lunes, 23 de agosto de 2010

¿Salir una noche y ligar?: jajajajaja

Cuántas personas interesantes dejamos de conocer, por no atrevernos a dar un paso adelante.

Hay mucha gente sola, esto ya lo sabemos. Hombres y mujeres que desean dejar de estarlo, que salen los jueves, viernes y sábados por la noche, con la esperanza, e incluso ilusión, de conocer a alguien especial, y no siempre con el deseo de que acabe siendo una pareja estable, simplemente alguien con quien reírse esa noche, con quien tener una conversación agradable, alguien con quien coquetear, alguien que te diga lo guapa/o que eres y lo estupenda/oque estás, alguien, quien sabe, con quien intercambiar unos cuantos besos y achuchones, que más tarde al llegar a casa uno se diga: ¡qué noche más rica!

Pero lo cierto es que, habiendo tanto deseo en el aire nocturno, ni unos ni otras hacen nada para satisfacer sus apetencias.

En las noches de verano, hombres y mujeres estupendamente maqueados, se sientan en las terrazas de moda a tomar bebidas refrescantes. Entre sorbo y sorbo, entre dimes y diretes, una mirada aquí y otra allá, un chico mono que está en la mesa de enfrente, una chica divina que ha pasado a los baños… Y todos quietos en sus mesas, limitándose a pasear la mirada instintiva, que va y viene por el discurso de la razón, por los prejuicios, por las vergüenzas, por el sentido del ridículo, etc., etc. Y unos y otros se van a casa como llegaron, o peor aún, frustrados.

Tenemos muchas asignaturas pendientes, tanto hombres como mujeres, y la estrella es la comunicación interpersonal, aquella de la que necesitamos echar mano cuando queremos seducir a alguien, cuando deseamos conquistar, agradar; pero antes precisamos dejar a un lado nuestros miedos.

Sería estupendo salir una noche, estar sentado/a en una terraza o local, ver a una chica/o que te llama la atención (te gusta su mirada, sonrisa, vaya, que te sientes atraído), te acercas y te presentas. Ella encantada, pues seguramente no haya sido indiferente a tus miradas. Y ya está. No hay más historia. Si el/la chico/a en cuestión no responde a tu acercamiento, pues no pasa nada, tú has hecho lo que te pedía tu cuerpo. A esta/e puedes no haberle gustado o seducido lo suficiente, pero hay muchas noches por delante. Pero, lo que aparentemente es muy sencillo, debe no serlo, porque tengo claro que el deseo está, aunque se quede en la fantasía. Sin embargo, preferimos estar todos y todas quietitos/as en las sillas a la espera de que la luna llena, mueva los instintos y perturbe las voluntades más racionales.

La forma de relacionarnos, de conquistar y seducir, sin duda ha cambiado. Somos menos impulsivos, algo más mayores, y ya no tenemos discotecas donde a son de bolero los chicos y las chicas se abracen, se susurren al oído y se hagan promesas de una noche. Ciertamente, aquello de bailar era el mejor recurso para calmar muchas carencias afectivas, y también para despertar libidos.

No tenemos boleros, pero hombres y mujeres siguen compartiendo los mismos deseos e ilusiones de entonces: disfrutar de la noche. ¡Ya hemos dejado pasar muchas noches, la próxima no!

Fdo.: Raquel Díaz Illescas.

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