..celosos como Otelo; infieles como Casanova; pesimistas crónicos; o eternos Peter Pan...
Lo anterior, no es sino una muestra de las actitudes que mantienen algunos hombres sus relaciones afectivo-amorosas con la que comienza a ser o es su pareja.
Si el mar está lleno de muchos y variados peces, algunas mujeres se preguntan por qué habiendo tanta variedad, acaban enamorándose siempre del merluzo que menos les conviene.
Es verdad que las relaciones humanas son difíciles, pero más aún lo son cuando el amor está por medio.
La pasión, tantas veces mencionada, no conoce de razón. Se mueve por impulsos, por deseo; por sin razón... Se alimenta de cualquier estímulo que sea capaz de albergar alguna brizna de esperanza.
Todos/as, cuando pensamos en el amor, lo imaginamos placentero y satisfactorio para el bienestar emocional de la persona; sin embargo, esto no siempre es vivido así por algunas parejas. Hay relaciones que acaban convirtiéndose en una batalla de antemano perdida; repleta de dolor y con graves daños para la autoestima de éstas.
Hay quien piensa que los canallas tienen habilidades especiales, como los encantadores de serpientes. Se muestran amables y aduladores; divertidos con su amplio anecdotario egocéntrico; seductores de la palabra y del gesto acaban convirtiéndose en destructores de ilusiones.
Estos personajes de nuestra sociedad, parecen formar parte de vidas ajenas. Hay quien piensa, que nadie que se tenga en buena estima podría acabar en sus garras; ni siquiera los que se sienten más fuertes lo son cuando les ciega el amor.
El ver sin vendas en los ojos a la persona amada no es lo más difícil, el miedo al sentimiento de fracaso, hace a la persona enamorada buscar excusas que justifiquen lo injustificable. Lo más duro sin duda es ver destruida la esperanza.
No hay escuelas donde aprender cómo no sufrir en el amor y cómo no acabar siempre como saco de arena emocional.
¿De qué está compuesto el amor, para que muchas parejas mantengan una relación donde se sufre más que se ama?
Fdo.: Raquel Díaz Illescas
Si la sexualidad es sinónimo de placer ¿Qué hace que no sea esto lo que sienten algunas personas cuando la practican?; ¿Qué influencia tiene la educación recibida, los modelos sexuales? Para que la sexualidad sea gratificante, ¿qué lugar ocupa el coito?. En este blog, que he llamado “sexualidad positiva”, vamos a ir deslizándonos, con caricias, besos, lametones, y aquello que nos haga sentir bien, en una sexualidad placentera, en una sexualidad positiva….
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