Estimada Raquel,
No sé si lo que le voy a contar será del interés suficiente como para que lo publique en su blog. Estoy muy cabreada y necesito contarle a alguien esto:
Hoy es uno de esos días en que me apetece, necesito y quiero tener “la boca sucia!. No sé si me siento más triste o más cabreada, posiblemente un poco de las dos, aunque la verdad, la cosa no deja de tener gracia, puta gracia!
Hay pocas mujeres a las que les guste que los obreros de la construcción, vaya los albañiles, les piropeen (bueno, aunque a veces la mayoría de ellas lo que salga de sus bocas sean vocablos no repetibles). Pues mire usted como son las cosas: hay momentos en que me ha sentado mal, muy mal que estos brutos del ladrillo, contuvieran su verbo a mi paso…, ¿y cuando ha sido esto se preguntará?, pues cuando mi adorable Lucero me acompañaba. Lucero es mi perro guía, también por extensión me ha ocurrido con el bastón!. Manda cojones!; sin embargo, dejar el perro o el bastón y ala a soltar por la boca todo lo que fluye.
Sales una noche de copas con las amigas, te lo pasas de miedo!, ligas, que ya es complicado a estas edades…, y mira por donde que cuando el susodicho se entera por otro de su misma especie de que con quien se ha dado la friega padre es ciega, a este se le cae todo, si todo…. Lamentable.
El tonto va y me cuenta que se ha enterado y que se ha quedado loco: no puede ser dice, pues me he reído mucho con ella, pues si es una tía de la leche, es listísima, joder!. Pero si no se le nota nada!.
Una que es una mujer independiente, autónoma, lista, inteligente, sin abuela, y con un cuerpo todavía por ver, tocar y disfrutar, viene un gilipollas y se acojona, y yo me digo: ¿pero es que las mujeres ciegas o que vemos poco bien, no podemos ser glamorosas, apetecibles, deseables, guarras, y muchas más cosas que en este momento creo debo ya callar….???!. Y eso que estamos en la capital!.
Hombres de dios! por qué tantos prejuicios!, también aquí debemos seguir demostrando que somos estupendas???
P. Martínez. -Madrid-.
2 comentarios:
Está claro, pero que muy claro... que hay muchas clases de ceguera. Y que la que padecen muchos machos es de grado superlativo con cualquier adjetivo que le añadamos... Admito como anécdota lo que escribe la comunicante, cuando dice "y eso que estamos en la capital" pues habría que preguntarle ¿es que los de la capital hacen algún curso especial para estas situaciones?
Ánimo.
Vaya tela, q cabr.. Yo creo q conozco algun ser retrógrado y medieval de esos. Ojalá le paguen con la misma moneda. Animo
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