lunes, 16 de febrero de 2015

Orgasmo simultáneo



Va, a la de tres: una, dos y tres: ¡ya!  Yo no...

Si algo le sobra a la sexualidad son mitos y creencias. Durante siglos el imaginario colectivo se ha alimentado de falsas creencias que no han hecho sino dificultar el disfrute de los cuerpos. 

Uno de los mitos y creencias que permanecen vivos en el ideal social es el “orgasmo simultaneo”.

¿Qué es un orgasmo simultáneo?

Es el esfuerzo, la presión, la concentración y el sobre control, de las sensaciones para coordinar con la pareja el momento justo para alcanzar el orgasmo a la misma vez (Francisco Argañaraz).

Llegar al clímax a la vez es para muchas parejas un objetivo en sus encuentros sexuales por considerar que llegar juntos es síntoma de buena coordinación, facilitador  del sentimiento de unión y un refuerzo para la relación. Todo esto suena muy bonito, pero nada que ver con la realidad. 

Tanto empeño y dedicación le ponen los miembros de la pareja a gritar al unísono que los sentimientos que favorecen y potencian son:  

·       Frustración: llegar juntos al orgasmo juntos parece fácil, pero a veces resulta una misión imposible,  y aunque en alguna ocasión éstos lo hayan conseguido es muy probable que esto no sea la tónica cotidiana, lo que puede ocasionar la frustración al no ser capaces de coordinarse para hacer lo que ellos entienden como “hacer pleno”. 

·       Estrés y ansiedad: el híper control, el sobre esfuerzo y la concentración que requiere intentar  tener un orgasmo juntos es caldo de cultivo para el estrés y la ansiedad que hacen presencia en los encuentros sexuales. La obsesión y el sobre control de las emociones provocan que nos inhibamos y que acabemos pasándolo mal..

·       No abandono: No abandonarse es igual a no disfrutar del encuentro sexual. Si tu mente y tu cuerpo está pendiente de controlar tu placer para sintonizarlo con el de tu pareja y hacer que este culmine a la vez es imposible abandonarse al goce que supone el contacto de los cuerpos y los fluidos. Abandonarnos a nuestro placer significa disfrutar de manera plena de lo que estamos viviendo.

·       Desesperación e incertidumbre: es el sentimiento que acaba invadiendo a uno o los dos miembros de la pareja cuando ven que uno de ellos ya está listo para despegar y el otro no a empezado el camino. Es un bucle que se retroalimenta y conlleva a la cadena de sentimientos que estamos señalando. 

·       Insatisfacción: La búsqueda por  “llegar a la vez”, termina siendo una situación dis placentera y estresante. La atención puesta en qué está ocurriendo con el otro, y al mismo tiempo estar pendientes de las propias sensaciones, no permite sentir placer y puede generar una disfunción sexual

·       Falta de erección: tanto control de la situación puede ocasionar que el hombre pueda llegar a tener alguna dificultad en la erección, eyacular rápidamente o no eyacular. De manera que no “juguemos” con esto. 

·       Dejar de lubricar: La tensión y presión producida por el sobre control de las sensaciones, puede provocar que la  mujer deje de lubricar adecuadamente, sintiendo molestias o dolor en la penetración. 

·       Fingir la respuesta orgásmica: Ante la imposibilidad de llegar al orgasmo a la vez que la pareja (esto le suele ocurrir a las mujeres) muchas acaban por fingir su momento álgido para que su chico en cuestión se sienta “feliz” de haber conseguido ¿qué? Esto trae consigo otras consecuencias y es que la mujer se acaba habituando a simular sus orgasmos para complacer el ego de su pareja y evitar la frustración que sería para ambos el no llegar juntos al clímax. Y entonces ¿en qué se convierte un encuentro sexual? 

Muchas personas sienten que el orgasmo simultáneo es lo ideal de un encuentro sexual. Es lo mejor que les puede ocurrir. Piensan que si no lo consiguen significa que no hay amor, que la pareja no se entiende, que no funciona, que no son el uno para el otro. Es como la gran prueba de amor: “si logramos tener un orgasmo simultáneo es porque nos amamos”. Esto ha quedado claro que es un error. 

No se trata de aprender a orgasmear a la vez, sino aprender a comunicarnos con nuestra piel, a abandonarse y disfrutar de las sensaciones y emociones que la persona amada te produce, de las caricias, los besos y la piel del otro. 

Cada persona tiene su propia  forma de excitarse  y también sus tiempos para hacerlo y culminar, que casi nunca coinciden con los de la pareja. Las energías debemos concentrarlas en ser más creativos, tener siempre activa nuestra fantasía e imaginación y estar abiertos al aprendizaje. 

Si concentramos nuestra atención en llegar a la meta,  en controlar tiempos, en obtener logros, no seremos capaces de disfrutar de los paisajes que nos ofrece el camino. 

Lo importante no es que tengáis a la vez un  orgasmo, esto no es lo más significativo ni lo más satisfactorio, lo realmente importante es que ambos seáis capaces de abandonaros y disfrutar de vuestros cuerpos, con todos los ingredientes que decidáis. 

Fdo.: Raquel Díaz Illescas. 


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