Y todas las palabras se cayeron de mi boca.
Y todos los silencios llenaron mi almohada.
Y
entonces hubo ríos donde antes hubo llamas.
Y sentí
tsunamis en mi piel y llorar mi alma.
Y odié
todas las noches y todos los días en los
que tu boca escupía mentiras y la mía asentía.
Y dejé
de pensar y de sentir y de creer y de esperar y dejé de amar lo que amaba.
Y mi
corazón me pidió compasión y yo me compadecí.
Fdo.: Raquel Díaz Illescas
No hay comentarios:
Publicar un comentario