viernes, 13 de mayo de 2016

Un espacio ausente de normas



Si deseas cada uno de los puntos y comas que dibuja su boca cuando te mira, cuando te habla… Bésala.

Si no puedes besar su boca, abrázala, y haz que en cada una de las yemas de tus dedos sienta todos los besos que esconde tu deseo, los húmedos, los calientes y si te atreves, los que dicen te quiero.

Si no puedes abrazarla, haz de tus palabras un espacio donde acuda su cuerpo, donde te busque su boca, donde quiera estar su sexo.

Si no puedes besar su boca, ni abrazar su cuerpo, ni hacer de tus palabras un espacio donde acudan todos los besos, permítete cultivar fantasías donde besar, morder y chupar su boca, acariciar su cuerpo y lamer su sexo. Un espacio donde reine la vulnerabilidad, y la voluntad sea su vasallo.


Fdo.: Raquel Díaz Illescas

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