Desde una nueva perspectiva de la salud, ahora se tiende a hablar de una salud integral. Diríamos que una persona sana es aquella que, además de no tener ningún dolor y/o enfermedad física, es creativa, ajustada a su medio, en sus relaciones, y también tiene una vida sexual satisfactoria.
Hablamos mucho de sexualidad, sobre todo de sexo. Hablamos de cómo viven la sexualidad las personas jóvenes y los adultos, y sin embargo ¿qué sabemos de la conducta sexual en la vejez?... Sin duda muy poco, entre otras cosas porque la sociedad presupone que la sexualidad no se encuentra entre uno de sus intereses. Asimismo, se han hecho muy pocos estudios relacionados con la sexualidad en este periodo de la vida, lo que se traduce en que es una auténtica desconocida. No podemos decir que los cuestionarios utilizados al efecto hayan sido muy fiables, no con la validez que este colectivo requiere. Los prejuicios de los propios investigadores y de los entrevistados han dificultado los pocos estudios elaborados. Podemos decir que:
- Las investigaciones se han hecho siempre desde un modelo joven, no desde la vejez, cosa que no deja muchas posibilidades a las personas mayores, olvidándose de los afectos; igualmente tampoco han tenido en cuenta los cambios generacionales.
- Las muestras no representan las edades, la vida de estas personas, nivel cultural, etc. Aspectos todos que influyen para saber y poder entender la vivencia que cada persona tiene o puede tener de su vida afectivo sexual.
- Encontrándonos en una sociedad coitocéntrica, lamentablemente los investigadores no se encuentran al margen, por lo que también sus estudios están hechos desde una perspectiva genital, interesándose por la actividad sexual coital, por lo que muchas veces nuestros mayores no saldrán bien parados. Hay cambios en la sexualidad en la vejez, muchos de ellos muy positivos para vivir una sexualidad placentera, sin prisas y sin metas que conseguir.
- Una característica de la sexualidad en los mayores es que ocultan su sexualidad a los jóvenes y a los adultos, sus hijos, fundamentalmente porque estos niegan y en demasiadas ocasiones critican la sexualidad de los mayores. Pero también las personas mayores ocultan a los investigadores sus deseos y conductas sexuales, especialmente las mujeres, posiblemente porque en la época que a ellas les tocó vivir, aquello de disfrutar de la sexualidad era pecado, sucio y no era propio de mujeres decentes. Por lo que muchas de las que se permiten disfrutar en silencio de su sexualidad, prefieren no ponerle voz y seguir transmitiendo la imagen de una buena mujer.
- La represión que han tenido nuestros mayores en cuanto a la sexualidad es un factor influyente a la hora de vivir su sexualidad de manera libre y placentera.
- Creer que todas las personas mayores viven igual su sexualidad, es un gran error. Tener pareja o no, haber tenido una vida sexual activa anteriormente, en definitiva, su historia de vida, influirá en su conducta.
- Si no hay actitudes negativas hacia la sexualidad, esta puede ser vivida activamente.
La historia nos dice lo que ha sido la vida de nuestros mayores, pero no de cómo puede ser.
Fdo.: Raquel Díaz Illescas.
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