“..Ligera de cascos, coqueta, fresca, frívola”. Esta definición, parece aplicársele a las mujeres, significando que se comportan con poca formalidad en sus relaciones con el otro sexo.
La lengua española, además de ser muy rica en su léxico, no lo es tanto en la designación adjetival que otorga a uno y otro sexo. Así, casi en “exclusividad”, reserva adjetivos calificativos para designar o definir actitudes y comportamientos que se dan en mujeres, pero que curiosamente, éstos solo son atribuibles por el diccionario a las mujeres, aún cuando tales comportamientos se lleven a cabo por ambos sexos.
El lenguaje es perspicaz, inteligente y profundo, pero a veces los manuales del léxico tienen algún que otro desliz en sus acepciones.
Aun no siendo Casquivana una palabra al uso en mi humilde vocabulario, su significado no me es ajeno. Lo que el hombre ha venido practicando durante décadas, con el consentimiento que le ha otorgado una sociedad machista, es la misma definición que el diccionario regala en exclusividad a las que llama casquivanas.
Aun hoy, donde los avances tecnológicos parecen propiciar la evolución cultural y social del ser humano, la sociedad sigue catalogando y adjetivando actitudes y comportamientos, que en otro tiempo eran patrimonio del género masculino, y que hoy en día se dan en la misma medida tanto en hombres como en mujeres.
Las llamadas Casquivanas han sido a lo largo de la historia, motivo de crítica, por una sociedad encorsetada en normas y esquemas predeterminados para uno y otro sexo.
Dejando los prejuicios para aquell@s que entienden la vida desde una doble moral aceptada, las Casquivanas de nuestros días, han modificado el pensamiento de muchos hombres y mujeres, que durante años han venido entendiendo aquello de “vivir la vida” intensamente, no con respecto a las ideas, deseos, o formas de pensar y sentir en libertad, sino a partir de su sexualidad.
De los hombres ha sido siempre el no compromiso, el estar con la propia y con la ajena. A la mujer le correspondió el coqueteo, pero sin que éste conllevase la consumación de ningún acto no propio del género al que representaba, o al menos no de una manera promiscua.
Hablar de las Casquivanas es hablar también de la doble moral. Que las mujeres coqueteen con varios hombres sin querer por esto una relación de las que llaman “serias”, de compromiso, de noviazgo, parece considerarse algo frívolo y poco propio de lo que se esperan sean los deseos de una mujer. Casualmente, el hombre es el más experimentado en estas artes de la seducción, pero ellos son cosa aparte.
Las Casquivanas no son mujeres que se encuentren al margen de la sociedad en la que vivimos; ni tan siquiera son mujeres sin prejuicio alguno. Simplemente son mujeres, que viven de una manera más abierta sus relaciones con el otro sexo, que no quieren comprometerse, pero sí disfrutar de aquellos momentos especiales que la propia vida les vaya regalando.
El no compromiso parece haber sido siempre patrimonio de los hombres. Ellos eran los que no querían crear lazos, solo deseaban vivir instantes de placer: les gusta divertirse, gozar del momento, no comprometerse en exclusividad.
La promiscuidad en el hombre se traduce como conquistador, que tiene gran éxito con el género femenino. Ellos pueden vanagloriarse, ya que tales conductas son apoyadas por el resto de sus iguales.
No voy a cuestionar, ni es mi deseo hacerlo, si el ser Casquivana en una sociedad machista es cuestión de genes, o por el contrario, intervienen procesos de aprendizaje que se van adquiriendo con la propia experiencia de vida.
Quienes intentan justificar actitudes no necesariamente justificables en el hombre, piensan que adoptar una actitud de casquivana, no se corresponde tanto con una forma diferente de entender la vida, como “en el intermedio” mientras aparece ese Romeo que les cambiará los esquemas, y volverán a formar parte de lo que todas las mujeres se suponen desean.
Las Casquivanas son mujeres que sienten, piensan, desean, aman, se apasionan, practican sexo, con o sin amor disfrutando de su sexualidad, y si no es su deseo, no se comprometen. Actúan de la misma manera que pudiera hacerlo cualquier hombre, sólo que a ellas el diccionario les regala algunas acepciones en exclusividad.
Fdo.: Raquel Díaz Illescas
13 comentarios:
Sólo di "casquivanos" y listo. Sa aplica en automático a los hombres.
creo que en perjuicio de la sociedad no deberia de existir ese significado,conosco alguien que puede catalogarse asi y no me gusta por no ser sincer@.
Sin Juicio..sin victima...
No entiendo muy bien lo que quieres decir Alexandra, de cualquier forma, gracias por tu comentario. Un abrazo.-
Muy interesante el tema; pero como ya dijiste, es de doble moral.
