martes, 13 de septiembre de 2011

El protagonista de los orgasmos femeninos

Sólo el primer tercio de la vagina tiene terminaciones nerviosas que hacen que la penetración sea placentera para las mujeres, aunque ésta no las lleve al orgasmo.


Los hombres se siguen preguntando, aún hoy, por qué su pareja no llega al orgasmo con la penetración. Ellas, por qué llegan estimulándose el clítoris y no así con el coito que tanto les gusta. Y es que por muy sabios que nos creamos en materia sexual, todavía tenemos que explicar que el placer que siente el hombre en la penetración no es el mismo que el que siente la mujer con esta misma práctica. Pene no es igual a vagina sino a clítoris, que es la fuente de placer y de los orgasmos femeninos.

La ausencia de orgasmos con la penetración ocasiona frustración en algunos hombres, que no acaban de entender cómo con su miembro viril no son capaces de hacer acariciar el cielo a su chica. Piensan que hay algo que no está funcionando correctamente: quizá es que ella no está en lo que debe estar, o quizá es que él no está a la altura de las circunstancias…

Ellas se sienten “raras”, pues no entienden cómo todo el mundo (creen ellas) practica coito y se lo pasa muy bien. En las series de televisión y en el cine las chicas gimen como perras y hasta gritan cuando el guaperas de turno las embiste con su estupendo pene. Debe tenerse en cuenta que esto no es suficiente para llegar al clímax.

Lo cierto es que el cine ha hecho un flaco favor a las relaciones sexuales, tanto en hombres como en mujeres, contribuyendo a mantener muchos de los mitos en torno a la sexualidad femenina, entre ellos el del orgasmo.

El coito se muestra en la gran pantalla como el súmmum del placer sexual. Dos cuerpos sudorosos se lamen, gimen, meten, sacan, al compás de palabras para la ocasión, en una cama, en el suelo, encima de una mesa…Da igual, pues aquí parece que lo importante e interesante es que el pene del chico sea grande, se mantenga erecto y aguante mucho, para que la chica en cuestión “se corra” en cualquiera de los embistes. Aquí nadie piensa en el clítoris, ni siquiera la interesada.

¿En cuántas escenas de cine o televisión hemos visto que la chica o su pareja sexual estimulen el clítoris mientras practican coito? ¿En cuántas hemos visto eyacular primero al chico y después que éste busque con sus dedos o con su lengua el clítoris de su pareja? Parece que tanto el cine como la televisión no le dan ningún papel al clítoris, ni siquiera el de secundario.

Y es que los hombres siguen pensando e imaginando que cuando una mujer se masturba lo hace metiendo en su vagina el dedo, vibrador o el juguetito que tenga a mano. Y no, esto no es así, al menos en la mayoría de las mujeres que tienen muy claro dónde tienen que estimular para disfrutar al máximo.

Dejemos ya de hablar de una vez de aquello del orgasmo clitoridiano o el vaginal: hay simplemente un orgasmo. Otra cosa será la manera en que lleguemos a éste. Unas mujeres llegarán con más facilidad con la estimulación manual, otras con el rico y placentero sexo oral, otras con la motivación indirecta durante el coito, otras no tendrán problema en conseguirlo de cualquier forma y algunas estarán todavía esperando a tenerlo con la penetración. Lo que está claro es que el orgasmo femenino tiene como protagonista principal al clítoris.

Es verdad que a pesar de saber esto, el deseo de llegar al orgasmo con la penetración subyace en el pensamiento de todos, y esto es posible, pero sin olvidarnos de nuestro “amigo”. La clave está en encontrar la posición en la que él o ella tengan disponibles sus manos para poder estimularlo durante la penetración; así mismo, también es posible que en ausencia de los dedos, la mujer situada encima presione con su pubis al de su pareja (el clítoris se estimulará de manera indirecta).

Se puede afirmar que en cualquiera de estas prácticas es importante que la mujer se abandone al placer y que haga uso de la fantasía, ya que ésta facilitará y contribuirá a un orgasmo más placentero. Sabemos que esto no es del agrado de muchos hombres que no entienden por qué la mujer debe pensar en otras cosas. Pero lo que está claro es que sí lo es para la mayoría de las mujeres.

Conviene recordar que a los hombres les encanta ver a su pareja masturbarse delante de ellos; cuanto más desinhibidas y excitadas se muestren ellas, más calientes se pondrán ellos.

La sexualidad femenina debe ser una parte más de la educación sexual que se transmita a los jóvenes; de esta manera evitaremos que nadie tenga frustracions en un futuro próximoe

Fdo.: Raquel Díaz Illescas.

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