"...Es desear intensamente a la persona amada, es carecer de voluntad, es dejarse arrastrar, es desear que llegue mañana para verte, escucharte, acariciarte…”
Enamorarse es olvidarse de los tiempos pasados, es vivir el presente intensamente y fantasear futuros inciertos,
Enamorarse es sonreír cada mañana al despertar, es cerrar los ojos con la persona amada,
Enamorarse es carecer de voluntad, ni necesitarla y suspirar por nunca tenerla,
Enamorarse es dar permiso a la razón para acoger con fuerza al corazón,
Enamorarse es abandonarse a los días, es dejarse arrastrar y balancear por los sentimientos,
Enamorarse es sentirse loco y gozarlo, es haber perdido el juicio y toda razón,
Enamorarse es desear a la persona amada, sus besos, sus caricias, sus abrazos, sus te quieros…
Enamorarse es vivir el riesgo desde el deseo, desde el placer, desde la convicción de que es lo más maravilloso vivido,
Enamorarse es mostrarse desnud@ ante la persona amada, es exponerse, es dejarse hacer, llevar…
Enamorarse es abandonarse al deseo,
Enamorarse es dar elocuencia al verbo, es sentirse poeta en los labios del/la mad@,
Enamorarse es sentir un pellizco en el estómago cuando no responde al teléfono, cuando no sabes de é/ella,
Enamorarse es disfrutar los silencios, es dibujar sonrisas, gestos, besos, miradas,
Enamorarse es no olvidar el teléfono, es buscar cualquier rastro con su nombre, con su voz,
Enamorarse, es olvidarse de que el mundo gira,
Enamorarse es silenciar el nombre de la persona amada, es querer gritar su nombre,
La persona enamorada necesita escuchar la voz de su amad@, sentir sus caricias, con los ojos cerrados, o con la mirada atenta.
El presente se muestra como futuros compartidos,
Los enamorados, disfrutan comunicándose, lo de menos es el qué.
La persona enamorada, se instala en un tiempo mágico, irrepetible, inexplicable para los ojos que le miran; un tiempo que se detiene y que se resiste a que sea diferente.
La persona se enamora sin la razón, se enamora de alguien que va dibujando, construyendo a su deseo,
Las personas se enamoran, no siempre de aquellas con las que podrán gozar y disfrutar aquello de lo que han fantaseado y alimentado: las caricias, los besos, encuentros eróticos, así como el caminar juntos de la mano, salir a cenar o a comer; asistir a una conferencia o a un acto social.
Los enamorados se hablan, escuchan, miran, pero no siempre pueden mirarse o acariciarse, y sin embargo se siguen amando, en ese espacio construido en el que van creando su propio mundo, con sus emociones, con sus proyectos o sin ellos.
Y es que el ser humano, sin pensar si puede o no hacerlo, se enamora y no siempre de la persona con la que podrá compartir momentos maravillosos, esto sería lo deseable. El amor no se busca, o sí, y quizá es cuando no se encuentra; pero cuando el enamoramiento surge, queriéndolo o no, los enamorados impregnan su voluntad, por el deseo de no quererse perder lo que están viviendo, aunque esta experiencia acabe formando parte del os recuerdos silenciados.
Pero, cuánto tiempo puede el/la enamorad@ vivir y alimentar su deseo, la pasión por la persona amada?
Cuánto tiempo puede vivir el deseo sin ser consumado, alimentándose de deseo?
No hay respuesta para esto, o al menos no en la columna de hoy. Posiblemente, ni siquiera la persona enamorada la tenga ni quiera planteársela.
La esperanza y la desesperación, son dos sentimientos que acompañan en este proceso a la persona enamorada. La esperanza crece cuando se está enamorad@,, a veces sin medida, a veces a espaldas de los enamorados...
No siempre en el enamoramiento son dos los que piensan en proyectos de futuro; en acciones compartidas; en predicciones y promesas utópicas, en amores eternos....
Existen relaciones en las que hay un enamorado y otro que vive ilusionado. Ambos son poseedores de un estado de activación intenso que les hace olvidarse del resto del mundo. Diferenciar la línea que separa la ilusión del enamoramiento no siempre es fácil, como tampoco definible.
Compartido o no, alguien dijo una vez: “Siento que estoy enamorado, cuando no quiero ser una persona independiente”.
Fdo.: Raquel Díaz Illescas.
Si la sexualidad es sinónimo de placer ¿Qué hace que no sea esto lo que sienten algunas personas cuando la practican?; ¿Qué influencia tiene la educación recibida, los modelos sexuales? Para que la sexualidad sea gratificante, ¿qué lugar ocupa el coito?. En este blog, que he llamado “sexualidad positiva”, vamos a ir deslizándonos, con caricias, besos, lametones, y aquello que nos haga sentir bien, en una sexualidad placentera, en una sexualidad positiva….
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