martes, 9 de junio de 2015

Y dibujé presentes


Y te regalé palabras,

Y te regalé mis besos, mis caricias, mis te quieros,

Y mi boca busco tu boca, y mi sexo buscó tu sexo ,

Y te deseé sin tiempo,

Y dibujé sonrisas donde solo había lágrimas,

Y me subí a tacones de aguja, y me enfundé vestidos de seda, y di color a mis labios y luz a mis ojos, 

Y paseé de tu brazo sin tú saberlo sintiéndome quien nunca sería,

Y desdibujé los pasados, y borré futuros para dibujar presentes.

Y arriesgué.

Y dibujé tu cuerpo de caricias y de besos  y te hice sentir grande, importante y valeroso,

Y envolví tu piel de amor y tu mente de cobardías,

Y pensé en los posibles y guardé los imposibles,

Y te amé tanto como besos te di, como te quiero silencié,

Y te esperé en una estación de paso, donde no había trenes a los que subirse ni pasajeros a los que esperar, 

Y detuve mis días mis meses y mis años, y quise acelerar los tuyos y el tiempo ensordeció,

Y permití que me negaras y forré mi corazón de acero,

Y bailé a tu son y dejé de ser yo,

Y encerré mis deseos y mis sueños y me dediqué a esperar “el día de los miedos”,

Y escuché tus te quiero en el silencio de la noche, 

Y derroché energía para no pensarte, para olvidarte,

Y te busqué en otros ojos y me maldije y te odié, 

Y utilicé la razón,  y mi razón dejó de entender,  

Y mi corazón empezó a sangrar y yo me compadecí, y le prometí cuidarlo, mimarlo y no humillarlo más.

Y te regalé memoria en tu piel y hasta prontos en tu boca,  

Y te regalé recuerdos a los que acudirás en un solo verbo, en una sola voz,

Y a pesar de todo hubo un tiempo en que yo fui feliz.


Fdo.: Raquel Díaz Illescas.


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