La comunicación es una de las
actividades más importantes e interesantes de nuestra relación con los otros.
Esta hará que nos quieran más, respeten, deseen, admiren o simplemente les
guste estar cerca de nosotros. Pero también si no nos comunicamos de manera
eficaz e inteligente esta puede ser un arma que nos alejará de las personas que
nos interesan y desearíamos tener cerca.
Vamos a ver algunos tics que marcarán
la diferencia a la hora de comunicarte con otras personas.
Ser diferente implica no solo el
vestir, sino la forma que tienes de relacionarte con los demás y el uso que
haces del lenguaje.
Si quieres que los demás sientan
que eres diferente, que te comunicas de manera respetuosa, que tienes una
escucha activa, que te interesa lo que te está contando tu interlocutor, que no
eres prepotente y además quieres que deseen seguir comunicándose contigo, ten en
cuenta algunas frases que decimos con demasiada frecuencia y que hablaran de
quien eres…
Algunos Tics para eliminar de tu
vocabulario:
1. “Ya te lo
decía yo…”: no
es necesario recordárselo. Esa persona ya sabe que en un momento determinado se
lo dijiste, y posiblemente otras lo hicieron como tú y ¿crees que no se acuerda?
Recordárselo no evitará que vuelva a hacerlo, o que te considere más listo,
intuitivo e inteligente que él. ¿Qué crees que pensará cuando vuelvas a
decírselo?
2. “Te lo
dije”: igual
que la anterior. Trágatela. Tu interlocutor lo apreciará y sabrá “que se lo
dijiste”.
Tus cualidades de persona que se
adelanta a los acontecimientos no van a ser más significativa porque se lo
recuerdes ¿qué crees que trasladas cuando te enganchas a las frases manidas?
3. “Se veía
venir”: ¿El
qué? ¿Qué se equivocaría? ¿Podías tú evitarlo? ¿Crees que podrías decirle
alguna frase más esperanzadora? Si no es así, ahórratela.
4. “¿Me
entiendes?”:
sustitúyela por “¿me explico?”. Hay una diferencia importante. En la primera
estás cuestionando la capacidad de comprensión de tu interlocutor, mientras que
en la segunda te atribuyes a ti mismo el uso que haces del lenguaje.
5. “Y a mi….”: si te está contando lo que le ha
ocurrido con un tema de salud, laboral o personal, por favor, escúchale. No des
por respuesta: “a mi también, pues anda que a mi…”. En otro momento tendrás oportunidad de contar
todas tus jaquecas, desamores o conflictos con tu jefe, ahora toca escuchar.
6. “ya sé lo
que me vas a decir” “Sé lo que estás pensando….”: ¿eres adivino? Pues deja que se
explique. Sí, aunque todo lo que te cuente ya lo supieras tú.
7. “Negación
con la cabeza”:
Negar de manera continuada con la cabeza mientras tu interlocutor te está
intentando contar o dar una opinión sobre un tema. Resulta cortante para quien
está hablando pues adivinos de momento no somos ninguno y muestra falta de
respeto y poca consideración a quien habla. Si no eres capaz de controlar el
movimiento de tu cabeza, intenta hacerlo asintiendo. Este gesto es más
conciliador y al menos tu interlocutor se sentirá escuchado. Este tipo de lenguaje no verbal acaba
disuadiendo a tu interlocutor para futuros encuentros. Es un gesto que no
invita al acercamiento ni a la complicidad.
8. “Pues ya
te digo…”.
Esta frase es muy común cuando alguien quiere iniciar un tema de conversación,
y no está mal si no lo usas para cambiar el tema de lo que tu interlocutor te
está exponiendo. Es importante que exista un feedback cuando alguien te está comentando
algo. Hazle saber tu opinión o comenta algo al respecto, pero NUNCA inicies otro tema de conversación ignorando
lo que te acaba de comentar.
9.
“Evita los “Eres un/a…”: somos muy dados a calificar a
alguien con frases tales como “ERES un
egoísta…”; “ERES un irresponsable…”; “ERES un borde…” “ERES un caprichoso…”.
Con “eres” estás asignándole una forma de SER, y no una forma de comportarse en
un momento determinado. No es lo mismo decirle: “eres un/a caprichoso/a” que
decir: “Te estás comportando de manera caprichosa”.
10. Tú siempre" o "tú
nunca":
Nadie hace siempre
o no hace nunca
algo. La gente no se percibe a sí misma de manera unidimensional, así que no
deberías intentar definirla como tal. Estas frases generan una actitud
defensiva en los demás y hacen que el mensaje se pierda.
Mejor:
limítate a indicarle
qué acción te ha supuesto un problema. Cíñete a los hechos. Si la frecuencia
con la que se producen este tipo de conductas se convierte en una dificultad
mayor, siempre puedes decir: "Parece
que haces esto a menudo" o "me he dado cuenta de que haces esto con
frecuencia".
11.
Estás
genial “para tu edad": Utilizar
"para" a modo de calificativo transmite condescendencia y mal gusto.
A nadie le gusta que le digan que es "inteligente para ser guapa/o" o
que "para tener tu edad, estás en buena forma". A la gente lo que le
gusta es simplemente ser inteligente y estar en forma.
Mejor, prueba a decir: "Te veo estupendamente". Los cumplidos genuinos no necesitan
más calificativos.
12. “Buena suerte": esta frase implica que la otra
persona va a necesitar suerte para poder conseguir lo que se propone.
Mejor, prueba a decir: "Sé que podrás con
todo". Esto
es mejor que desear buena suerte porque sugiere que la otra persona tiene la
capacidad necesaria para conseguir lo que se proponga y provoca que su
confianza en sí misma aumente. Será más motivador y producirá más confianza que
aquellos que le deseen buena suerte. .
13. "Me da igual" o "lo
que tú quieras":
Aunque seas de esas personas que
aparentemente todo te sea indiferente, sin duda a la persona que te ha
preguntado le importa tu opinión (porque no te habría preguntado si no fuera
así).
Mejor, prueba a decir: "No tengo ninguna preferencia
en especial, pero lo que sí deberíamos tener en cuenta es... ". Al dar tu opinión (aunque no te decantes
por una de las opciones) estás
demostrando que te importa la persona que te está preguntando.
14. "Por lo menos yo nunca he …”: Utilizar esta frase es una manera
agresiva de desviar la atención de un error que has cometido echándole en cara
a la otra persona otro fallo, probablemente irrelevante, que cometió hace
tiempo (y que ya deberías haberle perdonado o pasado página).
Mejor, prueba a decir: "Lo siento". Reconocer tu error es la mejor
forma de aportar racionalidad y calma a una discusión para que se solucionen
las cosas. Admitir la culpa es una manera muy efectiva de evitar que la
situación se agrave.
Todos tenemos coletillas al
comunicarnos con los otros, coletillas que posiblemente nadie nos dice que
tenemos o que son molestas a la hora de establecer un diálogo, pero lo cierto
es que éstas pueden ser un motivo o causa de que los demás deseen conversar o
no con nosotros.
Como hemos visto hay frases que
están demasiado presentes en el lenguaje cotidiano y de las que hacemos uso sin
ser conscientes de la carga negativa que estas tienen en el proceso de
comunicarnos. Entender esto requiere de la capacidad de darse cuenta de las emociones y vivencias
de los demás.
Hagamos y provoquemos con nuestra manera de comunicarnos que los demás deseen y busquen nuestra compañía. Ellos nos buscarán por cómo se sienten cuando están con nosotros, pero esto acaba siendo bidireccional.
Fdo.:
Raquel Díaz Illescas.