Las palabras no son solo palabras, mis
palabras son pensamientos, sentimientos y una legión de emociones que se dan la
mano y se hacen fuertes para llegar a ti.
Mis palabras son frágiles y fuertes y
sensibles y a veces hirientes y revulsivas y muchas veces trasgresoras.
Mis palabras te dan paz, tranquilidad y
seguridad y también te hacen vibrar.
Mis palabras son sensuales, eróticas y
también provocadoras.
Mis palabras te atraen, te seducen y conquistan,
y a veces te alejan.
Mis palabras te hacen pensar, te movilizan lo
que se ve y lo que llevas dentro. Mis palabras te hacen sentir, quieras o no
quieras.
Mis palabras saben al amor en gerundio, en
infinitivo y también en participio.
Con mis palabras lloro tu ausencia y la
silencio, me hace feliz tu presencia, te
busco y a veces te encuentro, doy color a mis fantasías, hago trazos de mis
pensamientos, te hablo de mis sueños y de mis miedos…
Con mis palabras creo mundos contigo y sin
ti. Mundos que dejaron de ser presentes
para convertirse en pretéritos.
Con mis palabras te echo de menos y de más,
te cuido, te deseo, te amo y te quiero.
Con mis palabras me cuido y me respeto y me
quiero.
Y es que mis palabras son dulces y
amargas y delicadas y bruscas e intensas, si, también, como lo soy yo.
Fdo.: Raquel Díaz
Illescas.
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