Cuando nos enamoramos, sobran las palabras, eso dice la persona enamorada. Pues que mejor comunicación que la de los besos, las caricias, la fusión de los cuerpos, el intercambio de fluidos…
Pasado el tiempo, cuando la pasión va tomando forma, calmando sus ansias de fusión, de estar siempre boca con boca es entonces cuando las palabras buscan espacio.
La comunicación es el nexo de unión o distanciamiento de la pareja. Las palabras son la herramienta que utilizamos para expresar aquello que deseamos y sentimos; con las palabras ayudamos a la pareja a que nos conozca, que sepa algo más de nosotros, no solo de nuestros exteriores, que se encuentran a la vista, sino de la parte más interna, esa que a veces silenciamos.
Nos formamos en múltiples disciplinas que nos permitan ser competitivos profesionalmente, nos preparamos para transmitir nuestra mejor imagen en los ámbitos laborales, sin embargo, pasamos por alto cómo comunicamos nuestros sentimientos y afectos; la manera que utilizamos cuando damos nuestras opiniones o el lenguaje que utilizamos al dirigirnos a quien queremos….
La pareja va estableciendo su comunicación en las “artes adivinatorias” en las que se van formando sus miembros, conllevando a las malas interpretaciones como: … yo pensaba que… debías de haber pensado que…
La convivencia permite a las personas conocerse y muchas veces saber o creer predecir la reacción de su pareja ante una situación determinada, y seguramente así ocurra en muchas circunstancias, pero necesitamos de la comunicación, la corporal y la que precisa de las palabras que se escuchan y se expresan para hacernos entender, y cuanta más información seamos capaces de proporcionar a nuestra pareja, menos probabilidades tendremos de no ser comprendidos o malinterpretados por esta.
Los años de convivencia no son una garantía de saber lo que quiere, piensa y cómo actuará nuestra pareja, sobre todo si no ha habido comunicación. Podemos intuir, imaginar o presuponer que hará, pensará o se sentirá de esta u otra manera, pero solo serán hipótesis, las nuestras, y esto es importante tenerlo claro.
Y mientras uno y otro piensan lo mucho que saben de su pareja, llega un día en que se dan cuenta de que solo de lo cotidiano saben el uno del otro y nada de sus miedos, deseos, frustraciones, de su sexualidad.
Un componente clave para establecer relaciones de pareja saludables es una comunicación eficaz.
Fdo.: Raquel Díaz Illescas.
Si la sexualidad es sinónimo de placer ¿Qué hace que no sea esto lo que sienten algunas personas cuando la practican?; ¿Qué influencia tiene la educación recibida, los modelos sexuales? Para que la sexualidad sea gratificante, ¿qué lugar ocupa el coito?. En este blog, que he llamado “sexualidad positiva”, vamos a ir deslizándonos, con caricias, besos, lametones, y aquello que nos haga sentir bien, en una sexualidad placentera, en una sexualidad positiva….
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