jueves, 26 de mayo de 2016

Te quieros...



...Te quiero porque me haces feliz...

Te quiero porque al despertar cada mañana sabré que estarás a mi           lado...

A ti también Te quiero por haber creado en mí valores humanos...

 Y además Te quiero, porque me cuidas cuando te necesito...
  
Te quiero aunque no te lo diga muchas veces...

A ti, Te quiero porque eres lo mejor y más grande que tengo en mi vida...

Te quiero por no hacerme reproches.

A ti, Te quiero porque siempre que te busco te encuentro...

Te quiero porque no necesito decir lo siento.

A ti Te quiero, porque haces de mis lágrimas el bálsamo que necesito...

Te quiero por respetar mis silencios...

No todos los te quiero son iguales. No todos los te quiero significan lo mismo.

No todas las personas son capaces de decir te quiero cuando lo sienten; ni tan siquiera todas lo dicen a las personas que quieren. Hay quien ni siquiera recuerda cuándo dijo su último Te quiero, aunque sí a quién.

Hay te quieros de amor, filiales, de amistad; a madres, a hermanas. Hay te quieros que se dicen con palabras; te quieros que se ahogan en algún lugar del alma. Hay te quieros que nunca se pronuncian, que se silencian... Hay te quieros a destiempo.

El te quiero es selectivo, aunque no todos así lo pensemos. Hay quien dice Te quiero por costumbre, por hábito, porque el momento así lo requiere. Hay quien dice Te quiero para expresar el cariño y afecto de muchos  años de convivencia. Hay quien dice Te quiero como agradecimiento de un bien recibido. Hay quien dice Te quiero en circunstancias que sabe se sentirá menos ridículo. Hay quien dice Te quiero en cuartillas perfumadas. Hay quien dice Te quiero cuando siente mucho amor. Hay te quieros vacíos.

Decir Te quiero conlleva valentía según a quien se diga; es enternecedor e inquietante, dependiendo de quién lo diga; también implica cobardía, según por qué se diga... Hay te quieros que provocan emoción, orgullo, bienestar; otros, tristeza, melancolía.

Los te quieros se expresan y se utilizan para muchas cosas: para evocar emociones, pasiones, nostalgias; para alivio del alma; para transmitir cariño, gratitud; también hay quien dice Te quiero para endulzar los oídos de quien no consiente. No todos los te quiero son sinceros.

Hay muchas formas de decir Te quiero...

Los amantes tienen licencia para decirse Te quiero, sin equívocos ni vergüenzas; con palabras; por escrito, en prosa o en verso; con miradas, o con hechos.

Hay bocas de las que no nacen te quieros. Hay miradas que buscan, pero no encuentran te quieros. Hay manos que no rozarán te quieros. Hay  almas vagabundas que sueñan con ser te quiero.

                                   (Del libro “Mucha Vida” de la Editorial Huerga&Fierro 2004 (pág. 100)

Fdo.: Raquel Díaz Illescas.

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