Saber detectar y diferenciar aquello que estamos viviendo en las primeras fases de ese “estar conociéndose” puede ayudarnos a no confundir lo que es un buen acoplamiento por código sexual compatible, de la vivencia de un acoplamiento por fijación erótica.
Es importante distinguir una vivencia de la otra. Veamos un cuadro que clarifique todo lo anterior:
Cuadro comparativo de la vivencia sexual (Antonio Bolinches)
• Sensación de buena comunicación sexual.
• Sensación de unión afectiva que se expresa sexualmente
• Satisfacción por la calidad de la relación.
• Sensación de congruencia en la experiencia sexual.
• Sensación de comunicación pos orgásmica
Acoplamiento por fijación erótica
• Sensación de haber encontrado nuestro ideal sexual.
• Sensación e fusión afectiva que genera sexualidad compulsiva.
• Calidad en la relación pero miedo a perder al sujeto sexual.
• Deseo de satisfacer al otro y satisfacerse con él.
• Sensación ambivalente de comunicación pos orgásmica e insatisfacción por haber concluido el contacto.
La vivencia sexual puede ser muy semejante, pero el sabor que deja es muy distinto. En el buen acoplamiento sexual la pareja va fortaleciendo el vínculo amoroso. En la fijación erótica, se genera dependencia emocional y favorece la sexualidad compulsiva
Los vínculos establecidos desde una fijación erótica, llevan al sometimiento de la parte más débil, que se pone a disposición de los deseos y caprichos sexuales de su pareja. Un buen ejemplo de fijación erótica llevada hasta sus últimas consecuencias podemos encontrarlo en la película de Adrian Lyne “Nueve semanas y media” (1986) en la que el personaje interpretado por Mickey Rourke conduce a la atractiva Kim Basinger hacia un estado de dependencia sexual tan intensa que sitúa a la protagonista al borde de una crisis de identidad.
Las personas que han vivido este tipo de experiencias, en mayor o menor intensidad, suelen describirla como una vivencia que no desean repetir, en la que “no eran ellas. Vivían fuera de sí, en otro mundo que no era real”. Han experimentado cosas que nunca antes habían vivido, pero también han sufrido una alta dependencia autodestructiva que les ha ocasionado más dolor que placer.
Y entonces ¿cómo evitar la fijación erótica?
La mejor manera es creando vínculos desde la coherencia interna y la madurez, en lugar de hacerlo desde la necesidad afectiva. No buscando que nos quieran a cualquier precio. Fortaleciendo y manteniendo en buena forma nuestra autoestima. Respetándonos y queriéndonos como somos. Sabiendo que una cosa es sentir una intensa pasión sexual por alguien y otra muy diferente es que esta pasión lleve consigo el miedo, la ansiedad y el sometimiento de la voluntad.
Debemos acercarnos a personas que nos quieran, siempre desde el respeto.
Si quieres leer la primera parte:
La Fijación erótica: “estar encoñado”
Fdo. Raquel Díaz Illesc