Hemos hablado en diferentes ocasiones de la importancia de la comunicación en las relaciones personales, en la de pareja, y cómo influye esta en el establecimiento de los encuentros sexuales.
Erróneamente el sexo, la sexualidad, los encuentros eróticos amorosos, se han concebido como algo animal, como instintos que deben ser saciados lo antes posible. Pero lo cierto es que esto no deja de ser una idea errónea, y que trae consigo el malestar de la pareja, y muchos conflictos que podrían evitarse si aprendiéramos a comunicarnos de manera armónica.
La comunicación es uno de los objetivos de la sexualidad, y cuando este no se cumple, es probable, o muy posible que la pareja se vea dañada. Es importante tener en cuenta algunos aspectos cuando nos comunicamos con nuestra pareja:
-Respeto: esta es la clave de la comunicación: respetar al otro tal cual es. Cuando el respeto se ausenta, lo hacen también los límites y la sexualidad se ve altamente dañada.
-No olvidarnos que cada uno somos una persona individual, un todo (no una media naranja), que siente y piensa por si misma; que tiene deseos, ilusiones, y miedos, lícitos o ilícitos, pero son los suyos.
-Permitir la expresión: como hemos dicho, cada persona somos un mundo. No todos nos expresamos igual, ni con la misma fluidez. Hay quienes necesitan más tiempo para comunicar lo que nostros diríamos en dos palabras; hay quienes dicen lo que dicen y de la manera que lo dicen, porque no saben hacerlo de otra manera, pero por ello no dejan de sentir, opinar, y pensar. Permitamos que cada miembro de la pareja tenga la libertad de hacerlo como pueda, quiera o desee.
-Escuchar mirandole/la a los ojos, sin ridiculizar sus expresiones con gestos o sonidos onomatopéyicos. Lo importante no es estar de acuerdo en lo que uno y otro piensen o sientan, sino en que ambos puedan expresarlo libremente. Resulta muy positivo hacer sentir a tu pareja que lo que está diciendo te importa, te interesa, aunque no sea ninguna de estas dos.
-No insultar: el insulto es un gesto grosero, que descalifica a la persona, que no muestra nada positivo de la misma. Olvidemos aquello de “lo dije en un momento de acaloramiento. No lo pensaba”. Seguramente la persona que recibió los mismos, es muy posible que no los olvide, aunque acabe disculpándole. Piense siempre que usted puede que no de importancia a palabras mal sonantes dichas en un momento de exaltación, pero probablemente, su pareja no las olvide. Aunque se discrepe, es importante hacer uso de un lenguaje no hiriente.
Cuando se han dicho demasiadas palabras malsonantes, lo que menos se desea es ser acariciad@ por su transmisor. La grosería no es compatible con los encuentros amorosos, solo cuando esta es expresada en momentos eróticos.
-Confianza: si no confiamos en nuestra pareja, la comunicación se irá reduciendo a lo meramente imprescindible.
- Humillar o ridiculizar en presencia de otras personas: esta es una práctica muy al uso de algunas parejas. Exponen al grupo los trapos sucios del/la compañero, haciendo burla de ello. Todos participan de la burla, menos la persona que se siente humillada y ridiculizada ante el grupo. Estas prácticas no hacen sino crear inseguridades en la persona, nada positivas para la sexualidad.
-Necesidades afectivo sexuales: la forma que tenemos de expresar y entender la sexualidad, es sin duda uno de los muchos motivos que contribuyen para que los encuentros sexuales no se den con la frecuencia que algunas personas desearían, ni en la forma que otras esperan. Hombres y mujeres demandan sus relaciones sexuales como han aprendido a hacerlo, no como desearían.
Como hemos visto, hay muchos aspectos que no propician el acercamiento sexual hacia la pareja, pues la sexualidad, es para ser vivida y disfrutada con alguien a quien deseas, alguien que te haga sentir especial, que te refuerce, que te escuche, alguien a quien le importes, que te quiera y que te respete. Esto no es imposible, solo tenemos que aprender a comunicarnos, simplemente de otra manera.
Fdo.: Raquel Díaz Illescas.