jueves, 1 de octubre de 2009

Causas de la eyaculación retardada o aneyaculación.

 Controlar la eyaculación ha sido y sigue siendo una de las preocupaciones del hombre en los encuentros sexuales. Para algunos, el momento preciso de la eyaculación se convierte en la preocupación predominante, y esto puede derivar en angustia.

La eyaculación retardada es mucho menos frecuente que el de la eyaculación precoz, y se presenta como su antítesis clínica. El hombre con eyaculación retardada suele presentarse con un componente de malestar mucho mayor que el aquejado de eyaculación precoz. A menudo llega a consulta inmerso en un incipiente cuadro de ansiedad. La eyaculación retardada se manifiesta con diferentes grados en cada hombre. El esfuerzo realizado para llegar a eyacular, lo lleva a una situación de malestar y tensión en cada encuentro.

Otros no consiguen nunca eyacular durante el coito, o en presencia de su pareja, de forma que suelen hacerlo con posterioridad utilizando la masturbación como último recurso, o único.

Como hemos visto, la eyaculación retardada con aneyaculación, produce mucho sufrimiento y ansiedad en algunos hombres en sus relaciones sexuales. Las causas de esta disfunción pueden ser diferentes, como lo es su tratamiento.

Causas orgánicas: vienen dadas por intervenciones quirúrgicas de la próstata, de las vías urinarias, o de algunos medicamentos (en particular los neurolépticos).

Las causas pueden ser también psicológicas: depresión, trastornos de ansiedad, fobia sexual, trastornos obsesivos, etc.

Y también pueden ser de origen social, que son la mayoría: un mal aprendizaje de la sexualidad.

Dependerá de la causa, así será el tratamiento y el/la profesional que lo trate, algunas veces, aún siendo su origen orgánico, es recomendable la intervención de diferentes profesionales expertos.

A menudo la aneyaculación viene acompañada de anorgasmia, lo que suele llevar al hombre a una falta de motivación para las relaciones sexuales.

El hombre que sufre esta situación, vive un estado de ansiedad y exigencia que suele agudizar el cuadro. Está muy pendiente de “si va a terminar o no”, y esto le impide relajarse y disfrutar del encuentro amoroso.

El híper control en todo aquello que llevan a cabo, suele ser una característica común en estos hombres, a quienes les cuesta dejarse llevar por las sensaciones placenteras, estando más pendientes de llegar a la meta que de disfrutar en el camino.

Si somos capaces de vivir y disfrutar de nuestra sexualidad, no como un fin para alcanzar el orgasmo, sino como un medio, viviremos los encuentros amorosos de manera placentera, sin miedos ni angustias que nos condicionen nuestra vida afectiva y sexual.

Fdo.: Raquel Díaz Illescas.
























2 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que tienes razón en lo que comentas, pero existe un tipo de circulo vicioso en este tema, ya que si esto lo ocasiona la ansiedad, cualquier medicación que ayude, mantiene el problema. Como hacer para que este problema no se presente o disminuya, amas, respetas y cuidas a tu pareja pero el problema continua como lo resuelves

Raquel Díaz Illescas dijo...

Mi recomendación es acudir a un profesional.
Un abrazo y gracias por el comentario.