Soñamos cuando dormimos, pero también despiertos jugamos a soñar...
Los sueños, han sido siempre una curiosidad para el ser humano desde tiempos inmemorables. Hombres y mujeres se han ido asomando al mundo onírico con los instrumentos que en cada momento tenían a su alcance.
Sin duda Freud, con su particular “interpretación de los sueños” revolucionó el pensamiento de la época: “los sueños son una vía de acceso al inconsciente”; además, “son como una realización de deseos”.
Siguiendo el pensamiento freudiano, aquello que vivimos en la “vida onírica”, es producto de un deseo, probablemente oculto, frustrado, o quién sabe si, según el famoso psicoanalista, tal deseo sea desconocido por el soñador...
En la vida cotidiana, las personas jugamos a analizar nuestros sueños, y a veces los de los demás, con la excusa o motivo de dar una respuesta o explicación a aquellos ensueños que para la razón carecen de sentido.
...Buenos, malos, absurdos; así designamos a los sueños que hemos vivido la noche anterior; sin duda, la experiencia onírica puede proporcionarnos un estado placentero que a veces facilita el afrontar de una forma positiva el día; es verdad que no siempre se disfruta soñando, en ocasiones éste, acaba siendo una pesadilla que causa dolor y malestar en nuestra vida emocional.
Interpretar lo irreal, no deja de ser un intento por comprender lo que se nos muestra incomprensible en el mundo real.
Los sueños son una parte inagotable de conocimiento de nuestro inconsciente. Es posible que según qué teorías, éstos sean una manifestación de aquello que nos inquieta o preocupa de nuestra vida. Como dirían algunos, “ni durmiendo descansamos”.
Hablar de los sueños es adentrarse en un gran laberinto de imágenes y símbolos, donde lo absurdo se va conjugando con lo irracional; donde lo onírico en ocasiones es vivido como real; donde a veces, quisiéramos volver a cerrar los ojos y vivir lo que no viviremos al despertar. Soñar, es también una forma de querer vivir...
Es posible, que como ya dijera Calderón de la Barca en La Vida es sueño: “...y los sueños, sueños son”, algún día, quién sabe, si aquellos que nos hacen disfrutar, acaben formando parte de nuestra vida.
Fdo.: Raquel Díaz Illescas
Si la sexualidad es sinónimo de placer ¿Qué hace que no sea esto lo que sienten algunas personas cuando la practican?; ¿Qué influencia tiene la educación recibida, los modelos sexuales? Para que la sexualidad sea gratificante, ¿qué lugar ocupa el coito?. En este blog, que he llamado “sexualidad positiva”, vamos a ir deslizándonos, con caricias, besos, lametones, y aquello que nos haga sentir bien, en una sexualidad placentera, en una sexualidad positiva….
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