudas.

Mis silencios están llenos de palabras, palabras sin más.

En mis silencios caminan todas mis emociones, también las que no ves.

Acaricio mis palabras y las llevo a tu boca. Una boca que dibujo en mi almohada cada amanecer.

Y de palabras y de silencios se va llenando mi cama.

Y de recuerdo y de olvido los días.

Y es que hubo un día en que yo te regalé todas mis palabras, las mías y las tuyas.    

Fdo.: Raquel Díaz Illescas.

martes, 25 de octubre de 2016

Dejé de quererte



Un día me desperté y había dejado de quererte.

Dejé de quererte no por qué si. Dejé de quererte porque tú dejaste de amarme, porque nunca me amaste.

Dejé de quererte cuando la compasión entró en mi corazón.

Dejé de quererte cuando sentí que tus palabras nunca fueron mías.

Dejé de quererte cuando dejó de haber luz en tus ojos.

Dejé de quererte cuando las luces se apagaron y las puertas se quedaron vacías.

Dejé de quererte sin estar mis sábanas frías.

Dejé de quererte cuando los besos se acumulaban en mi almohada.

Dejé de quererte y de llorarte también. No dejé de pensarte, aunque mi cuerpo dejó de quererte también.

Dejé de quererte cuando dejaste de buscarme, cuando no quise que me encontraras.

Dejé de quererte y decidí quererme

Ahora te pienso en silencio, como antes. Pero solo te pienso sin pensarte después.

He dejado de quererte cuando supe que tú no me querías. Así de fácil dejé de quererte y desearte también. Así soy yo. Con las pasiones a galope y el corazón tatuado.


Fdo.: Raquel Díaz Illescas

viernes, 21 de octubre de 2016

Me erotiza: Una de nadadores…




Me erotiza el agua, y los hombres que se saben mover en él.

Me erotiza mirar a los hombres cuando nadan. Hacerlo me relaja, me excita y no me permite pensar.

Me erotizan los hombres que nadan, los que nadan bien. A Crol, a braza, mariposa o espalda, todos me vienen bien.

Me erotizan los fondistas y los velocistas lo hacen igual.

Me erotiza los hombres con gorro, gafas, aletas y con bañador también, si es de natación más.

Me erotizan en la piscina, en el río y de igual manera en el mar.

Me erotiza el rolado de su espalda a pecho, si es previo a la vuelta de campana un poco más.

Me erotiza la presión de sus piernas y la voltereta que dan para girar.

Me erotiza cuando dan la vuelta de campana, tanto como la abierta.

Me erotiza sus brazos, sus hombros, su abdomen, sus piernas  y el impulso de su cuerpo al salir aún más.

Me erotiza su cuerpo mojado y el dibujo que hace el agua  sobre su piel al nadar y sin nadar también.

Me erotiza los altos, los bajos, los más fuertes y los menos también, siempre que naden bien.

Me erotiza la negación acelerada de su cabeza  al bracear, y al salir aún más.

Me erotiza los cuerpos tatuados y los no también. Los que llevan
piercing y los que no.

Me erotizan los hombres con bello y los depilados también, siempre que sepan nadar bien.

Me erotiza su cuerpo bajo la ducha antes y después de nadar más.

¿Me erotizan todos los hombres que nadan? No que va solo los que nadan bien. 

Fdo.: Raquel Díaz Illescas