miércoles, 5 de mayo de 2010

"El arroz de la paella"

Si vemos al pene como un ingrediente más de la paella, no dejaremos de saborear y disfrutar de la misma, si en algún momento este ingrediente nos falla. Todo es cuestión de probar.
mikoshi (capilla)n.

Atendiendo a una pregunta de un fiel lector de “Sexualidad positiva”, voy a intentar dar respuesta a su interesante pregunta: En una relación sexual, ¿cuál es el arroz de la paella?
Imaginemos y pensemos en una estupenda paella, cada cuál a su gusto. Qué ingredientes tendría esta paella?. Chirlas, gambas, mejillones, calamares, pescados varios; verduras, pollo, sal, aceite, etc., etc. Cada cuál y en cada sitio la hacemos de una manera, dependiendo sobre todo del gusto de los comensales. Lo que todos tenemos claro es que hay un ingrediente básico que no puede faltar en una paella: el arroz, también al gusto, faltaría más.
Pues bien, en esa estupenda paella, cada persona tendrá su debilidad por uno u otro ingrediente (o por ninguno en especial), y a veces, si este falta lo puede notar, o puede sustituirlo por otro, pero no por ello deja de saborear la paella y comerla con gusto y disfrutarla con su acompañante.
Pues bien, piensen en su paella, la que a ustedes les gusta, con sus ingredientes, y ahora permítanme que hagamos de su paella una metáfora para poder hacer el símil entre su paella y su relación sexual.


Hemos visto los posibles componentes de una paella, con su ingrediente básico: el arroz.
Seguimos, ahora vamos a ver cuales son los ingredientes de una relación erótico sexual. Al igual que en la paella, influirá el gusto de sus miembros, las ganas, la imaginación, el deseo, la creatividad etc., etc. Y qué ingredientes tendrá esta?: besos, caricias, abrazos, lametones, palabras, manos, labios, pies, barriga, piernas, genitales, aceites, cremas, lubricantes, juguetes, música, velas,etc., etc. y cual será el ingrediente básico de esta relación sexual?, Lo deseable sería que el ingrediente base fuese DISFRUTAR, a partir de aquí, cada cual puede ir añadiéndole ingredientes que la hagan más divertida y placentera.


Dónde reside el problema? en que muchas parejas, utilizan el pene como ingrediente básico de sus relaciones sexuales, y cuando éste falla ya no hay relación, todo lo demás no sirve, y entonces viene la frustración, la ansiedad y todo eso que ya muchos conocen.

A lo largo de los siglos han sido muchas las culturas que han venerado al pene como algo sagrado, ya lo era durante la edad de bronce, cuando los etruscos (llegados del Asia Menor a Italia hacia 1200 a. de C.) le tributaban un emocionado culto y lo adoraban públicamente en imágenes tridimensionales e inmensas.Conocida es la veneración que le profesaban los griegos a Príapo, dios de la fecundidad representado en múltiples ocasiones por un pene erecto desproporcionado.

Aún hoy el pene sigue siendo venerado de diferentes formas:

Cada primavera los japoneses celebran su Kanamara Matsuri ( Festival del falo de metal), encontrándose éste presente durante todo el festival en forma de ilustraciones, dulces, decoraciones, vegetales esculpidos e incluso en un


Y qué hacemos en occidente?. Es verdad que no hacemos procesiones con él, al menos no sagradas…, pero si lo utilizamos cómo valuarte de virilidad, de fuerza, de orgullo ante los amigos, la pareja, la sociedad; es utilizado en publicidad subliminal, dejando ver al consumidor que cuanto más grande sea más placer proporcionará a su pareja; es motivo de risa, de vanagloria y también de frustración y de vergüenza para quienes no sienten que dan la talla; pero sobre todo al pene se le sigue cargando la responsabilidad del goce y disfrute de la pareja, algo que conlleva muchas de las disfunciones sexuales relacionadas con éste.

El pene es para disfrutarlo, no para exhibirlo ni vanagloriarse de su dureza, tamaño o resistencia.

Fdo.: Raquel Díaz Illescas.

2 comentarios:

Mónica Quesada Juan dijo...

Definitivamente, la comida es una de las mejores equivalentes de la relación sexual! :)

Hay gente que, teniendo hambre, prefieren no probar la paella, en vez de disfrutar de un calamar, unas gambas, la verdura, etc. Es decir, prefieren sufrir a disfrutar, aunque no sea como esperaba.Una pena!

Me gusta tu blog y tus colaboraciones en la revista sexpol :)

Besos!

Anónimo dijo...

Bueno, con un poco de retraso por motivos conocidos por la cocinera... quiero añadir mi opinión al respecto, ya que creo que otro comentario mío ha sido el causante de esta entrada.

Admito, como hace Mónica, siguiendo tu hilo comparativo, que hay similitudes a la hora del disfrute comensal y el sexual. Pero hay que puntualizar adecuadamente.

Quien piensa en paella piensa en arroz; después vendrán los ingredientes que cada cual añadirá de forma muy dispar. No creo que nadie guise una paella para saborear unos calamares, por ejemplo.

Sin embargo en la relación sexual sí que se puede (y por lo que indicas, se debe) pensar en algo más que en el pene y su uso penetrante. Parece que una relación sexual placentera puede pasar por todo ese cúmulo de sensaciones que proporcionan las caricias, los besos, los masajes... y ser más que suficiente para los protagonistas.

No cabe duda de que para muchas parejas esta idea puede llegar a tiempo. Es cuestión de mentalidad, de educación, de sensibilidad...

Pero por lo que se oye, se difunde... los encargados de esa educación a los jóvenes actuales (y no tan jóvenes) siguen las mismas directrices marcadas por nuestros ancestros (la trilogía pene-penetración-orgasmo) y que como se sabe no es exclusivo de nuestra civilización.

Por la parte que me toca la difundiré en ese sentido (si tengo oportunidad) y en cuanto a ser protagonista... la cuestión es saber con quien ¡comer!

Un beso.