Si te
das permiso para ser seducido…
Si te
atreves a seducir…
Si
dejas hablar a tu cuerpo, y escuchas cuando otro cuerpo te habla…
Si te
das permiso para desear, fantasear e imaginar…
Si
haces de las miradas que juzgan y las lenguas que escupen, tu fortaleza…
Si
disfrutas cuando te desean, aman o quieren…
Si
consigues que deseen y quieran volver a verte, a escucharte y/o a leerte...
Te
sentirás libre y pensarás cuantas cosas te has perdido, pero lo mejor será
darte cuenta de todo lo que te queda por disfrutar!
Fdo.: Raquel Díaz Illescas
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