Sementales de acero
desfilan sobre el asfalto negro, y entonces la carretera se hace concierto y la
seducción y el erotismo de los moteros está servido…
….pop-pop---pop-pop---pop-pop.
Me erotiza una
Harley Davidson, una Ducati, una
Kawasaki, o una Bultaco..
Me erotiza y me emociona el olor de la carretera, la
aventura, el equilibrio, la emoción y la pasión de las dos ruedas.
Me erotizan los moteros corpulentos o fibrosos, altos o
bajos, con o sin barba, con coleta o sin ella, rubios o morenos… Los moteros me
erotizan sin más.
Me erotizan y
seducen los moteros equipados en cuero, GORE-TEX,
CORDURA o KEPROTEC.
Me erotizan los moteros, antes de montarse en la moto, durante un poco
más y cuando se bajan me quedo sin
vocales ni consonantes para formar mi emoción.
Me erotizan los moteros cuando se ponen el casco y
cuando se lo quitan siguen haciéndolo igual.
Me erotiza mi alma de motera, y sin serlo lo soy. Porque no necesito
conducir una Davinson, una Kawasaki, o Ducati o cualquier otra para que mi
cuerpo babee cuando escucho su rugir cerca de mi.
Me erotiza vestirme de motera, aunque no monte en
moto, y disfruto y soy feliz fantaseando e imaginando que hubiese sido motera
de las que cortan y acarician el viento. Y me hubiese vestido de negro o de
blanco, qué más da!
Y es entonces como en cada motero vivo lo que no
podré vivir, pero me permito sin traumas ni frustraciones que mi cuerpo y mi
mente se eroticen en cada run –run- o en cada pop-pop-pop-
Y sin ellos saberlo, yo tengo con los moteros una
apasionante historia de amor que me
seduce a cada golpe de aire fresco. Una historia de amor sin fecha de
caducidad.
Me erotiza el motero que me mira desde su moto, para y me dice: ¡sube!
Y entonces yo dejo de ser “paquete” y me adentro
en una aventura que me emociona, me seduce y me vincula a ese motero que huele
a libertad y que sin él saberlo en ese momento yo le quiero.
Y es que me erotizan las motos, pero los moteros
lo hacen mucho más.
Fdo.:
Raquel Díaz Illescas.
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