Si todavía no sabes qué regalar a esa persona especial, aquí te muestro algunas ideas que pueden servirte para hacer un regalo diferente.
Todos ellos son artículos restaurados. Antiguos y con mensaje escrito.
Si te gusta algo, pregúntame.
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Si la sexualidad es sinónimo de placer ¿Qué hace que no sea esto lo que sienten algunas personas cuando la practican?; ¿Qué influencia tiene la educación recibida, los modelos sexuales? Para que la sexualidad sea gratificante, ¿qué lugar ocupa el coito?. En este blog, que he llamado “sexualidad positiva”, vamos a ir deslizándonos, con caricias, besos, lametones, y aquello que nos haga sentir bien, en una sexualidad placentera, en una sexualidad positiva….
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domingo, 29 de diciembre de 2019
sábado, 14 de diciembre de 2019
Como no era fuerte, estudié para ser valiente
Cuando era niña jugaba con mi hermana a las tenderas, me gustaba envolverlo todo, quizá para que ese todo fuese, todo lo que yo imaginaba.
Aprendí el arte de la seducción con unas tijeras y una cacerola en mano, las seducidas, las otras niñas que ponían a mi disposición sus maravillosas melenas. A sus madres nunca les caí bien.
Me gustaban los helados de chocolate, y a mi hermana los de hielo y limón; me comía el de chocolate y la mitad del polo de limón. –“Cuando no quieras más me lo das ¿vale? No lo tires…-Le decía a mi hermana- Mi lengua acababa siempre amarilla.
Mis palabras sabían a gominolas de fresa, de naranja y de menta y siempre llevaban la promesa de los huevos kínder.
Escribía cuentos que forraba con papel de charol; sordos, mudos y ciegos, cuentos invisibles; y leía a Platero y yo.
Cuando era niña me sentía fuerte, aunque mi cuerpo me contradecía. No era fuerte, pero trabajaba mucho para ser valiente.
Quería ser guapa como mi hermana, pero mi padre decía que era inteligente, y alta y delgada, como Olivia, la mujer de Popeye, como las líneas de la fragilidad que no se ven.
Aprendí a estudiar de oído, y a pasar de curso con el corazón.
Cuando era niña quería ser cirujana, pero tenía fobia a la sangre y mis ojos se fueron volviendo ciegos, como mi corazón.
Aprendí a dibujar posibles, a pensar en ellos y también a seducirlos.
MI mochila estaba siempre llena de historias, aventuras y quimeras que me esperaban en cada esquina de mi cama. Mi cama se fue haciendo pequeña y los sueños se fueron yendo.
Más tarde, quise ser motera, pero me tuve que conformar con ser paquete, aunque mi alma fuera en dos ruedas.
Quise ser todo lo que nunca sería y estudié para entender mis posibles.
Cuando era niña quería ser muchas cosas, incluso soñaba con ser feliz.
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domingo, 1 de diciembre de 2019
Agricultora de emociones
Me hice agricultora y cultivé palabras.
La c cosecha fue abundante, y no supe que hacer con ellas.
Las regalé, me las comí, y las tuyas las guardé para cuando te viera.
Hoy te las quise mandar, pero no pude, estaban todas vacías.
Ahora cultivo silencios para mi consumo propio.
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