Yo lo encuentro muy tonto en verdad, el poner cada concepto a las mujeres que no son sumisas, el trato de las otras mujeres hacia las demás desdeñandolas por ser "casquivanas", lo odioso de la sociedad al menospreciarlas.
"Las hijas de Lilith" como una vez me atreví a llamarlas XD sin saber que yo, en cierto modo, soy una de ellas.
Yo lo encuentro muy tonto en verdad, el poner cada concepto a las mujeres que no son sumisas, el trato de las otras mujeres hacia las demás desdeñandolas por ser "casquivanas", lo odioso de la sociedad al menospreciarlas.
"Las hijas de Lilith" como una vez me atreví a llamarlas XD sin saber que yo, en cierto modo, soy una de ellas.
La realidad de este caso es que no importa de donde venga este tipo de conducta, si es hombre o mujer de igual forma y medida refleja una gran falta de principios morales en lo que el ser humano cada día se sumerge mas. Al principio eran los hombres pero en nuestros días las mujeres lo hacen en igual medida lo que nos dice que ambos sexos están igual de podridos en cuanto a su estilo de vida se refiere.
No puedo compartir lo de “podridos”
Muy bueno lo de "Las hijas de Lilith" Diana.
formo parte de un partido político, y ayer en medio de un debate político un hombre (que me dobla la edad) al no tener argumento válido para debatir... me sindicó de haber sido expulsada de mi partido (cosa que no es cierto) por ser "una niña casquivana"
creo que el ser mujer, inteligente, saber que es lo que quieres, dar una opinión, ser independiente, tener amigos hombres, y a la vez ser dulce... ha hecho que me atribuyan ese calificativo
Sé que este es un blog sobre sexualidad; pero al tocar el tema del machismo, creo que las muchas veces llamadas "casquivanas" somo las mas puritanas en lo que en sexualidad se refiere, nuestro actuar, de luchar contra una sociedad machista, hace que se nos estereotipe, contribuyendo aún más el machismo....
Mi querida Katty, tú lo dices muy bien: “como no tenía argumentos válidos para debatir…” te lanza el haber sido expulsada por tu partido (no cierto como ya indicas) por ser “una niña casquivana”.
Lo interesante sería saber ¿Qué quiso decir este “señor” con tal argumento?
Si te han atribuido el calificativo de “Casquivana” por ser mujer, inteligente, saber que es lo que quieres, dar una opinión, ser independiente, tener amigos hombres, y a la vez ser dulce... ¿Dónde está el problema?
Tu sexualidad la eliges tú y tú decides cómo vivirla. Personajes como el que mencionas quedan unos cuantos en nuestra sociedad. Los cambios culturales son lentos, demasiado lentos. Hay personas que evolucionan y otras se van quedando estancadas en ideas que en este momento a quien denigran no es a la mujer sino a ellos mismos.
Ser “Casquivana” no es bueno ni malo. Es una forma de entender la vida en un momento determinado de la vida de cada mujer. A mi me gustan las “casquivanas”.
Enhorabuena por tu valentía y por seguir caminando.
Gracias por tu comentario. Un abrazo.
Mezcla conceptos para obtener una conclusión equivocada. Primeramente, la RAE incluye la palabra casquivano y casquivana (los dos géneros). Le voy a dar la razón de que en el uso de la aepción del género femenimo hay más peso o bagage cultural que en el másculino.
Ahora vayamos a la definición: "1. Se aplica a la persona que es despreocupada e insensata y no tiene formalidad.
2. Se aplica a la persona, especialmente a la mujer, que es frívola y poco estable en sus relaciones con el sexo opuesto."
La sexualidad, y usted debiera saber mejor que nadie, es una expresión y extensión de nuestro ser, no solamente algo que nos da placer. La sexualidad es el vínculo de una unión tanto física como espiritual. Las personas que solo ven el lado placentero de la sexualidad, dejando al lado el lado espiritual, son personas con una existencia light, una personalidad no plenamente desarrollada y evolucionada. La definición de casquivana o casquivano se acerca a lo que hoy en día se conoce como trastorno de personalidad límite; personas impulsivas que no logran mantener estabilidad emocional en sus relaciones y que, frecuentemente, entablan comportamientos promiscuos (esto es tanto para hombres como para mujeres y usted lo sabe). Sinceramente, estoy harto de este continuo ataque a los hombres que más que reclamar dererechos, obedece a un resentimiento o un rebanchismo. No se lo que pasó en el pasado, pero en el presente la mujer --o un sector amplio-- se está convirtiendo la verdugo del hombre justificándose por medio del papel de víctima. En sus escritos usted se manifiesta como una mujer trasgresora, pero créame, usted es bastante retrógrada y su forma de pensar es muy, muy antigua.
Gracias por su opinión Luis. Entenderá que no estoy de acuerdo con su opinión, pero la respeto, por supuesto. Permítame sugerirle que me lea con más detenimiento y con menos prejuicios. Un saludo.
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