En mi cama están
los imprescindibles…
Me erotiza
los hombres desnudos. Sin más. Sin adornos, solo piel.
Me erotiza
ver desnudarse a un hombre, si se quita los calcetines lo primero, más. Después
la camisa y si a continuación el pantalón, mucho más.
Me erotiza la
forma en que se quitan los boxes o los slips y si los dejan en el suelo sin
mirarlos más.
Me erotiza
cuando caminan descalzos y si lo hacen hacia mi, empiezo a dejar de pensar.
Me erotiza
los hombres con vello y sin él también.
Me erotiza
los hombres con brazos fuertes, y los hombros definidos mucho más.
Me erotiza
los cuerpos tatuados y los que no también.
Me erotiza la
espalda de un hombre y acariciarla aún más.
Me erotiza
las manos grandes y los dedos delgados y los gruesos también.
Me erotiza
los pectorales trabajados, dónde da igual.
Me erotiza el
abdomen de los hombres, y trazar en mi mirada líneas verticales y horizontales con mi lengua, con mis dientes
o con mis uñas.
Me erotiza
las piernas de los hombres, las que tienen vello más.
Me erotizan
los hombres grandes, corpulentos y fibrosos, y también me gustan los demás.
Me erotiza
los glúteos de los hombres, el de los moteros, nadadores y el de los deportistas en general.
Me erotizan
los hombres con coleta, los de pelo corto y algunos calvos me erotizan igual.
Me erotiza
sus orejas, y susurrarles al oído más.
Me erotiza el
cuello de los hombres y besarlo y lamerlo aún más.
Me erotiza su
mentón, y si lo muerdo mucho más.
Me erotiza sus
ojos, y su mirada más.
Me erotiza
sus labios y su boca, si me busca mucho más.
Me erotiza la
sonrisa de los hombres sin más.
Me erotiza su
timidez desnuda y mi deseo también.
Me erotizan
sus besos, sus caricias y su sexo igual.
¿Me erotizan
todos los hombres? No que va, solo los que se desnudan antes de entrar en mi
cama.
Fdo.: Raquel
Díaz Illescas
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